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viernes, 10 de noviembre de 2023

Imperdonables.

Un desliz, una falta, un lapsus opacará todo lo bueno que hiciste por cualquiera. 

Salomón ya lo supo hace miles de años, hay que asumir la realidad humana: 
“El mal olor de una mosca muerta echa a perder el mejor perfume. 
La tontería más pequeña afecta el prestigio de quien es sabio y honorable.” 
Eclesiastés 10:1 RVC
*
Una amiga a la que he hecho  favores en el pasado me solicita otro. 
No depende de mí hacerlo, así que le explico la situación.
Me mira muy desilusionada, como si  yo le debiera algo.
*
Recuerdo un popular tele-predicador que donó a Chile una gran cantidad de Biblias, algunas construcciones para estudiantes y buenas canciones para elevar el alma. 
Por un momento de pasión perdió todo su estatus, prestigio y caudal financiero.
Y aunque se arrepintió públicamente, su nombre fue borrado sin indulgencia.
*
Para Tomyli todo se transforma en  una ley.
Si solo una vez le haces un regaloneo, lo querrá siempre. 
Si un día lo sacaste de paseo, llorará hasta que lo vuelvas a hacer.
Si le diste algo muy rico e inusual, insistirá hasta el cansancio para que se lo des de nuevo.
*
Don E. es un hombre de mundo y da consejos hasta para los callos. 
Ud.- me dice- ha cometido un error al dar tantas facilidades. 
Ud. le da a alguien la mano y luego le toma el codo.  
¿Sabe Ud. que la mucha bondad produce menosprecio?
(No es que yo sea muy buena o buenista, simplemente no quiero ser injusta)
*

Señor, 
si te fijaras en nuestros pecados, 
¿quién podría sostenerse en tu presencia? 

Pero en ti hallamos perdón, 
para que seas reverenciado.
Salmos 130:3-4 RVC
*


Ilustración tomada desde aquí:




viernes, 21 de octubre de 2022

Expatriado en Babilonia (o en cualquier lugar)


Repetidas veces hace el gesto de volver la cabeza, presiente que no volverá al hogar, a su familia o a la cotidiana ceremonia de cargar el cántaro donde su madre guarda agua para el día siguiente.

No habrá tardes de lecturas bajo la higuera ni clases de Torá con los amigos. 
Todo se difumina mientras viaja en el desconocido desierto al nuevo hogar. 

¿Hogar? 
¿Se puede llamar hogar la tierra pagana? 
Sí, donde esté YHWH (Adonay llena la tierra) estará el lugar de mi reposo. 




(Pintura de Miguel Angel, tomada de 

viernes, 14 de octubre de 2022

Precavidos.


Los hermanos de Goliat huyeron a perderse 

no fuera que a David se le ocurriera usar

las  cuatro piedras que le quedaban

*


Ilustración:

David, escultura de Lorenzo Bernini



 

viernes, 7 de octubre de 2022

Cuando bailar es peligroso.


Ella no supo qué hacer con la cabeza 
Que sobre la bandeja 
la miraba con curiosidad 
los ojos aún luminosos

Los invitados perplejos 
Aquello se había desbordado. 

Solo la madre 
–ah, siempre las madres- 
tomó el recipiente y declaró su victoria. 

Cuentan que la bella Salomé 
Pagó ese placer con su propia cabeza.
*




(Pintura de Alexandra Exter -Rusia 1884-1949)



 

viernes, 4 de marzo de 2022

Mesa compartida.


Era el otoño del 2020, recién iniciada la pandemia. 
Muchas personas en la incertidumbre, algunos con necesidades básicas. 
Ella organizó una mesa compartida. 
Durante más de dos años tuvo la perseverancia de dirigir un grupo de vecinos para repartir a domicilio almuerzos gratuitos. 
Cada viernes cincuenta hogares recibían este regalo. 
Como una hormiga, Camila -una chef con su restauran cerrado- buscaba donadores de verduras, carne, insumos o dinero para sostener esa ayuda. No recurrió al Estado, simplemente a personas con voluntad de contribuir con algo tangible. 
Hay muchas historias en tiempos de crisis. 
Esta es una que no acapara prensa pero que deja una estela de gratitud. 
Y sin duda, una recompensa eterna.


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Así que, 
según tengamos oportunidad, 
hagamos bien a todos, 
y mayormente a los de la familia de la fe.

