jueves, 28 de julio de 2016

La bendición.

 "¡Que el Señor te bendiga, y te cuide!
 ¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia!
 ¡Que el Señor alce su rostro sobre ti,
y ponga en ti paz!"

Números 6:23-26
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Cuando vuelvo a casa
La luna se levanta en Los Andes
A veces plena, a veces naciente.

Cuando vuelvo a casa
Resplandece en mi cara
La bendición postrera.

Cuando vuelvo a casa
Ha sido reparado mi maltrecho corazón
Entre el altar y la puerta
Entre las alabanzas y el sermón
Entre los abrazos y saludos 
El amor ha cubierto infinidad de faltas.

Aunque el mundo se caiga a pedazos hay un amor que restaura.
Cuando vuelvo a casa
La bendición resplandece.


lunes, 25 de julio de 2016

Memorice.

Los neurocientíficos dicen que es bueno para la mente hacer el ejercicio de memorizar.
Que previene enfermedades como el Alzheimer o la demencia.
Que la memoria es un músculo...dicen.
Mi profe (estudio un curso de monitores de salud) -moderno él-,  lo expresa lindamente, “ejercicios cognitivos”.

Por años hemos memorizado pasajes de la Biblia para celebrar en Septiembre. Hacemos una fiesta de recitación, niños, jóvenes, adultos, todos participamos en un acto de honor y de premio recibimos eso, tener en nuestra mente el lenguaje del cielo.
Sin duda recordar pasajes de la Palabra de Dios es lejos mejor que el más glorioso de los poemas, y conste que la poesía es una de mis artes favoritas.

Mary me cuenta que desea trabajar con la carta primera del apóstol Pedro. El año pasado recitó completo el libro de Joel, sacó efusivos aplausos y una invitación a declamar en un Seminario Teológico.
Estupendo, le digo.
Yo sigo haciéndole empeño a Isaías 53.
Nos juntamos en algún  horario de domingo para animarnos y evaluar cómo nos va, qué tanto hemos avanzado. Mary tiene carita rara. Le pregunto si está apenada, si la puedo ayudar en algo.

-He tenido un sueño sorprendente-, me dice. Soñé con dos soldados que llegaban a mi puerta y me avisaban que estaban cuidando mi casa –prosigue-, y que debería leer Apocalipsis 13 y contarle a todas las personas lo que ahí dice. Cuando empecé a leer el capítulo sentí algo inexplicable, como si se hubiera encendido una gran luz en mi pieza. Así es que he cambiado, voy a aprenderme ese, concluye.

La miro, es extraño, mientras me habla su cara se va iluminando casi al borde de la blancura, como si alguien hubiera encendido sobre nosotras una gran ampolleta.
Soy escéptica a los sueños, pero ¿quién soy yo para poner en duda alguna indicación particular?
Todo es cuestión de fe.
Y Apocalipsis 13 es tan excelente como la carta del apóstol Pedro.



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 Pero ustedes, amados, 
recuerden de las palabras que antes han sido dichas 
por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo...

Carta de Judas 1:17

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miércoles, 20 de julio de 2016

Derroche de amor.

Dicen algunos científicos que cuando escuchamos música somos más felices.
Ninguna novedad, ya lo descubrieron los hebreos en el tiempo del rey David, cantante por naturaleza.
Señor, ¡toda mi vida te cantaré! Dios mío, ¡yo te cantaré salmos mientras viva! (Salmos 104:33)

Los evangélicos cantamos cada vez que nos reunimos. 
Me agrada oír las voces -yo entre ellas- y recuerdo que el Señor habita entre las alabanzas de su pueblo (Salmos 22:3)

Después de una reunión bien "musiqueada",  volvemos a casa más livianos, inspirados y dispuestos a enfrentar los avatares cotidianos.
La música nos provee cierto blindaje, una defensa natural, una alegría interior.

Les comparto una canción para alegrar el día: 





¡Gracias, hermano Alex!

 

jueves, 14 de julio de 2016

Vida cotidiana.

Mientras duermo,
mientras viajo en Metro,
mientras digito estas letras,
la rosa que estallará al sol mañana trabaja presurosa en sus colores.

Mientras lidio con papeles en el Banco por un cobro sin sentido,
mientras reviso las cuentas del supermercado,
mientras visito una amiga enferma,
el limonero pone jugo a los limones que exprimiré en mi ensalada.

