Los evangélicos en Chile hemos cambiado sustancialmente en estos últimos años.
Tal vez se deba a la bonanza económica, el laicismo tan de moda o los últimos tiempos de los que habla la Palabra.
Nos sentamos a la mesa, una muestra abundante de carnes a la parrilla, ensaladas surtidas, salsas, pan amasado, bebidas de fantasía…y vino.
Vino chileno de buenas cepas, según la anfitriona.
La persona sentada frente a mí se extraña que no beba gaseosas ni vino. No entiendo por qué, él también es cristiano evangélico.
-Eso de ser abstemio pasó de moda -dice, insistiendo-, además la carne amerita un buen vino.
-No tengo costumbre, le respondo lacónicamente (para qué le voy a explicar el asunto teológico, no es el momento adecuado).
No me incomoda que otros beban lo que estimen correcto. Cada persona (se supone) conoce su organismo, es responsable de su ingesta y sabrá cómo llegar a su hogar sin conducir en estado de ebriedad.
¿Es sano para el cuerpo beber alcohol?
¿Es edificante para el espíritu?
¿Ayuda a una buena devoción cristiana?
Por un lado el rey Salomón defiende el consumo “Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios” (Eclesiastés 9:7) y por otro el apóstol Pablo aconseja: “No se embriaguen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu.” (Efesios 5:18)
Chile es un país cada vez más alcoholizado, con todos los problemas primarios y secundarios que genera, desde violencia al interior de la familia hasta accidentes de tránsito con resultado de muerte, pasando por una amplia gama de complicaciones menores que siempre dejan una secuela de dolor.
Este lunes se ha discutido una medida comunal de restricciones horarias para ventas en bares y botillerías. Sin duda un cambio polémico que dejará contentos a los vecinos y descontentos a usuarios y comerciantes.
En cuanto a mi, déjenme disfrutar mi té chai, frío o caliente, insuperable.
martes, 14 de octubre de 2014
miércoles, 8 de octubre de 2014
Acertijo
"Cuando estaba enferma podía comer de todo,
ahora que estoy sana
tengo que someterme a cien restricciones."
(Mi amiga V.)
tengo que someterme a cien restricciones."
(Mi amiga V.)
Mi amiga V., fue operada recientemente.
Extirparon su vesícula.
Ha debido guardar reposo, ingerir bastante agua, todo alimento sin grasa, una lista imposible de restricciones -supongo que- temporales.
El médico le ha explicado su nueva condición, vivir sin un órgano no es menor, hay que ser disciplinada, le detalla con santa paciencia.
Ella se queja (¿quién no lo haría en su condición?), no solamente de las molestias habituales sino de las privaciones a las que deberá someterse durante un período más o menos largo.
¿Cómo evitar el cirujano?
Difícil con la vida sibarita a la que somos tentados.
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Querido hermano (a),
oro para que te vaya bien en todos tus asuntos
y goces de buena salud,
así como prosperas espiritualmente.
3 Juan 1:2
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lunes, 6 de octubre de 2014
Dame paciencia.
Está comprobado empíricamente que cada chileno o chilena lleva en su adn un médico y un abogado, aparte de los dones que Dios provee para defendernos de la cruda realidad y sobrevivir con cierta dignidad a los avatares que nos lanza nuestra propia desidia (o la ajena, en algunos casos).
Es que sin decir “agua va” , nos endilgan las recetas más insólitas si manifestamos el más mínimo dolor de cabeza.
-Ah, eso es migraña.
-O tienes presbicia (hasta usan palabras técnicas).
-Tal vez deberías usar el pelo más corto.
-Es el smog de esta ciudad, eso es, sin duda.
-Tienes que tomar……
-No, no, no, lo que tienes que tomar es esto…
-Y comer sano, porque el que come sano vive sano.
Basta colocarse en la fila del Banco, en la espera de un servicio público o que te atiendan por la cuenta del teléfono, nunca faltará el aspirante a doctor en práctica con sus peregrinos consejos.
Si tienes un problema jurídico ¡ay, Dios te pille confesado!, no habrá escapatoria del leguleyo que llevan dentro, con ejemplos, historias sentencias y moralejas.
-Todo por escrito, la palabra ya no vale, asegúrese, lo que cuenta es el papel.
-No sea lesa, la ley la protege en sus derechos.
-Mire, uno pierde plata por no hacer los trámites.
-A un tío mío le sucedió que perdió todo por pura "dejación" …
He sido receptora de toda clase de indicaciones, peroratas, consejos, amonestaciones, indirectas, correcciones, etc.
¿Tendré cara de una gran oreja oidora?
¿Creerán que soy demasiado ingenua, ignorante o definitivamente tan crédula que deben salvarme de mi misma?
Es que sin decir “agua va” , nos endilgan las recetas más insólitas si manifestamos el más mínimo dolor de cabeza.
-Ah, eso es migraña.
-O tienes presbicia (hasta usan palabras técnicas).
-Tal vez deberías usar el pelo más corto.
-Es el smog de esta ciudad, eso es, sin duda.
-Tienes que tomar……
-No, no, no, lo que tienes que tomar es esto…
-Y comer sano, porque el que come sano vive sano.
Basta colocarse en la fila del Banco, en la espera de un servicio público o que te atiendan por la cuenta del teléfono, nunca faltará el aspirante a doctor en práctica con sus peregrinos consejos.
Si tienes un problema jurídico ¡ay, Dios te pille confesado!, no habrá escapatoria del leguleyo que llevan dentro, con ejemplos, historias sentencias y moralejas.
-Todo por escrito, la palabra ya no vale, asegúrese, lo que cuenta es el papel.
-No sea lesa, la ley la protege en sus derechos.
-Mire, uno pierde plata por no hacer los trámites.
-A un tío mío le sucedió que perdió todo por pura "dejación" …
He sido receptora de toda clase de indicaciones, peroratas, consejos, amonestaciones, indirectas, correcciones, etc.
¿Tendré cara de una gran oreja oidora?
¿Creerán que soy demasiado ingenua, ignorante o definitivamente tan crédula que deben salvarme de mi misma?
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Mas tenga la paciencia su obra completa
Santiago 1:4
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jueves, 2 de octubre de 2014
Limpiador de chicles.
Alguien podría pensar que es una broma
Limpia-chicles, una nueva profesión urbana.
En el almuerzo familiar una amiga pone la noticia en la mesa: “La reina Isabel II de Inglaterra, busca un "limpiador de chicles" que retire las gomas de mascar dejadas en los palacios reales por decenas de invitados oficiales…”, :
http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/se-solicita-limpia-chicles-real-1412191589
-Yo estaría dispuesto a tomarlo, dice uno de los invitados.
Otro acota -el invierno inglés no le sienta bien, milord-, y todos reímos.
Otra amiga pregunta ¿qué culpa tienen los chicles?