Gálatas  6:9

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viernes, 16 de julio de 2021

Historias del Apocalipsis (parte tres)

 

Juanita salió  en la mañana corriendo de su casa en camisón. 
Lograron encontrarla en la pequeña plaza del pueblo hablando con las personas que pasaban.
Este mundo, les decía, se terminará. Dios me ha mostrado un gran árbol que crecía hasta el cielo, una mano lo tomaba del tronco y empezaba a mecerlo de tal manera que sus hojas llenaban la tierra. Luego volvía a agitarlo y caía ceniza sobre las hojas dejando la superficie gris y seca, sin posibilidades que creciera de nuevo la hierba o los hombres pudieran habitarla.
Por favor, gritaba, vuélvanse a Dios antes que esto suceda.
Cada persona se maravillaba que una joven tan bella se hubiera trastornado de esa manera. 

Afortunadamente la casa paterna era amplia, la confinaron en una pieza con llave.

Pasaron los años y la noticia se viralizó en los medios, el volcán Chaitén  hizo erupción,  dejó la tierra inhabitable por años, llena de lava y cenizas. Se perdieron  bienes, cosechas y animales; una de las grandes tragedias de los últimos años. 
No sé si la tierra sufrirá esos desastres alguna vez o si las visiones de Juanita eran proféticas o producto de su trastorno temporal. El mundo ha soportado cataclismos de toda índole en casi todos los continentes, Dios nos mire con misericordia si alguna vez suceden en nuestras tierras. 



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Y en los postreros días, dice Dios, 
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, 
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; 
Vuestros jóvenes verán visiones, 
Y vuestros ancianos soñarán sueños;

Hechos 2:17

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viernes, 17 de julio de 2020

Sincronicidad, conexiones significativas (parte 4)

Uno:
Mientras la muchacha se ataviaba con sus mejores ropas para recibir a los vencedores, su padre avanzaba veloz hacia el hogar. Quería relatar en persona toda la victoria antes que los mensajeros distorsionaran el relato de aquella batalla. El poder de los hechos reside en las palabras de primera fuente.
Ella y él coincidieron en un vértice del camino y se miraron, ella con la máxima alegría, él con máximo espanto: Ay, hija mía, he hecho voto a Dios,  si me hiciera victorioso contra nuestros enemigos, sacrificaría en ofrenda la primera persona que me recibiera al regresar.
(Libro de los Jueces capítulo 11)

***

Dos:
El rey no acudió a aquella batalla.
Tal vez la primavera provocó una cierta nostalgia en su espíritu y en su ánimo.
Observó desde la altura la amplitud del horizonte y aspiró los perfumes tibios que subían desde el jardín.
Ella había despedido a su marido al mando de una tropa;  aburrida y solitaria llamó a sus amigas para una tarde de piscina.
El rey caminó por la terraza y miró hacia abajo, ella levantó los ojos; las miradas se unieron en un camino indestructible. Ambos supieron que lo irracional, la pasión y la muerte no podrían jamás separarlos.
Los caminos de la vida son inextricables. Las elecciones que hacemos nunca se detienen.
(Libro 2 Samuel capítulo 11)




viernes, 10 de julio de 2020

Sincronicidad, conexiones significativas (parte dos).

“…y al partir tras de sí dejan 
sus huellas en las arenas del tiempo.
 Huellas por las que quizás otro que navegue 
por el solemne océano de la vida, 
un hermano náufrago desolado, 
al verlas, vuelva a recobrar la esperanza.” 
(Fragmento de H. W. Longfellow)

De pie frente al espejo peinaba mi cabello para salir.
Era un sábado por la tarde. Mi madre –imprevistamente-   dice, te cuento, A. A. se va a casar. La chica se llama como tú.
Un escalofrío me recorrió la espalda.
Mamá agregó,  y ella está embarazada.
Seguí peinando el cabello sin titubear, algo secreto estaba haciéndose añicos; la desilusión, el desencanto sería la constante que me llevaría lejos del hogar, callar la pérdida, olvidar el deshonor de una mujer que no fui yo.

Más de 17 años pasaron desde aquella tarde. Un accidente golpea con imágenes en los noticieros nacionales, en la Cordillera de Antuco mueren 44 personas sepultadas por el “viento blanco” de aquel invierno. Una de las mayores tragedias que ha debido lamentar el ejército de Chile.
El locutor -como una letanía-, recita los nombres, uno queda en mi mente y de golpe viene el recuerdo de aquella muchacha y la voz de mi madre,   “se llama como tú”. Ella llora a su hijo y yo al otro lado de la pantalla comprendo medianamente  ese dolor como si fuera mío.
Una conjunción de eventos que en esos años no entendí se ordenaron simétricamente para cerrar el ciclo y dar paso a la paz.
No sé lo que es enterrar un hijo, Dios lo sabe. Una oración por ella es lo mejor que puedo hacer.

