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viernes, 3 de noviembre de 2023

Aniversario.

Nuestra comunidad evangélica en Chile ha estado de aniversario. 
70 años de crecimiento constante no es una cosa menor.

Lo hemos celebrado durante tres días en un evento memorable; mucha amistad, música de lujo,  reencuentros con  amigos, momentos de gran alegría, por supuesto con mucho café y masitas de todo tipo. 

Y un libro para la posteridad, no podía faltar.
Estuve ahí y como a todos, me recorrió la emoción de compartir los recuerdos. 
Dios ha sido fiel siempre.
*



viernes, 6 de noviembre de 2020

Cuando un amigo se va


Voy al funeral de un amigo. 
El sentimiento de ausencia es aún más intenso por los protocolos sanitarios, nada de abrazos (que sí los hubo), distancia entre los asientos, nada de refrigerio, limitada cantidad de personas, solo unos minutos en el interior, la autoridad ha sido rigurosa, aun cuando su partida fue por otras causas. 

Es interesante ver cómo la familia cristiana tiene esa reacción noble ante un desenlace inesperado, esperanza y tranquilidad. Fuimos de la misma generación así que es invariable pensar que estoy acercándome ligeramente a lo invisible. 

 Esta tarde, regresando a casa todo me parece único, esencial, nada cotidiano. Hasta el sonido destemplado de la ciudad me provoca un agrado desconocido, un zorzal canta en el jardín y no puedo dejar de pensar que por generaciones seguirá aquí, con la misma canción para los que habitarán esta casa. Todo es precario y maravilloso cuando el halo de la muerte pasa cerca; los minutos se vuelven preciosos.


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Pues sabemos que, 
cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos 
(es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), 
tendremos una casa en el cielo, 
un cuerpo eterno hecho para nosotros 
por Dios mismo y no por manos humanas. 

 2 Corintios 5:1 NTV 

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viernes, 1 de junio de 2018

De adivinas y su fama.

En mi antiguo barrio vivía una adivinadora.
A su puerta llegaban autos y dueños de todo tipo de pelo, la fama es un soplo que traspasa cualquier condición social, más aún si somos un país adicto a lecturas proféticas, grafología, tarot, horóscopos, hojas de té y cuentos mágicos, entre otros.

La Sra. Bruni, la adivina, vivía con sus hijos –escolares todavía- y su hermano, Juanito, un muchacho afable y amistoso que le ayudaba en la crianza de los tres niños.
Cierto día vino a su consulta una joven, bastante apenada por la indiferencia de su amante. Doña Bruni le pidió una fotografía del susodicho para ver qué podría hacer en esas circunstancias. La muchacha sacó de su cartera un retrato, en ella la estampa de Juanito estaba más que clara.
Reponiéndose de la sorpresa doña Bruni le explicó la vida del joven con lujo de detalles y le aconsejó que lo olvidara pues estaba de novio con una mujer del barrio donde vivía. Nunca le reveló lo del parentesco. Obviamente la chica se fue con la impresión que aquella adivina sí que era verdadera.

 Así es como se construye la fama en este mundo.


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Que no haya en ti nadie 
que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, 
ni nadie que practique la adivinación, 
ni sea agorero, 
ni sortílego, 
ni hechicero,  
 ni encantador, 
ni adivino, 
ni mago, 
ni nadie que consulte a los muertos. 

Deuteronomio 18:10-11

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(Fotografía, Cordillera de Los Andes).

viernes, 26 de enero de 2018

La boda.

Mis amigas han estado enteradas de esa rara  aprensión  que tengo para asistir a las bodas.
No hay una razón válida o explicable, creo en el matrimonio, creo en la bendición sacerdotal, creo en eso de “ …hasta que la muerte los separe”.
A pesar de mis titubeos, asistí a la boda de J., mi amiga de milicia en el Sudeste Asiático, quién después de viajar por todo el mundo, encontró su “media naranja” en un pequeño pueblo del Sur de Chile.
Parte de la alegría de complacer una persona amada es el aprendizaje de experiencias inolvidables, guardar ciertos protocolos, ir a la peluquería, maquillarse, comprar un vestido, zapatos de tacón y medias con dibujos, ir al Mall por un regalo, viajar al Sur.
Se van creando en el cerebro imágenes que me acompañarán hasta el fin de mis días.
Parafraseando a C.S. Lewis, fui “sorprendida por la alegría”, una placentera experiencia que en muchas ocasiones me negué ¡qué boba!