En fin, entre bromas recordamos cuando en nuestra Comunidad tuvimos que dedicar una tarde de voluntariado para limpiar todas las sillas que tenían la famosa gomita de mascar debajo.
Y qué decir cuando vas por la calle y quedas literalmente pegado al piso.
No será un tema científico, teológico o política de estado pero ¡vaya! es una molestia pararse o sentarse sobre un chicle, peor aún, que te deje para la basura tu prenda favorita.
Limpia-chicles, una nueva profesión urbana.
En el almuerzo familiar una amiga pone la noticia en la mesa: “La reina Isabel II de Inglaterra, busca un "limpiador de chicles" que retire las gomas de mascar dejadas en los palacios reales por decenas de invitados oficiales…”, :
http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/se-solicita-limpia-chicles-real-1412191589
-Yo estaría dispuesto a tomarlo, dice uno de los invitados.
Otro acota -el invierno inglés no le sienta bien, milord-, y todos reímos.
Otra amiga pregunta ¿qué culpa tienen los chicles?
En fin, entre bromas recordamos cuando en nuestra Comunidad tuvimos que dedicar una tarde de voluntariado para limpiar todas las sillas que tenían la famosa gomita de mascar debajo.
Y qué decir cuando vas por la calle y quedas literalmente pegado al piso.
No será un tema científico, teológico o política de estado pero ¡vaya! es una molestia pararse o sentarse sobre un chicle, peor aún, que te deje para la basura tu prenda favorita.
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Porque lo importante es glorificar a Dios en todo,
ya sea al comer,
al beber
o al hacer cualquier otra cosa.
No hagan nada que ofenda a los demás.
1 Corintios 10:31 -32
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lunes, 22 de septiembre de 2014
Sanidad.
Hace algún tiempo escribí acerca de Elena., enferma por un periodo no menor a los seis meses.
Hoy está perfectamente bien, con ciertas restricciones alimentarias que han mejorado su calidad de vida.
Aquella vez cuestionó todo, su fe, su fidelidad, el amor de Dios.
Cada enfermedad tiene sus altos y bajos y un tiempo para definirse.
Algunas son largas y dolorosas, otras tolerables.
Las definitivas desembocan en un funeral.
Estos días de Fiestas Patrias hemos compartido haciendo unas ricas empanadas de horno, un terremoto sin alcohol (delicioso) y un entrañable "pebre cuchareado".
Mientras la veo reír, conversar y comer como si nunca hubiese estado enferma, recuerdo al Señor en el evangelio de Juan:
“Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? —le preguntaron sus discípulos—. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus padres?
—No fue por sus pecados ni tampoco por los de sus padres —contestó Jesús—, nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él.” (Cáp. 9)
Aún hasta nuestros días hacemos las mismas preguntas cuando alguien enferma.
Algunos sostienen:
- No se ha cuidado (como aquella que me confesaba: "tú sabes que soy fina, solo bebo vino").
- No hace deporte.
- Demasiado carnívoro, por eso tiene gota.
- Tiene estrés por enojón y trabajólico.
- Los genes “le pasaron la cuenta”.
- Muy desmedido, a puro completo no se puede vivir.
- Las consecuencias, pues, las consecuencias y sentenciosamente “se cosecha lo que se siembra”.
- O lo que sostengo, hay que tener una dieta saludable (sin duda no te exime de cualquier malestar, pero lo minimiza).
La sanidad dentro de la comunidad evangélica siempre ha sido un tema relevante. Nuestros padres se apegaban a la "oración y el ayuno" como la receta simple y efectiva para todo tipo de dolencias.
Con el advenimiento de la ciencia, la modernidad y los medicamentos de última generación, la antigua receta ha derivado a un segundo lugar o derechamente al baúl de los recuerdos.
Si se pregunta ¿sana Dios hoy? todos los creyentes concordaremos que sí, que obvio, está dentro de nuestra doctrina. Sin embargo acudimos al médico y nos empastillamos hasta el borde de la drogadicción, sin colocar en práctica la fe que decimos sostener.
Pocas veces pensamos que la gloria de Dios puede manifestarse a través de las pequeñas o grandes situaciones cotidianas, los grandes o mínimos dolores. Se nos ha atrofiado la percepción del visible amor, poder y esplendor de nuestro Creador.
Tal vez porque estamos muy ensimismados para verlo.
jueves, 18 de septiembre de 2014
¿Qué es la patria?
Una niña en la clase de lectura me pregunta ¿qué es la patria?
Estos días de fiestas todos la celebramos, insertos en el regazo protector de la cordillera.
El lugar donde vivimos.
La bandera.
La canción.
Las comidas.
Las palabras que nos unen.
El baile.
El espejo verde-azul que nos invade.
La madre.
El padre.
El lugar de la oración cotidiana.
He pensado tantas definiciones.
Entre todo recordé una frase leída por ahí: "la patria es el lugar ausente"
"Nadie es la patria (dice Borges).
Ni siquiera el tiempo cargado de batallas,
de espadas y de éxodos
y de la lenta población de regiones que lindan con la aurora y el ocaso,
y de rostros que van envejeciendo en los espejos que se empañan
y de sufridas agonías anónimas que duran hasta el alba
y de la telaraña de la lluvia sobre negros jardines.
Nadie es la patria, pero todos lo somos."
Estos días de fiestas todos la celebramos, insertos en el regazo protector de la cordillera.
El lugar donde vivimos.
La bandera.
La canción.
Las comidas.
Las palabras que nos unen.
El baile.
El espejo verde-azul que nos invade.
La madre.
El padre.
El lugar de la oración cotidiana.
He pensado tantas definiciones.
Entre todo recordé una frase leída por ahí: "la patria es el lugar ausente"
"Nadie es la patria (dice Borges).
Ni siquiera el tiempo cargado de batallas,
de espadas y de éxodos
y de la lenta población de regiones que lindan con la aurora y el ocaso,
y de rostros que van envejeciendo en los espejos que se empañan
y de sufridas agonías anónimas que duran hasta el alba
y de la telaraña de la lluvia sobre negros jardines.
Nadie es la patria, pero todos lo somos."
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Antes bien,
anhelaban una patria mejor,
es decir,
la celestial.
Por lo tanto,
Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios,
y les preparó una ciudad.
Hebreos 11:16
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miércoles, 17 de septiembre de 2014
Fiestas patrias.
El olor a cebolla se confunde con el perfume de los incipientes duraznos y manzanos en flor.
Me pregunto si habrá algún chileno que por estos días no celebre con una empanada de pino, un trozo de carne asada y un vaso –más que delicioso- de mote con huesillos. Algunos osados se atreverán con la chicha. Yo paso. Respeto el efecto impredecible de las bebidas espirituosas.
Y claro, bailar.
La cueca es todo un cuento.
Un arte.
Una audacia memorable, como la cueca bochornosa del político aquel.