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(Señor)
Tu fidelidad se extiende a cada generación, 
tan duradera como la tierra que creaste. 
Sus regulaciones siguen siendo fieles 
hasta el día de hoy, 
 porque todo sirve a tus planes. 
Si tus instrucciones 
no me hubieran sostenido con alegría, 
hubiera muerto en mi miseria.

Salmos 119:90-92 (NLT)
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Fotografía de un hombre que camina frente a un espejo. Tokio, julio 2020.
Tomada de aquí:
https://www.voanews.com/gallery/july-9-2020




martes, 7 de julio de 2020

Sincronicidad, conexiones significativas (parte uno).

De la sincronicidad se han escrito páginas y páginas.
Cada uno podría relatar más de una historia y todas maravillosas.
En realidad ¿qué historia no lo es?
Leí esta,  un coro de 15 personas en Beatrice-Nebraska se reunía puntualmente a las 7.30 de la tarde.
 A las 7.25 hubo una explosión en la iglesia, quedó destruida, pero nadie murió.
Por diversas circunstancias todos habían tenido algún inconveniente que los retrasó, aunque siempre habían iniciado el ensayo a las 7.30.
La providencia de Dios actuó para cada uno impidiéndoles llegar a la hora acordada.
*Puedes leer la historia aquí:
Todo lo que sucedió en Beatrice.


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Tú, Señor, nos has preservado la vida, 
y no has dejado que resbalen nuestros pies.

Salmos 66:9
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martes, 7 de abril de 2020

Digresiones del covid-19 (uno)


Un viaje sobre las olas.
A veces en calma
a veces la tormenta nos sacude.
Siempre  Dios presente.
***

Todo se transforma en sospechoso
Hasta el polvo de la vereda se ha convertido en enemigo.
***

Siempre lo supimos, el secreto estaba en ralentizar la vida y ahora debemos hacerlo obligados.
***

Adquirimos nuevos hábitos de limpieza, algunos hasta la paranoia en el lavado de manos. “Me estoy quedando sin piel”, comenta una amiga por RRSS.
***

Uso de mascarilla.
Sí, pero no.
***

Espacios comunes desiertos,
plazas, templos, estadios, centros comerciales, calles.
***

Cumplir años en cuarentena y estar sana es una experiencia única (tal vez nunca se repita).
***

Un amigo siempre decía “si no lo veo, no lo creo” respecto a reconocer la realidad de un Dios Creador.
¿Y que hay con un nano virus?
***

Aprendemos a estar solos con nuestros pensamientos.
Tal vez se cansaron de esperarnos y se fueron a otra cabeza.
Estamos solos.
***

Pecado asociado a covid-19
Gula.
***

Adquirimos una “expertise” en nuevas tecnologías.
 ***

La Iglesia transforma la historia humana.
Sin Dios presente la historia es puro cuento.
***

"Tan solo he hallado lo siguiente: 
que Dios hizo perfecto al género humano, 
pero este se ha buscado demasiadas complicaciones"
(Rey Salomón)
***

Solo cálmate y respeta la cuarentena.
***


Fotografía: Una calle de Santiago, Chile, vacía por la cuarentena


viernes, 9 de agosto de 2019

Fragilidad.

Se levanta  antes que el sol aparezca entre los cerros, toma un jugo de limón con agua tibia y da el beso de despedida al bebé, una caricia al pelo de la esposa que ya despierta y cierra la puerta de calle con un clic suave.
Pone en marcha la kawasaky 500, pagadera en cómodas cuotas mensuales.
Las mañanas despliegan una brisa limpia que se aspira para energizar el acelerador.
Toma el recorrido matutino, poco tráfico, aparece el sol sobre los cerros, radiante, como presagio de una brillante jornada.

Cinco kilómetros más adelante un camión cargado de frutas pincha una rueda, se estaciona en la berma, coloca las señales de rigor, el conductor baja a reparar el desperfecto.
En una fracción de segundo ve al motorista que vuela por los aires y cae de espaldas sobre la barrera de contención como si fuera una aparición sobrenatural.
Ningún momento es más misterioso que cuando un alma viaja a la presencia de su Creador.

Los periódicos han dado la escueta noticia: Motorista ha fallecido en choque contra camión detenido en la carretera.