 No solo fue una ocasión feliz, también es un anuncio al mundo de la fe en la familia, una bienvenida a otros seres que habitarán nuestros espacios, una forma de armar recuerdos ensamblados a otras mentes que completarán el cuadro de la memoria.
La fraternidad humana.
Porque he ido aprendiendo que las ceremonias son importantes.
Ciertas festividades nacionales o mundiales  dan un sentido de pertenencia.
Los delicados ritos son una mirada compartida, más aún cuando son realizados con tanta entrega y esperanza.
Tal vez por eso Dios le indica a Moisés cuando los saca de Egipto en ocasión de La Pascua, esa gran aventura épica: “Este es un día que ustedes recordarán y celebrarán con una gran fiesta al SEÑOR. Lo celebrarán como una costumbre, de generación en generación.”.

Modestamente, también tengo días felices y célebres en mi depósito personal.
Gracias Jes por invitarnos.





lunes, 14 de agosto de 2017

Los ritos sociales.

De niña detestaba los rituales.
Tal vez porque mi infancia fue libre o tal vez por el trabajo de mamá,  me dejaba mucho tiempo libre para disponerlo como quisiera.
Si fuese hoy estaría –sin duda- horas navegando por internet o haciendo zapping en los canales de cable.

Los rituales me incomodaban, a veces me ponían triste, en general los evitaba con excusas como “tengo mucho que estudiar” y otras parecidas.
Y cuando digo rituales me refiero a bodas, cumpleaños, onomásticos, las fiestas patrias, las vacaciones o los años nuevos.
Con el tiempo uno aprende –dice el poeta- y va cambiando algunos paradigmas un poco antisociales y se rinde al amor, la amabilidad y acepta algunas invitaciones, las que nos permitan el trabajo y las responsabilidades hogareñas, por cierto.
La vida tiene sentido en los ritos, las fechas, los signos, las banderas.
Cada pueblo tiene los suyos, cada comunidad se identifica con formas, Jesús fue insoportable a la sociedad farisea porque traspasaba esas formas que les daban sentido de pertenencia y les unían como nación.

Los evangélicos tenemos ritos propios e inalterables, no pocos (tal vez algún día nos atrevamos a detallarlos con la colaboración de algún amigo-a).
Los chilenos somos distintos en rituales a los peruanos, argentinos o venezolanos que han llegado por estas tierras.
Con el advenimiento de otras etnias y otras costumbres estamos aprendiendo que no somos el centro del universo y que hay otras conductas tan bellas y válidas como las nuestras para celebrar lo que sea.



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 Había un hombre allí que tenía una mano paralizada, 
y como buscaban la manera de acusar a Jesús, 
entonces le preguntaron: 
—No se debe sanar en el día de descanso, ¿verdad?

Jesús les contestó:
—Si alguno de ustedes tiene una oveja 
y en el día de descanso esta se cae en un pozo, 
no es verdad que va y la saca del pozo?  
¡Pues un ser humano vale más que una oveja! 
Por lo tanto, está permitido hacerle bien a la gente 
en el día de descanso."

Mateo 12:10-12 (PDT)

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lunes, 7 de agosto de 2017

Una Biblia nueva.

Hace unos días compré esta Biblia, NVI, para uso personal.
Tengo 14 traducciones en formato digital, pero no hay caso, me sigue atrapando la edición impresa, soy un espécimen que necesita papel en todas sus versiones, blanco, de colores, couché o hasta roneo.
Mis dedos añoran la suavidad de las hojas, los oídos buscan –entre tanto ruido infortunado- el sonido apacible al dar vuelta las páginas. Hay una paz cómplice entre libro y lectora, aparte del lenguaje, el color o la grafía.
Venía de regalo una tarjetita para separar las lecturas (si quieres alguna vez regalar un libro, ese es un buen detalle).
Me instalo a hojearla “a lo pentecostal”, donde una abre las páginas se inicia una lectura, sin un método temático u ordenado. Ya habrá tiempo para intentar un estudio libro por libro o exegético, tomar apuntes o hacer comparaciones.
De momento me deleito en este libro nuevo, sin brizna de polvo o marcas de otros dedos.