Las fiestas nacionales (largas y sibaríticas) dejan un desaliento y una resaca difícil de sobrellevar en el día hábil que corresponde volver.
Este año será un considerable “San Lunes” que le costará al país unos miles de fuerza laboral indispuesta.
Ausencias, certificados médicos, excusas, celulares apagados, en fin, el patriotismo al final del día deja entrever su cara más vergonzosa.
Me pregunto si habrá algún chileno que por estos días no celebre con una empanada de pino, un trozo de carne asada y un vaso –más que delicioso- de mote con huesillos. Algunos osados se atreverán con la chicha. Yo paso. Respeto el efecto impredecible de las bebidas espirituosas.
Y claro, bailar.
La cueca es todo un cuento.
Un arte.
Una audacia memorable, como la cueca bochornosa del político aquel.
Las fiestas nacionales (largas y sibaríticas) dejan un desaliento y una resaca difícil de sobrellevar en el día hábil que corresponde volver.
Este año será un considerable “San Lunes” que le costará al país unos miles de fuerza laboral indispuesta.
Ausencias, certificados médicos, excusas, celulares apagados, en fin, el patriotismo al final del día deja entrever su cara más vergonzosa.
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(Señor) Tú cambiaste mi tristeza
y la convertiste en baile.
Me quitaste la ropa de luto
y me pusiste ropa de fiesta,
para que te cante himnos
y alabe tu poder.
Salmos 30:11 (TLA)
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(Pintura de: Manuel A. Caro)
lunes, 1 de septiembre de 2014
El Santiago de Luciano Kulczewski.
Descubro barrios pequeños, escondidos, casas que todavía los "lobos" de las inmobiliarias no logran echar abajo.
Casas que hablan de tiempos bucólicos, tardes de lecturas, madres que hornean pan, niños jugando en plazas luminosas.
No hay apuro.
Se respira tranquilidad, aun con las avenidas llenas de autos cerca.
Siento una nostalgia anticipada.
Estos barrios condenados a morir -toda ciudad se construye sobre otra-, como las personas habitan casas que otros habitaron y viven vidas que otros vivieron.
Es el sino del ser humano, no hay por qué rebelarse, y ¿qué más da si lo hiciéramos?
Pienso en Luciano Kulczewski y su lucha por dejar este legado, casas sembradas por todo Santiago (incluso el edificio donde vivo) como una gran pintura de los años treinta-sesenta.
Leo los diversos artículos que hay en la web, algunas de sus palabras, su firma y voy descubriendo la riqueza de una época espectacular, cuando los hombres le daban un cierto valor (todavía) intangible y no monetario a cada ser humano.
Me maravilla descubrir la arquitectura, los colores, las formas variadas y la dignidad que quizo imprimirle a viviendas de tono menor, construidas para obreros y gente común.
...........................................................................................................
Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar.
Concéntrense en
todo lo que es verdadero,
todo lo honorable,
todo lo justo,
todo lo puro,
todo lo bello
y todo lo admirable.
Piensen en cosas excelentes
y dignas de alabanza
Filipenses 4:8 (NTV)
.......................................................................................................
lunes, 18 de agosto de 2014
Clase media.
Una amiga –a propósito de la reforma tributaria que se discute en estos días- me decía: “en Chile, lo peor es ser de clase media, tienes que sufrir todo tipo de cambios, reformas y siempre quedas en desventaja, tal vez es mejor ser pobre y el estado te subsidia, si no puedes ser rica ¿no?”
¿Tendrá razón?
Partidaria de consultar toda clase de problemas con la Palabra, me encontré con este texto:
"Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera.
Primero, ayúdame a no mentir jamás.
Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza!
Dame sólo lo suficiente para satisfacer mis necesidades.
Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?».
Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios."
(Proverbios 30:7-9)
Creo que el proverbista es más sabio que mi amiga, ser de “clase media” tiene más ventajas que desventajas.
Una conocida opina que los chilenos no somos "aspiracionales", ¿qué es eso? -según ella-, nos quedamos en la media por flojera, poca inventiva y comodidad.
Es posible.
Por lo menos yo, nada de reloj de oro o uno made in China.
Ni cartera Louis Vuitton o tejida a palillos.
Mi mayor riqueza, ver a mi lado un niño que lee la Biblia, concentrado como si se tratara de una final futbolera.
Un descanso mental, no le debo nada al Estado, ni un subsidio o algún impuesto.
Ni el Estado me debe nada.
Estamos en paz.
(Fotografía: Calle del centro de Santiago-Chile)
¿Tendrá razón?
Partidaria de consultar toda clase de problemas con la Palabra, me encontré con este texto:
"Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera.
Primero, ayúdame a no mentir jamás.
Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza!
Dame sólo lo suficiente para satisfacer mis necesidades.
Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?».
Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios."
(Proverbios 30:7-9)
Creo que el proverbista es más sabio que mi amiga, ser de “clase media” tiene más ventajas que desventajas.
Una conocida opina que los chilenos no somos "aspiracionales", ¿qué es eso? -según ella-, nos quedamos en la media por flojera, poca inventiva y comodidad.
Es posible.
Por lo menos yo, nada de reloj de oro o uno made in China.
Ni cartera Louis Vuitton o tejida a palillos.
Mi mayor riqueza, ver a mi lado un niño que lee la Biblia, concentrado como si se tratara de una final futbolera.
Un descanso mental, no le debo nada al Estado, ni un subsidio o algún impuesto.
Ni el Estado me debe nada.
Estamos en paz.
(Fotografía: Calle del centro de Santiago-Chile)
viernes, 1 de agosto de 2014
Default.
Él dejó de asistir a las reuniones de iglesia.
Más aún, su familia hizo causa común con él, tampoco asiste –claro, era que no-, es el padre.
No contesta el celular, envía a buzón de voz.
En su hogar dicen que está en el trabajo, turnos imprevistos, por supuesto.
Ella me confidencia: “No asiste porque tiene una deuda conmigo –y agrega- no es poca”.
Aval en una casa comercial, ella tomó un crédito para que él iniciara un negocio de verano. “Negocio redondo, “miel sobre hojuelas”, le dijo.
Nuestro pastor muchas veces nos advierte sobre los préstamos, nos anima a dar, alienta la devolución de aquello que se ha pedido prestado y el cuidado de no involucrarse en negocios dudosos.
¿Quién es sabio y puede manejar con eficacia sus activos?
¿Quién puede sustraerse a ganancias extra?
¿Quién puede resistir una buena perspectiva de asociación comercial?
Los negocios son arriesgados.
Entre cristianos también.
A menudo –o casi siempre- hay un riesgo: perder.
O ganar, sin duda. Volverse próspero, respetado.
Ella pide consejo.
Me pide un consejo, yo, la peor inversionista.
A menudo pedimos consejo cuando los hechos están consumados.
Poco o nada que hacer, recurrir a tribunales, reunir pruebas, perder la amistad, confiar en la voluntad del deudor, orar, resignarse, todas alternativas que requieren paciencia, tiempo, ecuanimidad.