Mientras ruego en oración,
mientras sonrío,
mientras preparo una merienda,
mientras tomo un té chai a media tarde, 
el mar no deja de besar mi playa favorita, una y otra vez.

Si no viajo,
si no duermo,
si no voy al Banco,
si no canto,
si me encierro en una pena,
a rosa estallará mañana, esplendorosa,
el limonero dará su acidez,
el mar seguirá agitando sus aguas,
los ríos mantendrán su curso,
la nieve cae sobre Los Andes cada vez más blanca...

Me pregunto ¿qué tan indispensable soy?





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 Me di cuenta de que nadie puede descubrir 
todo lo que Dios está haciendo bajo el sol. 
Ni siquiera los más sabios lo descubren todo, 
no importa lo que digan.

Eclesiastés 8:17 (NTV)

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lunes, 11 de julio de 2016

Zorzal, amigo ausente.

Ahora que ya no está.
Ahora que se ha ido.
Ahora que he aprendido a aceptar la ausencia y el paso de los años.
Tal vez…, solo tal vez pueda escribir sin nostalgia, más bien con gratitud.
Una amiga me pide que cuente su historia, la nuestra.

Era el verano más bochornoso de los últimos años.
Varios pichones cayeron de las palmeras, algunos terminaron entre los dientes de los gatos, otros intentaron emprender el vuelo sobre árboles más pequeños.
Un grito destemplado se escuchó en todo el jardín.
Era una pequeña cría de zorzal que alborotaba en el techo, quizás los padres lo empujaron a volar y en el intento se quebró una pata.
Aterrorizado apenas dejó que lo tomara.
Un poco de agua, palabras de calma y manos seguras, poco a poco dejo de gritar.

¿Qué comen los zorzales?
Google en eso es un maestro. Comió y bebió como si hubiera estado en ayunas por semanas.
Con el paso de los días el pichón me adoptó como su proveedora, su sirvienta incondicional.
Si no despertaba temprano me picoteaba la mano.
Si no le daba comida a ciertas horas, vociferaba hasta que lograba su objetivo.
No aceptó una jaula, deambulaba por toda la casa, desafiando cualquier peligro.
Por primera vez supe lo que es tener un jefe que controle el tiempo, a dónde vas y cuándo vas a volver.
A medida que crecía también aumentaban sus exigencias.

¿Amarán las aves?
¿Tendrán sentimientos parecidos a los humanos?
Fue el verano más atareado, cuidando esa vida frágil y expuesta a la voracidad de otras especies.
Cuando nos fuimos de vacaciones, se sentó en el vehículo como si fuera suyo, llegamos a la casa en la playa y adoptó el espacio como propio.
Quería estar siempre cerca, se dormía en el escritorio cuando trabajaba o en mi falda cuando me sentaba a mirar televisión. La tele era su pasatiempo favorito.

Aprendió pronto a volar y empezamos a sacarlo al jardín.
Mientras yo leía él picoteaba el pasto o se instalaba en mi hombro.
Con su canto característico de zorzal animaba cualquier espacio.
Un día voló hacia el limonero.
Otro hacia el naranjo.
Sus exploraciones eran cada vez con giros más amplios y seguros.
Su pata estaba sana y sus alas fuertes.
Al final del verano hizo un vuelo más alto, más allá del jardín y no volvió.
Le puse en el patio su comida favorita, una amplia fuente con agua, no volví a verlo.



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 Y Dios creó los grandes monstruos marinos 
y todo ser viviente que se mueve, 
de los cuales, según su especie, están llenas las aguas, 
y toda ave según su especie. 
Y Dios vio que era bueno.  
Dios los bendijo, diciendo: 
“Sean fecundos y multiplíquense, 
y llenen las aguas en los mares, 
y multiplíquense las aves en la tierra.”

Génesis 1:21-22


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Escribo esta historia para Matilda, con cariño.




miércoles, 6 de julio de 2016

Pequeñas historias de cuello y corbata (2)

Heredó de su madre una casita en la comuna más populosa de Santiago.
¿La arrendaré?, se preguntó.
No, soy poco sagaz, los arrendatarios pueden ser deshonestos, después voy a tener mil problemas, creo que es mejor venderla.
Y cavilando, cavilando, vendió la herencia. 
Tenía una pequeña cuenta de ahorro en el Banco Estado. Allí colocó su dinero después de todos los trámites, impuestos y demases.