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 ―Señor —contestó Simón Pedro—, 
¿a quién iremos? 
Tú tienes palabras de vida eterna. 
Y nosotros hemos creído, 
y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

 Juan 6:68-69 NVI
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lunes, 17 de julio de 2017

Pasión.

Me asombran algunas canciones evangélicas, en especial las que incluyen frases extraordinarias como esta, u otras semejantes.
No sé si ese fraseo será literal o alegórico.
A veces la liturgia nos lleva a expresiones que no entendemos o no cultivamos en la vida real.
Se transforman en dichos dominicales que tienen cierto signo de espiritualidad, que elevan el alma pero al traspasar la puerta del templo –y volver a la cotidianeidad- olvidamos.
¿A qué nos referimos realmente cuando hablamos de pasión?
Pasión por Dios.
No hay pasión sin sufrimiento.
En sí misma la palabra "patior" (latín) significa sufrir.
La pasión de Cristo es la mayor imagen de lo extrema que puede llegar a ser si se practica en el sentido estricto.

¿Qué estamos diciendo cuando nos declaramos apasionados por Dios?
¿Implica que Él es nuestro único centro-eje-foco-principio y fin de adoración?
¿Que nuestros afectos se someten a su voluntad?
¿Estará Él presente en el día a día de mi realidad?
¿Qué la devoción será más que un hobby de domingo?

Declarar  pasiones -cualquiera que esta sea- me suena un poco jactancioso.
Personalmente me parece una grandilocuencia hacer alarde de una relación con Dios, una presunción de una espiritualidad que no poseo (aspiro sin duda) y que si la tuviera no podría vocearla como un consecuencia de lo virtuosa que he sido o como una conquista personal.
Si de algo estoy segura es de mis debilidades.
Más allá de toda duda, conozco mi tramposo corazón que más de una me ha jugado. 
Sé más de mis carencias que ningún otro tema.
Solo puedo aferrarme cada día a la gracia soberana, a la misericordia abundante, al amor inalterable de Dios. 

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"... el Señor nuestro Dios,
 el Señor es uno. 
Y amarás al Señor tu Dios 
con todo tu corazón, 
y con toda tu alma,
 y con todas tus fuerzas.

Deuteronomio 6:5-6 

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(Fotografía: Flor de la Pasión)

jueves, 1 de junio de 2017

La destrucción de los mitos evangélicos.

Mito uno.-De niña crecí con la ingenua seguridad que un cristiano nunca moriría en un accidente.
¡Vaya suposición errada!
No sé de dónde saqué esa doctrina, por cierto, absolutamente personal y extra-bíblica. El día que murieron en un choque 12 jóvenes de una iglesia de Linares que andaban en misiones, se me movió el piso.
Mito dos: Me duró hasta los 14 años la certeza que los cristianos eran fieles esposos (as), dedicados a sus hijos y que jamás mirarían el “prado” –un decir eufemístico- del vecino. El ministro principal y la secretaria de la iglesia se enredaron en una aventura, escándalo general, pueblo chico, todo se sabe. Estupefacción.
Mito tres: Los hijos (as) de evangélicos no se embarazan si son solteros. Basta mirar un poquito las estadísticas para que la realidad diga lo contrario.
Mito cuatro: Los evangélicos no roban. Con mis ojitos hipermetropíos he visto “hermanas” llevar algo que no les pertenece. ¿Serán cleptómanas? Ha llegado a nuestra Comunidad un buen sicólogo, estoy tentada a decirles que soliciten una hora de consulta.
Mito cinco: Jamás de los jamases un cristiano se suicidaría. El día que llevaron a mi amiga M. como un bulto inerte a urgencias, algo se me destrozó en el alma. Murió por el camino. Creció en la iglesia, padres evangélicos, cantó en el coro, fue maestra de niños y la mujer más dulce que haya conocido. ¿Qué pasó por su mente para llevarla a ese extremo?
Mito seis: (Aporte de mi amigo Cris.) Los evangélicos no procrean niños disminuidos o diferentes. Y conversamos el caso del muchacho ciego.
Mito siete: Un cristiano nunca “copiaría” en un examen. Lo vi cuando estudiaba y “no me cabía en la cabeza” que seminaristas voluntarios abrieran furtivamente su cuaderno de notas para responder en un examen. Se supone que la Teología es el gran tema que estudiamos.