Las deudas son complicadas.
Deber o que te deban es igual.
Default, una nueva palabra en el diccionario, una gran lección argentina.
Más vale vivir “cash” ¿no?
Más aún, su familia hizo causa común con él, tampoco asiste –claro, era que no-, es el padre.
No contesta el celular, envía a buzón de voz.
En su hogar dicen que está en el trabajo, turnos imprevistos, por supuesto.
Ella me confidencia: “No asiste porque tiene una deuda conmigo –y agrega- no es poca”.
Aval en una casa comercial, ella tomó un crédito para que él iniciara un negocio de verano. “Negocio redondo, “miel sobre hojuelas”, le dijo.
Nuestro pastor muchas veces nos advierte sobre los préstamos, nos anima a dar, alienta la devolución de aquello que se ha pedido prestado y el cuidado de no involucrarse en negocios dudosos.
¿Quién es sabio y puede manejar con eficacia sus activos?
¿Quién puede sustraerse a ganancias extra?
¿Quién puede resistir una buena perspectiva de asociación comercial?
Los negocios son arriesgados.
Entre cristianos también.
A menudo –o casi siempre- hay un riesgo: perder.
O ganar, sin duda. Volverse próspero, respetado.
Ella pide consejo.
Me pide un consejo, yo, la peor inversionista.
A menudo pedimos consejo cuando los hechos están consumados.
Poco o nada que hacer, recurrir a tribunales, reunir pruebas, perder la amistad, confiar en la voluntad del deudor, orar, resignarse, todas alternativas que requieren paciencia, tiempo, ecuanimidad.
Las deudas son complicadas.
Deber o que te deban es igual.
Default, una nueva palabra en el diccionario, una gran lección argentina.
Más vale vivir “cash” ¿no?
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Paguen a todos lo que deban pagar.
No deban nada a nadie,
(Apóstol Pablo en su carta a los Romanos 13:8)
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martes, 29 de julio de 2014
Así se nos va la vida.
A menudo llega a las reuniones de nuestra Comunidad con "cara de pocos amigos".
Siento compasión por ella, una mujer distante, amurrada, sola, gris.
La saludo con una sonrisa que de a poco desaparece, casi me avergüenza ser cordial.Sus primeras palabras son para quejarse por el clima, las enfermedades, el gobierno, la locomoción, los vecinos, etc.
Tal vez ni le interesa mi saludo, que la compadezca o que la entienda.
Y no la entiendo, esa es la verdad, la sicología es una ciencia que ignoro.
¿Por qué hay seres humanos que se quejan por todo?
¿Es una manera de llamar la atención?
¿Es la resultante de una infancia infeliz?
¿Han sido maltratados más allá de sus fuerzas?
O simplemente se plegaron a la mayoría, la queja, institución nacional.
Siento compasión por ella, una mujer distante, amurrada, sola, gris.
La saludo con una sonrisa que de a poco desaparece, casi me avergüenza ser cordial.Sus primeras palabras son para quejarse por el clima, las enfermedades, el gobierno, la locomoción, los vecinos, etc.
Tal vez ni le interesa mi saludo, que la compadezca o que la entienda.
Y no la entiendo, esa es la verdad, la sicología es una ciencia que ignoro.
¿Por qué hay seres humanos que se quejan por todo?
¿Es una manera de llamar la atención?
¿Es la resultante de una infancia infeliz?
¿Han sido maltratados más allá de sus fuerzas?
O simplemente se plegaron a la mayoría, la queja, institución nacional.
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"No se quejen"
Santiago 5:9
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(Viñeta de lanación.com.ar)
lunes, 21 de julio de 2014
Torta de merengue y lúcuma.
Cada vez que enfermaba -especialmente en invierno-, mamá llegaba de su trabajo con un trozo de torta.
Mamá murió hace unos años y con el invierno ha llegado el resfriado.
Mi Padre no deja los detalles al azar (por cierto, es un decir, no creo en el azar)
¿Por qué somos objeto de amor?
¿Por qué se nos ama?
¿Por qué el Padre se preocupa de nuestras vidas mínimas?
El asombro me sobrecoge.
El asombro y la gratitud.
Estoy consciente de la desgracia universal, la condición deteriorada de muchas mujeres, el abandono de niños, la desventura de muchachas en la flor de la vida.
Personas a las que destruyen sin misericordia.
¿Merezco este amor si –al igual que miles - no he hecho nada?
Toca el timbre.
Mi amiga Xim extiende sus manos y me abraza.
Luego abre la cajuela del auto y me alarga un albo paquete, la miro con un gran signo de interrogación.
-Tú sabes que te aprecio, dice y vuelve a abrazarme.
Como las brisas cálidas del invierno, como el Raco que baja de Los Andes y bendice la ciudad, ella llega a mi puerta con el regalo de sus manos.
-La hice yo, me explica.
Sus manos maravillosas endulzan la vida de otros (y a mi).
Cierro la puerta y recuerdo al apóstol: “Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó, nos dio vida junto con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados (la gracia de Dios los ha salvado), recuerdo a Lope de Vega: “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?/ ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío …” recuerdo las veces que Xim ha llegado, siempre con una sorpresa.
Coloco el paquete sobre la mesa, descubro su esplendor y tomo esta imagen.
La eternidad en un clic.
Y escribo.
Escribir es mi forma de agradecer, un homenaje que puedo dar por la amistad.
Y mi oración de cada día por ti, Xim, "¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia!
¡Que el Señor alce su rostro sobre ti, y ponga en ti paz!"
Mamá murió hace unos años y con el invierno ha llegado el resfriado.
Mi Padre no deja los detalles al azar (por cierto, es un decir, no creo en el azar)
¿Por qué somos objeto de amor?
¿Por qué se nos ama?
¿Por qué el Padre se preocupa de nuestras vidas mínimas?
El asombro me sobrecoge.
El asombro y la gratitud.
Estoy consciente de la desgracia universal, la condición deteriorada de muchas mujeres, el abandono de niños, la desventura de muchachas en la flor de la vida.
Personas a las que destruyen sin misericordia.
¿Merezco este amor si –al igual que miles - no he hecho nada?
Toca el timbre.
Mi amiga Xim extiende sus manos y me abraza.
Luego abre la cajuela del auto y me alarga un albo paquete, la miro con un gran signo de interrogación.
-Tú sabes que te aprecio, dice y vuelve a abrazarme.
Como las brisas cálidas del invierno, como el Raco que baja de Los Andes y bendice la ciudad, ella llega a mi puerta con el regalo de sus manos.
-La hice yo, me explica.
Sus manos maravillosas endulzan la vida de otros (y a mi).
Cierro la puerta y recuerdo al apóstol: “Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó, nos dio vida junto con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados (la gracia de Dios los ha salvado), recuerdo a Lope de Vega: “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?/ ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío …” recuerdo las veces que Xim ha llegado, siempre con una sorpresa.