Una compañera de trabajo con la que habitualmente almorzaba le dio el dato de AC Inversions, una financiera que daba mejores intereses que el Banco.
-Te apuesto que estás ganando un moco-, le dijo. Si el Banco te paga un 0,5 % acá te dan de 5 a 7%. La oferta era tentadora.
Mary lo pensó largamente y le dijo a su amiga que prefería la seguridad del Banco.
Cada día era un tema recurrente.
Estás perdiendo plata. Es un muy buen negocio. Soy tu amiga, jamás te engañaría. Es una empresa seria.
Así, día tras día, como la gota que horada la piedra. 
Aceptó ir a conocer la empresa.
Oficinas en pleno Centro de la Capital. Nada de lujosas, gente trabajando, todo muy formal.
Le explicaron detalladamente el sistema de inversión y las ganancias que podría tener en el transcurso de un año.

Estos días he leído las noticias.
Entre los miles de engañados que han perdido importantes sumas de su patrimonio, me salta a la vista un nombre, Mary….
Toda su herencia se esfumó en la mayor estafa piramidal de los últimos años.
Según las autoridades judiciales será difícil recuperar algún dinero.


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 "Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. 
Por codiciarlo, 
algunos se han desviado de la fe 
y se han causado muchísimos sinsabores."


El apóstol Pablo a en carta a Timoteo 6:10


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lunes, 4 de julio de 2016

Pequeñas historias de cuello y corbata (1).

No tuve ninguna desconfianza -dijo cuando la entrevistaron-, se veía un joven tan decente, iba vestido con terno y corbata.

Estafadores de “cuello y corbata”, se califica a esa especie que con cierto dominio del lenguaje, envuelven a sus víctimas, como lo hiciera antaño la serpiente con Eva.
Se acercan a la salida de los bancos cuando los ancianos reciben su jubilación o alguien descuidado muestra una abultada billetera.
Se aproximan con simpatía a preguntar algún dato. Entablan una conversación amena, son maestros de la comunicación. Agradables hasta en los gestos.
Van hasta donde la víctima permita.

Ella era una vecina sola, cerca del barrio donde viví por algunos años.
Desde el día del asalto -donde limpiamente, sin violencia física, le quitó toda su mensualidad-, no volvió a ser la misma.
Contaba la historia, consternada que un joven “tan encantador, vestido de terno y corbata”, la hubiera timado sin apenas darse cuenta.
Nunca volvió sola al Banco. Pero, aun acompañada, el mal estaba en su mente, no lograba reponerse de la impresión. Cada mes iba con menos ánimo, como si la imagen del muchacho la rondara en las puertas.
Poco a poco perdió el apetito y fue paulatinamente decayendo hasta un final triste de hospital.

¿Por qué no sospechó que era una treta desvergonzada para despojarla de sus pocos pesos?
¿Cómo prevenir el engaño?
¿Por qué la corbata es un símbolo de confianza?



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No hurtarás.


Lucas 18:20

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viernes, 1 de julio de 2016

Homenaje, poema de fin de semana.

SEÑOR, Dios nuestro, 
tu nombre es sin par en el mundo entero. 
Tu gloria se extiende más allá de los cielos. 
Los bebés y los niños te cantan canciones de alabanza. 
Tú les diste estas canciones poderosas 
para silenciar a tus enemigos que buscan venganza. 

Cuando veo el cielo que hiciste con tus dedos, 
y la luna y las estrellas que pusiste en su lugar, 
me pregunto: « ¿Qué es el ser humano? 
¿Por qué te acuerdas de él? 
¿Qué es la raza humana
para qué te ocupas de ella?» 

Tú has creado a los seres humanos casi como dioses 
 y los has llenado de honor y gloria. 
Los has puesto al cuidado de todo lo que creaste; 
pusiste todo bajo sus pies. 
 Ellos gobiernan a todas las ovejas y ganado, 
y también a todas las bestias del campo, 
a las aves del cielo y a los peces del mar, 
y a todo lo que pasa por las corrientes del mar. 

SEÑOR, Dios nuestro, 
tu nombre es sin par en el mundo entero. 


(Salmos  8) 



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