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¡Hasta un árbol tiene más esperanza! 
 Si lo cortan, volverá a brotar 
 y le saldrán nuevas ramas. 
 Aunque sus raíces hayan envejecido en la tierra 
 y su tocón esté podrido, 
 al sentir el agua renacerá 
 y echará nuevos brotes como un árbol recién plantado. 
  »En cambio, cuando los seres humanos mueren, 
pierden su fuerza; 
 dan su último suspiro, 
y después, ¿dónde están? 
 Como el agua se evapora de un lago 
 y el río desaparece en la sequía, 
 así mismo la gente yace en la tumba 
y jamás se levanta. 
 Hasta que los cielos dejen de existir, 
nadie despertará ni será perturbado de su sueño.

Job 14: 7-12 (NTV)
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viernes, 2 de agosto de 2019

Hacer el bien.

Ya he contado alguna vez lo mucho que me gusta ir al Barrio Meiggs, cada día más cosmopolita y diverso en todo tipo de objetos.
Hoy fui a comprar unos regalos y tuve una pena, penita, pena.
Me bajé del vehículo y caminé, había una Iglesia abierta, me alegré mucho porque venía llegando gente muy contenta. Entré para solicitar permiso de usar el baño, el frío de la tarde y  mucho café me alentaban a esa necesidad básica e ineludible.
En la puerta había una chica con un uniforme blanco y me recibe muy afablemente.
Le hago la solicitud, me dice que los baños están en reparaciones.
¿Una Iglesia donde tienen una reunión pública sin baños?
Me pareció inusual.
Me fui, pedí permiso en otro lado, ningún problema, mi pobre vejiga ya gritaba auxilio.
Cuando regresé para ir al estacionamiento volví a pasar por la puerta de la Iglesia y había un joven -también vestido de blanco-,  en la entrada.
Como soy demasiado curiosa le pregunto si  no tienen baños, me coloca cara de interrogante y me afirma que sí, que los hay.
Que la joven se negara a hacer un favor me causó una breve molestia,  pero más me apenó que mintiera por algo tan baladí.
Triste.


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Dará vida eterna a los que siguen haciendo el bien, 
pues de esa manera demuestran que buscan la gloria, 
el honor y la inmortalidad que Dios ofrece;

Romanos 2:7


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(Fotografía de Santiago, Chile, tomada de la web)


viernes, 5 de abril de 2019

Cruela.

A veces la ciudad es cruel.
Pero nunca lo es más que las personas.
Especialmente una hija con su padre.
Ella lo busca después de 20 años de separación.
Lo llama a su celular, lo invita a su casa -preciosa-, lo atiende por un día y lo invita a su boda para que sea él quien la lleve al altar.
Él le confiesa que vive en la calle, no tiene un hogar, es alcohólico e indigente.
Ella promete ayudarlo.
Hasta aquí suena como una romántica historia de re-encuentro.
Llega la fecha de la boda.
Él se arregla en su modestia, paga en la barbería de su poco capital y espera en una esquina donde concertaron la cita.
Su corazón vuela como las aves que observa cada día en la plazuela donde duerme.
Pasa el tiempo.
Horas.
Días.
Nadie llega a la cita.
-Los pobres también tenemos sentimientos- me dice entre sollozos cuando me cuenta su pena.
Las palabras de ánimo suenan vacías para un corazón roto.


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...".si te dedicas a ayudar a los hambrientos 
 y a saciar la necesidad del desvalido, 
entonces brillará tu luz en las tinieblas, 
 y como el mediodía será tu noche. 
El Señor te guiará siempre; 
 te saciará en tierras resecas, 
 y fortalecerá tus huesos. 
Serás como jardín bien regado, 
 como manantial cuyas aguas no se agotan".

Profeta Isaías 58:10-11

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viernes, 25 de enero de 2019

Obstruido en la carretera.


Del lat. obstruĕre.
1. tr. Estorbar el paso, cerrar un conducto o camino.
2. tr. Impedir la acción.
3. tr. Impedir la operación de un agente, sea en lo físico, sea en lo inmaterial.
4. prnl. Dicho de un agujero, una grieta, un conducto, etc.: Cerrarse o taparse.


No lo pensó dos veces.
Tal vez ni lo pensó.
Saltó sobre su motocicleta –compañera de 20 mil batallas-, puso la marcha y salió a toda velocidad detrás de los ladrones “moto chorros” (*)
No le importó la huida contra el tráfico.
Ni el paso bajo nivel que se aproximaba.
Sus ojos estaban fijos en los delincuentes que iban delante, el mundo parecía estar detenido en un punto de la eternidad.
Mi amigo H. comenta al calor de una taza de café: -Los carabineros tienen libre tránsito, son vehículos de toda preferencia.