Después de la destrucción de tradiciones creadas por mi mente ignorante, me dediqué a estar cerca de la gente para comprender la razón de por qué viven como viven y por qué toman las decisiones que toman. Mientras escribo recuerdo al poeta Rilke: “Se humilde ahora como una cosa madura para la realidad, -“ 
*Al margen: qué mito has tenido que vencer?


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 Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes. 
Más bien, ejercítate en la devoción a Dios.

1 Timoteo 4:7


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miércoles, 16 de noviembre de 2016

Puntos de vista.

El varón de las "40 enfermedades" ha salido de la UCI (unidad de cuidados intensivos), después de estar tres meses en una sala de hospital.
Camina por su barrio como un resucitado.

Algunos se maravillan del poder que ha desarrollado la ciencia médica.
Otros han quedado atónitos con el resultado de las oraciones.

Dos puntos de vista para el mismo milagro.





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No hagas caso de discusiones 
que no tienen ton ni son;
 ya sabes que terminan en peleas.  
Un siervo del Señor no debe andar en controversias; 
al contrario, debe ser bueno con todos.


2 Timoteo 2:23-24

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(Fotografía gracias a Pilar Moreno)

lunes, 7 de noviembre de 2016

Política, políticos y evangélicos.

En las últimas elecciones hubo una alta abstención de votantes, no sé si la más alta de los últimos años.
Eso habla de un país desinteresado por la política y los políticos.
Leo acerca de las inminentes votaciones en Estados Unidos, algunos llaman a los cristianos a votar como un acto de obligación moral y otros consideran que cada uno es libre de no hacerlo.
Lo que pase o no pase en el mundo dependerá en gran medida del resultado de esas elecciones.

Crecimos con el mote  de "evangélicos apolíticos".
¿Eres apolítico o solo es una postura diplomática?
Vivimos en este lugar, no en una burbuja, y nos gobiernan seres humanos que no nos dejan indiferentes (imagino) con sus decisiones legislativas, a veces frontalmente en contra de los principios bíblicos, aunque algunos sostienen la tesis que la Iglesia fue más fructífera en la época de la persecución romana.
¡Vaya!

Un querido hermano escribe que no estamos aquí para avalar los sistemas de gobierno sino para predicar el evangelio y el poder de este hará su obra en la sociedad.
Otro opina que los cristianos debemos ser una influencia en promulgar leyes justas y si no participamos en la política del país nunca podremos hacerlo ya que hemos dejado que agnósticos y ateos legislen  por nosotros.
Una querida hermana presenta su candidatura a Concejala de nuestra Comuna.
Apenas tuvo 245 votos, el candidato más votado 14.000.-

¿Podemos seguir sosteniendo que no debemos involucrarnos en política?
¿Puede un evangélico presentarse de candidato y recibir el apoyo de los cristianos?
O ¿tal vez debemos dedicarnos a tareas más espirituales, orar, predicar,   enviar misioneros a la China sin que nos importe mucho quienes gobiernan?


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"... nosotros somos ciudadanos del cielo, 
donde vive el Señor Jesucristo; 
y esperamos con mucho anhelo que él regrese 
como nuestro Salvador."

Filipenses 3:20 
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Toda persona 
debe someterse a las autoridades de gobierno, 
pues toda autoridad proviene de Dios

Romanos 13:1
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jueves, 6 de octubre de 2016

Ñachi, moronga, morcilla, prieta.

Un mal recuerdo fue aquel paseo de curso.
Mis compañeros mataron un cordero y con su sangre hicieron “ñachi”.