Coloco el paquete sobre la mesa, descubro su esplendor y tomo esta imagen.
La eternidad en un clic.
Y escribo.
Escribir es mi forma de agradecer, un homenaje que puedo dar por la amistad.
Y mi oración de cada día por ti, Xim, "¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia!
¡Que el Señor alce su rostro sobre ti, y ponga en ti paz!"
sábado, 12 de julio de 2014
Trabajo productivo.
La mujer que nos recibe es pequeña.
Alguien podría pensar –a primera vista- que es frágil y dulce.
Pero no.
Cuando habla lo hace con pachorra, fuerte, acostumbrada a pronunciar órdenes y que se cumplan.
Domina su tema.
No en vano dirige un hogar de rehabilitación para mujeres adictas.
Mujeres golpeadas.
Abusadas.
Enviciadas.
Mujeres que han tocado fondo.
Lo han perdido todo, menos esa chispa que tiene todo ser vivo, la esperanza.
A eso se aferran.
El día es gélido, ellas amasan, el hogar tiene un agradable olor a pan recién horneado.
Unas decoran la mesa para el almuerzo, otras miran un video para ensayar una obra de teatro.
-Es para presentarla cuando vengan nuestras familias- explican.
Jóvenes, algunas hermosas a pesar de la complicación con las drogas, todas tienen esa mirada propia de los que buscan una palabra, como los cervatillos en la espesura del bosque. Una mirada indefinible, reflejo de sufrimientos atroces, de terrores, ofensas, humillaciones, prejuicios.
Oramos juntas.
Por primera vez comprendo la solidaridad de género, como si fueran hermanas, como si hubiéramos tenido una infancia común, los juegos, la escuela, la lumbre de un hogar de clase media en una ciudad del Sur, mojadas por la lluvia interminable o perseguidas por el viento helado de la costa.
Familiares ellas a mí y yo a ellas, conversamos largamente de lugares comunes.
A la hora de la despedida prometo volver, prometo escribirles.
¿Qué será de ellas cuando cumplan el siclo?
¿Volverán a sus hogares, al mismo barrio, al mismo marido, a las amigas que las llevaron a la disipación?
¿Volverán a transitar el mismo camino que las trajo a este punto?
¡Dios!, que tanto trabajo y recursos invertidos no sean vanos, infértiles o desperdiciados.
Por el contrario, crezcan como lo prometiste “a ciento por uno”.
Alguien podría pensar –a primera vista- que es frágil y dulce.
Pero no.
Cuando habla lo hace con pachorra, fuerte, acostumbrada a pronunciar órdenes y que se cumplan.
Domina su tema.
No en vano dirige un hogar de rehabilitación para mujeres adictas.
Mujeres golpeadas.
Abusadas.
Enviciadas.
Mujeres que han tocado fondo.
Lo han perdido todo, menos esa chispa que tiene todo ser vivo, la esperanza.
A eso se aferran.
El día es gélido, ellas amasan, el hogar tiene un agradable olor a pan recién horneado.
Unas decoran la mesa para el almuerzo, otras miran un video para ensayar una obra de teatro.
-Es para presentarla cuando vengan nuestras familias- explican.
Jóvenes, algunas hermosas a pesar de la complicación con las drogas, todas tienen esa mirada propia de los que buscan una palabra, como los cervatillos en la espesura del bosque. Una mirada indefinible, reflejo de sufrimientos atroces, de terrores, ofensas, humillaciones, prejuicios.
Oramos juntas.
Por primera vez comprendo la solidaridad de género, como si fueran hermanas, como si hubiéramos tenido una infancia común, los juegos, la escuela, la lumbre de un hogar de clase media en una ciudad del Sur, mojadas por la lluvia interminable o perseguidas por el viento helado de la costa.
Familiares ellas a mí y yo a ellas, conversamos largamente de lugares comunes.
A la hora de la despedida prometo volver, prometo escribirles.
¿Qué será de ellas cuando cumplan el siclo?
¿Volverán a sus hogares, al mismo barrio, al mismo marido, a las amigas que las llevaron a la disipación?
¿Volverán a transitar el mismo camino que las trajo a este punto?
¡Dios!, que tanto trabajo y recursos invertidos no sean vanos, infértiles o desperdiciados.
Por el contrario, crezcan como lo prometiste “a ciento por uno”.
-------------------------------------------------------------------------
Las semillas que cayeron en la buena tierra
representan a los que de verdad oyen
y entienden la palabra de Dios,
¡y producen una cosecha
treinta,
sesenta
y hasta cien
veces más numerosa de lo que se había sembrado!
Mateo 13:23 (NTV)
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jueves, 19 de junio de 2014
Ahí estás Tú.
Si corro a lo más lejos del desierto, ahí estás Tú
Si vuelo a lo más alto de los cielos, ahí estás Tú
Si escondo yo de ti mi rostro, ahí estás Tú
Si caigo, lloro y de ti corro, ahí estás Tú
Con tu amor con tu perdón, con tu amor
Con tu amor con tu perdón, con tu amor
Me amas y no hay nada que yo pueda hacer
Me abrazas y no importa que tan lejos esté
Cada segundo de mi vida
Cada aliento que mi corazón respira
Estas cerca de mí
Estas cerca de mí.
Si yo resbalo y no puedo levantarme, ahí estás Tú
Si fallo yo en a ti buscarte, ahí estás Tú
Si en mi debilidad yo caigo, ahí estás Tú
Si en mi vergüenza te defraudo, ahí estás Tú
Con tu amor con tu perdón
Con tu amor, con tu perdón
Me amas y no hay nada que yo pueda hacer
Me abrazas y no importa que tan lejos esté
Cada segundo de mi vida
Cada aliento que mi corazón respira
Estas cerca de mí
Me amas y no hay nada que yo pueda hacer
Me abrazas y no importa que tan lejos esté
Cada segundo de mi vida
En cada espacio de mis días
Con cada dulce melodía
Toda la noche, tarde y día
Cada segundo de mi vida
Cada aliento que mi corazón respira
Estas cerca de mí
Estas cerca de mí
.............................
Canción gracias al álbum "Confesiones de un corazón agradecido"
de Coalo Zamorano.
Para escuchar otras canciones aquí:
lunes, 16 de junio de 2014
Milagros diarios.
Cada mañana corro la cortina de la ventana y agradezco.
Estoy viva.
Puedo mirar, respirar, caminar, oler, tocar y los mil verbos del día.
No sé qué me trae la jornada.
Tal vez un accidente fatal.
Quizá una falla en el cerebro (como mi amiga Li.), una breve pausa del corazón, un dolor intenso en la espalda, una caída vergonzosa.
O un milagro.
Como el de hoy.