Todo estaba perfecto hasta que a uno se le ocurre que todos (y todas) deberíamos ingerir el mejunje, tal vez ya le habían pasado el dato que los evangélicos no tomamos ni comemos sangre en ninguna de sus versiones, sea morcilla, moronga,  ñachi,  prieta...
Rehusé educadamente, pero el coro no se hizo esperar.
El gracioso del grupo aprisionó mis manos en la espalda mientras me acercaban la cuchara llena de sangre cuajada aun caliente.
Cerré los ojos y la boca hasta que se cansaron.
Fue un momento eterno, vergonzoso, raro.
Habían traspasado la delgada línea de las libertades que gozamos como seres humanos.
El resto del día me dediqué a la pesca en el río, nunca se habló del asunto.

 *

Por estos días escucho un debate en clase de Teología, una de las expositoras, intenta corroborar su tesis con algunos pasajes de la Biblia acerca de la ingesta “pero cocida”, asegura.
No quedamos muy convencidos.
Personalmente creo que usar sangre como elemento gastronómico conlleva un riesgo, más que una acción moral.
Por algún motivo el primer Concilio de Jerusalén acordó:
Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. (Hechos 15)

Y tú ¿has comido sangre?
¿Es saludable?
¿Es necesaria para nuestra salud?





miércoles, 20 de julio de 2016

Derroche de amor.

Dicen algunos científicos que cuando escuchamos música somos más felices.
Ninguna novedad, ya lo descubrieron los hebreos en el tiempo del rey David, cantante por naturaleza.
Señor, ¡toda mi vida te cantaré! Dios mío, ¡yo te cantaré salmos mientras viva! (Salmos 104:33)

Los evangélicos cantamos cada vez que nos reunimos. 
Me agrada oír las voces -yo entre ellas- y recuerdo que el Señor habita entre las alabanzas de su pueblo (Salmos 22:3)

Después de una reunión bien "musiqueada",  volvemos a casa más livianos, inspirados y dispuestos a enfrentar los avatares cotidianos.
La música nos provee cierto blindaje, una defensa natural, una alegría interior.

Les comparto una canción para alegrar el día: 





¡Gracias, hermano Alex!

 

lunes, 30 de noviembre de 2015

Palabras, palabras, blablablá...

Mi estado era casi hipnótico.
Ella hablaba, hablaba y hablaba.
Una invasión de palabras.
Dictó cátedra sobre el escándalo de la ANFP (Asociación Nacional de Futbol), del ex dirigente Sergio Jadue, de los robos, de política, de farándula, de lo estúpido, lo trivial, lo grotesco de la tv y las redes sociales.
Nos dio la lata gratuitamente, sin asco o benevolencia.
Calificativos van, calificativos vienen.
Dominaba la escena con su lengua mordaz.

Reunidas en un taller navideño, ambiente informal, ninguna de las asistentes se opone o concuerda, pareciera que una parálisis nos impide hablar.
Termina su retahíla afirmando que todo es de primera fuente.
A sí misma se denomina “cristiana”.

Nos recorre un sentimiento raro, algo de todo lo dicho “no pega ni junta”.



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No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. 
Que todo lo que digan sea bueno y útil,
 a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.

Efesios 4:29 (NTV)

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jueves, 12 de noviembre de 2015

Clichés evangélicos.

En nuestra clase de domingo la profe nos ha ilustrado con el video de Cantinflas  "Si yo fuera diputado".
Intentaba explicarnos la retorica del lenguaje que como evangélicos usamos sin siquiera darnos cuenta. No vamos a negar que los clichés se nos dan en forma natural, tanto que a veces ni entre nosotros nos entendemos.