El conductor cruzó velozmente con luz roja, yo estaba a punto de cruzar con la luz verde, conduciendo confiada, si voy un poco, solo un poco más rápido me arrolla, me mata, no sé.
Quedé turbada, mezcla de asombro, sorpresa, perplejidad, todo en segundos.
Seguí conduciendo hasta mi casa.
Mientras escribo voy comprendiendo lo sucedido.
Antes que el día termine, antes que el sol se oculte en el Pacífico, antes que los ojos se cierren para el descanso, doy gracias a mi Padre que ha enviado su ángel para librar mi vida de …¿la muerte? ¿invalidez? ¿hospital?
Recuerdo al salmista cuando escribe: “Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora”.
¿De cuántos accidentes,lesiones, dolores, pérdidas, heridas y emergencias nos ha librado Dios?
No tenemos ni la más remota idea.
Este incidente fue una lección visual de su cuidado diario.
¿Por qué no agradecer, entonces?
Estoy viva.
Puedo mirar, respirar, caminar, oler, tocar y los mil verbos del día.
No sé qué me trae la jornada.
Tal vez un accidente fatal.
Quizá una falla en el cerebro (como mi amiga Li.), una breve pausa del corazón, un dolor intenso en la espalda, una caída vergonzosa.
O un milagro.
Como el de hoy.
El conductor cruzó velozmente con luz roja, yo estaba a punto de cruzar con la luz verde, conduciendo confiada, si voy un poco, solo un poco más rápido me arrolla, me mata, no sé.
Quedé turbada, mezcla de asombro, sorpresa, perplejidad, todo en segundos.
Seguí conduciendo hasta mi casa.
Mientras escribo voy comprendiendo lo sucedido.
Antes que el día termine, antes que el sol se oculte en el Pacífico, antes que los ojos se cierren para el descanso, doy gracias a mi Padre que ha enviado su ángel para librar mi vida de …¿la muerte? ¿invalidez? ¿hospital?
Recuerdo al salmista cuando escribe: “Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora”.
¿De cuántos accidentes,lesiones, dolores, pérdidas, heridas y emergencias nos ha librado Dios?
No tenemos ni la más remota idea.
Este incidente fue una lección visual de su cuidado diario.
¿Por qué no agradecer, entonces?
viernes, 13 de junio de 2014
Partido Chile vs. Australia.
Me rindo.
Después de practicar una absoluta indiferencia, luego una oposición pasiva y por último un sufrido silencio, casi tildada de antipatriota, lo reconozco, he sido superada por la marea roja.
Por todos lados escucho el sonar de las bocinas, las famosas “vuvuzelas” invaden las calles, la tv. está inmirable, mis vecinos de los departamentos nuevos han llenado de banderas chilenas sus terrazas, las paradas de buses repletas de peatones esperando un bus que no aparece, desesperados por llegar a sus hogares a la hora del partido Chile-Australia, todo tema se ha postergado por 90 minutos.
La vida parece detenida en las imágenes de la pantalla, en todo lugar.
El aire huele a asado, abandonadas en mi reja han quedado botellas vacías de cerveza que han dejado los transeúntes.
La loquita del barrio pasa hablando incoherencias sin mirarnos, solo ve los amigos invisibles con los que se ríe o pelea, de la fiesta callejera no se percata.
Es la media hora previa y las aceras poco a poco van vaciándose.
Yo abro una etiqueta con “deportes”, en este blog. Me da vergüenza poner fútbol.
Y pienso que nuestro evangelio no ha sabido imbuir de pasión la vida de los creyentes, eso me apena.
Tal vez por eso los deportes masivos han tomado un lugar desmesurado.
Después de practicar una absoluta indiferencia, luego una oposición pasiva y por último un sufrido silencio, casi tildada de antipatriota, lo reconozco, he sido superada por la marea roja.
Por todos lados escucho el sonar de las bocinas, las famosas “vuvuzelas” invaden las calles, la tv. está inmirable, mis vecinos de los departamentos nuevos han llenado de banderas chilenas sus terrazas, las paradas de buses repletas de peatones esperando un bus que no aparece, desesperados por llegar a sus hogares a la hora del partido Chile-Australia, todo tema se ha postergado por 90 minutos.
La vida parece detenida en las imágenes de la pantalla, en todo lugar.
El aire huele a asado, abandonadas en mi reja han quedado botellas vacías de cerveza que han dejado los transeúntes.
La loquita del barrio pasa hablando incoherencias sin mirarnos, solo ve los amigos invisibles con los que se ríe o pelea, de la fiesta callejera no se percata.
Es la media hora previa y las aceras poco a poco van vaciándose.
Yo abro una etiqueta con “deportes”, en este blog. Me da vergüenza poner fútbol.
Y pienso que nuestro evangelio no ha sabido imbuir de pasión la vida de los creyentes, eso me apena.
Tal vez por eso los deportes masivos han tomado un lugar desmesurado.
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Entrénate para una vida dedicada a Dios.
El ejercicio físico te sirve de algo,
pero una vida dedicada a Dios te trae bendiciones
tanto para la vida presente
como para la del mundo venidero.
1 Timoteo 4:7-8 (PDT)
…………………………………………………………………………
domingo, 8 de junio de 2014
Minuto de fama.
Ingreso a una librería cristiana, hojeo libros con entusiasmo, tanta oferta me marea.
Cerros de libros por todos lados a precios diminutos.
Max Lucado (alguna vez fue inalcanzable para mi bolsillo) a 2 dólares, ¡Dios!, ¿vale la pena escribir si vas a terminar liquidado en una bodega?
Tal vez lo más grande de los grandes autores que terminan con sus libros en remate es esto, la posibilidad que personas con menos recursos puedan acceder a ellos.
Y más aún, me encontré con el día del 25 % de descuento ¡aleluya!
Mientras cancelo la cajera dice mi nombre para darme la boleta con el total.
Alguien que espera en la fila lo escucha y me dice ¿usted estudió en tal seminario?
-Vaya, sí.
-Yo fui alumno allí también, de una clase inferior a la suya, aclara.
Yo, en blanco. No me suena la cara ni el nombre.
Y él narra con lujo de detalles mi vida de estudiante, estoy tan impresionada que me quedo muda mientras él hace recuerdos de esos años maravillosos.
Nos despedimos con mutuas bendiciones.
Mientras regreso a casa no puedo dejar de sentir un asombro extravagante.
¿Cómo es posible que alguna vez haya impresionado a alguien que guardó en su memoria un nombre y un rostro tan común como el de cualquier chilena?
¿Cuántos recordarán mi defensa del idioma, los rasgueos guitarreros, las risas incontenibles en la hora de la cena, las bromas, las escapadas a casa de Febe a jugar tablero chino?
Hoy el Padre me ha dicho que, aun en mi oscura y nada de original vida, alguien recuerda mi nombre, me ha distinguido entre la multitud y me ha destacado.
Por un minuto me he sentido extraordinaria.