Algunas de estas frases se oyen con más o menos frecuencia:

***
Amar al pecador, odiar su pecado. 
Pa’ la honra y gloria (de Dios, se entiende). 
El pan ni el agua les faltará a sus hijos, citado como un verso bíblico. 
Dios bendice al dador alegre. 
Una reunión de “koinonía” (algún té o cena en algún hogar).
A la iglesia que fueres haz lo que vieres.
El corazón tiene un agujero en forma de Dios. 
Soy la niña de sus ojos (¿…?). 
Corazón de siervo (algún pastor que exhibe un buen currículo).
Dios me dijo  (al afirmar alguna sentencia o mensaje). 
Es un poco mundano o, se fue a Egipto ( alguien que asiste a la iglesia pero mantiene costumbres non santas). 
Ese anda tras los panes y los peces. 
Porque Dios dijo ayúdate que yo te ayudaré.
Ore por mí porque ando decaída. 
Señor, apure los pasos de los hermanos que vienen en camino (una oración cuando hay poca concurrencia).

***
La potencia del lenguaje y el temor a emplearlo mal es una de las tantas razones por la que perdemos la naturalidad y caemos en lugares comunes, frases hechas o copias de predicadores conocidos. Si a ellos les resulta ¿por qué no a nosotros?



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“Nadie los engañe con palabras vanas” 
Efesios 5:6 

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sábado, 31 de octubre de 2015

Día de las Iglesias Evangélicas.

Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, feriado nacional.
¿Qué queda al final de este día?

Unos organizaron seminarios.
Otros encuentros regionales.
Congresos de jóvenes, reuniones en hogares.
O se fueron de paseo a la  playa. Algunos concurrieron al clásico de fútbol.
Y la Marcha por Jesús.

Todavía, después de un siglo viviendo y trabajando en el país como cristianos evangélicos, no somos capaces de ponernos de acuerdo y realizar una actividad en conjunto. Nuestra endémica desunión  no nos honra para nada.



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 Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, 
y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo.

1 Corintios 12:27

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sábado, 17 de octubre de 2015

Detener el tiempo (2)

En nuestra comunidad evangélica latinoamericana y tercermundista el tema de la Navidad se inicia en octubre con la planificación de los últimos meses del año.(Los chilenos somos los reyes de la procrastinación)
Sacarle el jugo a este tiempo es la consigna. 
Celebrar conferencias, seminarios, presentaciones, cursos, paseos, etc. 
Como si el mundo se terminara el 31 de diciembre. 
Algunos piensan  -¡oh, ilusión!-, detener el avance de las horas.

Este año no es la excepción. 
He sido invitada a dos seminarios, una marcha, tres congresos, un posgrado, un taller de manualidades concernientes al tema Navidad "ad portas" y una reunión de planificación de la amiga secreta y paseo anual. 
¡No hay cómo estirar las horas! Cada día debería tener 48, solo así podría asistir a todo. 

Una amiga me dice “priorizar, priorizar”. 
Pero ¿cómo eliges? Si un evento no cumple las expectativas estarás pensando que debiste asistir al otro y así…ay, deberíamos tener el don de la ubicuidad ¿no? (solo por octubre-noviembre, Señor).

Me siento a leer Eclesiastés. 
Nunca tuvo tanto sentido eso de: 

"Todo tiene su tiempo. 
Hay un momento bajo el cielo para toda actividad: El momento en que se nace, y el momento en que se muere; el momento en que se planta, y el momento en que se cosecha; el momento en que se hiere, y el momento en que se sana; el momento en que se construye, y el momento en que se destruye; el momento en que se llora, y el momento en que se ríe; el momento en que se sufre, y el momento en que se goza; 
( Eclesiastés 3:1-4)

Debo recordar que habrá un 1 de enero (si Dios lo permite) y bajarme del estrés.
Definitivamente.

***




(Fotografía: Reloj de flores en Viña del Mar)



viernes, 19 de junio de 2015

Música pentecostal.

Llegan con sus mandolinas, un banyo y una guitarra.
Cinco mujeres y un hombre.
Es extraño, son chicas modernas, cibernautas, chatean y tienen facebook, visten pantalones, gorros bolivianos, usan aros brillantes y se hacen trencitas y mechas californianas en la cabeza.
Sin embargo cuando empiezan a rasguear los instrumentos adquieren ese aire pentecostal que me cuesta describir, entre respetuoso y antiguo, entre místico y alegre, la cara cambia de expresión, se concentran como si el Espíritu estuviera soplándoles al interior una melodía que solo ellas escuchan.