Extraordinaria.
Suena bien.
Solo un minuto más, Padre, déjame disfrutar mi momento de fama.
Hazme saber, Jehová, mi fin,
Cerros de libros por todos lados a precios diminutos.
Max Lucado (alguna vez fue inalcanzable para mi bolsillo) a 2 dólares, ¡Dios!, ¿vale la pena escribir si vas a terminar liquidado en una bodega?
Tal vez lo más grande de los grandes autores que terminan con sus libros en remate es esto, la posibilidad que personas con menos recursos puedan acceder a ellos.
Y más aún, me encontré con el día del 25 % de descuento ¡aleluya!
Mientras cancelo la cajera dice mi nombre para darme la boleta con el total.
Alguien que espera en la fila lo escucha y me dice ¿usted estudió en tal seminario?
-Vaya, sí.
-Yo fui alumno allí también, de una clase inferior a la suya, aclara.
Yo, en blanco. No me suena la cara ni el nombre.
Y él narra con lujo de detalles mi vida de estudiante, estoy tan impresionada que me quedo muda mientras él hace recuerdos de esos años maravillosos.
Nos despedimos con mutuas bendiciones.
Mientras regreso a casa no puedo dejar de sentir un asombro extravagante.
¿Cómo es posible que alguna vez haya impresionado a alguien que guardó en su memoria un nombre y un rostro tan común como el de cualquier chilena?
¿Cuántos recordarán mi defensa del idioma, los rasgueos guitarreros, las risas incontenibles en la hora de la cena, las bromas, las escapadas a casa de Febe a jugar tablero chino?
Hoy el Padre me ha dicho que, aun en mi oscura y nada de original vida, alguien recuerda mi nombre, me ha distinguido entre la multitud y me ha destacado.
Por un minuto me he sentido extraordinaria.
Extraordinaria.
Suena bien.
Solo un minuto más, Padre, déjame disfrutar mi momento de fama.
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Hazme saber, Jehová, mi fin,
Y cuánta sea la medida de mis días;
Sepa yo cuán frágil soy.
He aquí, diste a mis días término corto,
Y mi edad es como nada delante de ti;
Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive.
Salmos 39:4-5
..................................................................................................
viernes, 30 de mayo de 2014
La bendición de Dios.
De nuevo el otoño esconde la savia y ondula en las ramas
El puelche y el raco danzan en círculos sobre el cabello de los transeúntes
La lluvia cae sobre los techos enclenques
Su generosa belleza destruye contagios
Se endurece la nieve en las cumbres andinas
Renace el corazón de los campesinos
Habrá abundantes cosechas
La fe no será defraudada
La gloria de Dios brotará en la espiga brillante, en el grano dorado, en la verde vaina, en la roja redondez
Quizás más de uno levante sus ojos al cielo
Quizás los labios respondan con gratitud
Quizás haya respuestas al minucioso regalo que sostiene con majestad el mundo
Todo lenguaje insuficiente
Inarticulado corazón
El puelche y el raco danzan en círculos sobre el cabello de los transeúntes
La lluvia cae sobre los techos enclenques
Su generosa belleza destruye contagios
Se endurece la nieve en las cumbres andinas
Renace el corazón de los campesinos
Habrá abundantes cosechas
La fe no será defraudada
La gloria de Dios brotará en la espiga brillante, en el grano dorado, en la verde vaina, en la roja redondez
Quizás más de uno levante sus ojos al cielo
Quizás los labios respondan con gratitud
Quizás haya respuestas al minucioso regalo que sostiene con majestad el mundo
Todo lenguaje insuficiente
Inarticulado corazón
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Oh, Dios y Señor,
Tú coronas el año con una copiosa cosecha;
hasta los senderos más pisoteados desbordan de abundancia.
Salmos 65
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lunes, 26 de mayo de 2014
Apocalipsis, la esperanza.
Hacemos un breve ejercicio en nuestra clase de Apocalipsis, ya en los últimos capítulos.
Nos sentamos tranquilos en nuestro lugar habitual de trabajo, cerramos los ojos y meditamos en las palabras del apóstol Juan:
“Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y también el mar. Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: « ¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más». (Cap. 21)
Luego se nos pregunta por la impresión que esto ha provocado en cada uno la lectura de este pasaje.
Paz, felicidad, esperanza, certeza, alegría, las respuestas son variadas. Hay en el ambiente un aire liviano pero respetuoso, como si no quisiéramos romper el frágil y asombroso instante.
Mientras escribo recuerdo por un momento al hno. Warren Wiersbe : “El agnóstico y el ateo tienen todo el derecho de preocuparse (como alguien ha dicho) “no cuentan con ningún medio invisible de apoyo”
miércoles, 21 de mayo de 2014
"Miguelito"
¡Cuidado! - me grita mientras conduzco entre las calles llenas de barricadas-, pasaste sobre una pila de “miguelitos”, agrega asustada.
Ni los vi, le respondo, tampoco conozco esos famosos clavos pincha-ruedas.
Ha pasado algún tiempo desde aquella noche de protestas. De regreso a casa me topé con la avenida atestada de neumáticos quemándose, muchachos gritando, humo y olor pestilentes.
Salimos de allí sin un rasguño, ni siquiera se pinchó un neumático, pura gracia y protección de Dios.
Despido unos amigos en la puerta de casa.
Junto a las hojas otoñales, imitando una entre todas está un miguelito, nada de inofensivo.
Usado en protestas políticas en los años de dictadura, vino a derivar a manos de delincuentes para impedir la persecución policial durante asaltos a bancos.
Según los historiadores es un invento de los romanos.
Y yo que pensé alguna vez que eran producto made in Chile, ¡vaya!, la creatividad nos está fallando.
Lo coloco sobre mi escritorio, me recuerda que la vereda no es tan pacífica con su bucólica imagen de hojas semi secas esparcidas por todos lados. Hay peligros que asechan, aun en la puerta de nuestra casa, disimulados por la oscuridad y la sombra de los árboles.
...........................................................................
El Señor mediará entre las naciones
y resolverá los conflictos internacionales.
Ellos convertirán sus espadas
en rejas de arado
y sus lanzas en herramientas para podar.
No peleará más nación contra nación,
ni seguirán entrenándose para la guerra.
Isaías 2:4 (NTV)
.............................................
¿Cuándo se cumplirá esta promesa?
viernes, 16 de mayo de 2014
Gente común.
Muchos predicadores –en el fervor de la palabra- declaran sobre los feligreses promesas difíciles de concretar.
¿Qué hay si no llegas a ser “grande” como lo expusieron?
O ¿no cambias el mundo, no eres famoso ni eres enviado de misionero a la Conchinchina?
O…
Tal vez nunca viajes más allá del Transantiago.
Ni seas un predicador lleno de fuego.
Menos aparecerás en la tele ni en ningún medio de comunicación. Ni serás famoso, notable y rico.
La Juani camina con bastón, apenas sabe cantar, no atina a leer de corrido, con suerte sabe tocar el timbre, no conduce ni un minúsculo marutti y ya pasó los cincuenta.
Ni tiene Facebook, Whatsapp o e-mail.
Pero, por alguna razón se le ama.
No, digo mal, se le quiere por muchas razones.
Indefensa, amable, sonriente, optimista, dadivosa. Ríe por sí y por no, no se queja “¿en qué ayudo?” es su pregunta habitual.
En la celebración del día de las madres llegó con pequeños paquetitos, primorosos y sencillos para algunas mujeres del grupo.
Agradecida, eso es.
Y desconocida para el mundo más allá de nuestro barrio.
Pienso en los 500 seguidores de Jesús.
Todos nos emocionamos con los 12, analizamos sus logros, sus vidas virtuosas.
¿Qué hay de aquellos que nunca se nombran?
¿Cómo era la forma de vivir, la devoción de los 3.000 que se unen a la naciente iglesia del libro de Los Hechos (2:41)
La mayoría de ellos sin nombre, judíos y gentiles.
La mayor parte de ellos no fueron apóstoles, pastores, o eclesiásticos.
Artesanos, agricultores, pescadores, vaya a saber una. Padres de familia, madres solas, hijos abandonados, niños traviesos que crecen tan rápido.
Gente común que cultiva un jardín o vende telas. Personas que cumplen un horario y se acuestan rendidas. Sin registro para la historia del mundo. Apenas un verso: Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
3.000, muchos de ellos volvieron a sus hogares. A la vida rutinaria y desconocida.
He conversado con chicos y chicas que sueñan con ser el próximo apóstol Juan del siglo XXI, Pablo, Lucas, Pedro, María, Juana –por cierto es bueno soñar-, luego los noto frustrados porque apenas pueden pasar de curso, les cuesta la disciplina, no leen ni su libro de deberes (poquito la Biblia), y sí, confían que Espíritu Santo les ayude.
No tenemos un biógrafo que relate nuestras hazañas, cotidianas y prosaicas.
Ni una casa editora que compre los derechos de nuestros escritos.
Ni un mecenas que auspicie nuestra música.
Mi amigo R. ha publicado sus libros a pulso, casi siempre perdiendo dinero.
Vidas mínimas que barren la vereda para tener limpio el entorno. Manos amasan para dar pan al hambriento (parece que nunca se sacian), cocinan, cosen vestidos, atienden una oficina, cuidan abuelos, crían nietos, conducen un taxi, caminan largos trechos para llevar los hijos al colegio, se aburren en reuniones de apoderados...
Y aman a Dios, su Palabra, ofrendan para las misiones, se aprenden un salmo, oran breves momentos y cantan en sus templos ¿no están todos ellos “inscritos en el libro de la vida de Jesucristo”?
P.S: Dedico este post a mis amigas de la Iglesia donde me congrego y a quienes amo.
Para mi amiga de Milicia en el Sudeste Asiático.
Para mi Run -Run que se fue para el Norte.
En fin, escribo para ti, Shony, Juani, Tamy, Débora, Fernando (el de España y el de acá), Carmencita de la Ofis. Nacional, María, Paty, Ramón, Gladys...y las muchas pequeñas que están creciendo.
¿Qué hay si no llegas a ser “grande” como lo expusieron?
O ¿no cambias el mundo, no eres famoso ni eres enviado de misionero a la Conchinchina?
O…
Tal vez nunca viajes más allá del Transantiago.
Ni seas un predicador lleno de fuego.
Menos aparecerás en la tele ni en ningún medio de comunicación. Ni serás famoso, notable y rico.
La Juani camina con bastón, apenas sabe cantar, no atina a leer de corrido, con suerte sabe tocar el timbre, no conduce ni un minúsculo marutti y ya pasó los cincuenta.
Ni tiene Facebook, Whatsapp o e-mail.
Pero, por alguna razón se le ama.
No, digo mal, se le quiere por muchas razones.
Indefensa, amable, sonriente, optimista, dadivosa. Ríe por sí y por no, no se queja “¿en qué ayudo?” es su pregunta habitual.
En la celebración del día de las madres llegó con pequeños paquetitos, primorosos y sencillos para algunas mujeres del grupo.
Agradecida, eso es.
Y desconocida para el mundo más allá de nuestro barrio.
Pienso en los 500 seguidores de Jesús.
Todos nos emocionamos con los 12, analizamos sus logros, sus vidas virtuosas.
¿Qué hay de aquellos que nunca se nombran?
¿Cómo era la forma de vivir, la devoción de los 3.000 que se unen a la naciente iglesia del libro de Los Hechos (2:41)
La mayoría de ellos sin nombre, judíos y gentiles.
La mayor parte de ellos no fueron apóstoles, pastores, o eclesiásticos.
Artesanos, agricultores, pescadores, vaya a saber una. Padres de familia, madres solas, hijos abandonados, niños traviesos que crecen tan rápido.
Gente común que cultiva un jardín o vende telas. Personas que cumplen un horario y se acuestan rendidas. Sin registro para la historia del mundo. Apenas un verso: Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
3.000, muchos de ellos volvieron a sus hogares. A la vida rutinaria y desconocida.
He conversado con chicos y chicas que sueñan con ser el próximo apóstol Juan del siglo XXI, Pablo, Lucas, Pedro, María, Juana –por cierto es bueno soñar-, luego los noto frustrados porque apenas pueden pasar de curso, les cuesta la disciplina, no leen ni su libro de deberes (poquito la Biblia), y sí, confían que Espíritu Santo les ayude.
No tenemos un biógrafo que relate nuestras hazañas, cotidianas y prosaicas.
Ni una casa editora que compre los derechos de nuestros escritos.
Ni un mecenas que auspicie nuestra música.
Mi amigo R. ha publicado sus libros a pulso, casi siempre perdiendo dinero.
Vidas mínimas que barren la vereda para tener limpio el entorno. Manos amasan para dar pan al hambriento (parece que nunca se sacian), cocinan, cosen vestidos, atienden una oficina, cuidan abuelos, crían nietos, conducen un taxi, caminan largos trechos para llevar los hijos al colegio, se aburren en reuniones de apoderados...
Y aman a Dios, su Palabra, ofrendan para las misiones, se aprenden un salmo, oran breves momentos y cantan en sus templos ¿no están todos ellos “inscritos en el libro de la vida de Jesucristo”?
P.S: Dedico este post a mis amigas de la Iglesia donde me congrego y a quienes amo.
Para mi amiga de Milicia en el Sudeste Asiático.
Para mi Run -Run que se fue para el Norte.
En fin, escribo para ti, Shony, Juani, Tamy, Débora, Fernando (el de España y el de acá), Carmencita de la Ofis. Nacional, María, Paty, Ramón, Gladys...y las muchas pequeñas que están creciendo.
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