La música evangélica es variada, ecléctica, todos los estilos, desde himnos luteranos hasta el notable hip-hop que algunos interpretan en buses del Transantiago o en espectáculos callejeros. La música pentecostal es inconfundible, sentimental y rítmica. Apegada a una tradición de cuerdas y tonos menores. Generalmente lleva al auditor a la emoción y a veces hasta las lágrimas, enraizada en lo más profundo de las iglesias sureñas autóctonas, sufridas en la esperanza de un mejor acontecer.
La música pentecostal cala directo al corazón.

Tal vez porque ser pentecostal es un sentimiento, una certeza de pertenecer, la canción ahuyenta las tristezas y te da fuerzas para vivir.
Algunos sostienen que no existe algo como “música cristiana” y les encuentro bastante razón. Pero si me preguntan por la  música pentecostal, respondería que sí, que la hay y es diferente, tal vez única en su género, como lo es el gospel, el jazz o la cumbia.
Amo la música con toda clase de instrumentos, de cualquier época, de todo país, todos los estilos ¿tú también?


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¡Alabado sea el Señor al son de trompetas!
¡Alabado sea el Señor con salterio y arpa! 
 ¡Alabado sea al ritmo del pandero!
¡Alabado sea con flautas e instrumentos de cuerda!
¡Alabado sea con campanillas sonoras!
¡Alabado sea con campanillas jubilosas!
 ¡Que todo lo que respira alabe al Señor!
¡Aleluya!

Salmos 150: 3-6 (RVC)
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Una muestra aquí:



viernes, 1 de mayo de 2015

Oración en mayo.

Recibo una invitación para orar por el Sudeste Asiático durante mayo.
Me apunto con agrado, una de las tareas más satisfactorias donde podemos invertir el tiempo es rogar por las personas (he dejado en "stand by"  el paseo de la tarde), vale la pena hacer algunos cambios y romper la rutina.
Amigas de milicia, les  acompaño en el viaje.


Por todos:  
"En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos." 1 Timoteo 2:1 (NTV)

En todo tiempo: 
"Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu" Efesios 6:18

En cualquier lugar:    
"Quiero, pues, que se ore en todo lugar" (1 Timoteo 2:8)







martes, 21 de abril de 2015

Menú evangélico.

Hay una época donde la mayoría de las comunidades evangélicas hacen eventos, seminarios o congresos.
En el programa para matrimonios hay un amplio currículum de temas, cómo criar a los hijos, los problemas que se enfrentan con los adolescentes, cómo ser buenos padres, la relación óptima en el hogar, las drogas que circulan entre los estudiantes,  y un largo etc.
Y pollo con arroz de almuerzo.

Por su lado los jóvenes - ellos ni sospechan que debajo de la olla hay que encender una llama-, a la hora de servir refrigerio no puede faltar, adivinaaaa, pollo con arroz, obviamente cocinado por alguna madre que pillaron “volando bajo” y le endilgaron la tarea de alimentarlos.

Se juntan en una reunión los varones, sueñan con un grosso asado, sin las susodichas ensaladas que matan la carne en su primigenio sabor. Por extraño que parezca a la hora de sentarse a la mesa aparece –como por arte de un prestidigitador- un suculento plato de pollo con arroz.

Lo he investigado.
Lo he pensado.
Lo he conversado.
Nadie tiene una explicación aceptable.
Sencillamente la tradición se impone.

No creáis que es por desagradecida que escribo esta nota.
Soy absolutamente consciente de la gracia que se nos otorga al tener un plato de comida cada día, más aún, una comida ampliamente recomendada por los nutricionistas.
Pero en defensa de la cantidad de veces que he debido comer este menú, por favor,  ¿podrías colocarle unas rodajas de tomate siquiera? ¿O una hojita de lechuga? ¿Tal vez un ramito de perejil?
O derechamente ¿por qué no cocinamos otra cosa?




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 Pero él ordenó que se abrieran los cielos;
    abrió las puertas del cielo.
Hizo que lloviera maná para que comieran;
    les dio pan del cielo. 
 ¡Se alimentaron con comida de ángeles!
    Dios les dio todo lo que podían consumir.


Salmos 78: 23-25


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