Un hombre cumple la ley con el alto riesgo de su vida. Muere.
Un hombre traspasa la ley con el alto riesgo de su vida y escapa.
Sin duda la ley dictada y escrita en el silencio de una oficina, dista de la realidad de los 100 kms por hora que alcanza una moto, obstruida por el parque automotriz saturado de Santiago. 
Ambas leyes están ahí. Ambas se han obstruido mutuamente.
La motocicleta  del hombre de ley vuela por los aires y cae junto a su cuerpo que yace en el cemento, inarticulado para siempre.
¿Era necesario?

Recordé aquella indicación del apóstol Pablo, pertinente para este tiempo:
"Eviten toda clase de mal." (1 Tesalonicenses 5:22)


(* Motochorro: Se denomina motochorro al delincuente que hace uso de una motocicleta para cometer un robo. La palabra es un neologismo usado en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, combinación de las palabras moto y chorro, aparecida a partir del año 2008 en los medios​ y tomada de la jerga policial.​ Fuente: Wikipedia)



lunes, 19 de junio de 2017

Quebrados.

 "El 41% de los chilenos está endeudado 
o le cuesta llegar a final de mes. 
Esto corresponde a casi 7.000.000 de chilenos.

Francisco sale de la oficina del prestamista como sonámbulo, el sol mortecino de otoño apenas entibia su angustia.
Las deudas lo abruman.
El colegio de los niños, las cuentas básicas vencidas, la cuota del depto., la tarjeta del supermercado,  la mantención del auto…
El cambista apenas cubre lo más elemental y un 10% de interés le roerá los huesos.
Piensa alternativas, un tercer trabajo, mudarse de barrio, declararse en quiebra… Ninguna lo satisface.
Los cambios por apuro agravan la situación, lo sabe por su padre que pagó las deudas con cinco años de prisión. Lo sabe por su madre que encaneció en un día. Lo sabe por su hermana que se casó con un campesino con plata para sacar la familia de la quiebra, olvidó todos sus sueños de profesional.
Ensimismado tropieza con los cartones que obstruyen la vereda, el hombre sentado sobre ellos le extiende una mano rugosa, patrón –le dice-, yo también un día vine a esa oficina. Lo perdí todo ahí, apunta hacia la casa de usura.
Francisco se estremece, como un poseso huye del lugar, ha visto –por un segundo- su futuro.



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  Las semillas que cayeron entre los espinos 
representan a los que oyen la palabra de Dios, 
 pero muy pronto el mensaje queda desplazado 
por las preocupaciones de esta vida, 
el atractivo de la riqueza 
y el deseo por otras cosas, 
así que no se produce ningún fruto.

Jesús en el Evangelio de Marcos 4:18-20 


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jueves, 8 de junio de 2017

Una y mil maneras de servir.

Acompaño a un hermano a la Posta de Urgencias, este invierno ha sido particularmente enfermizo y accidentado.
La noche es fría y la sala está llena, no hay muchas posibilidades que la atención sea rápida.
Me siento entre la gente con el ánimo de esperar. Cuando una se rinde al momento puede darse a las personas y escuchar sus múltiples historias. Uno se ha trizado el peroné jugando fútbol, otra tiene una fuerte migraña, tal vez producto de la alta contaminación del aire.

De pronto llegan unas personas, visten unas chaquetas sin manga color verde petróleo –algunos mayores, otros más jóvenes- con bandejas. En sus chaquetas está escrito “Dios es amor”.
Nos ofrecen un café caliente y un pan.
Es gratis, dice el más joven, y sonríe.
Invariablemente todos los que esperamos recibimos el regalo y damos gracias.
Reparten durante un rato, hasta que se termina todo –y no es poco-, luego se van en silencio.
La persona sentada a mi lado me explica, “los hermanos” vienen todos los jueves por la noche y regalan café y sándwich, durante el verano o el invierno, en vacaciones y días laborales, son fieles a su propósito de jueves.
Es maravilloso ver cómo una tarea tan sencilla puede ser un servicio que anime en un lugar de dolor y desaliento como lo es la Posta.
Tal vez Dios me llevó a ese lugar solo para ver este acto de amor sin pretensiones -ni vanidad- más que dar.
Mi enfermo sale sin ningún hueso roto, apenas un esguince y un paracetamol.


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  Dios, en su gracia, 
nos ha dado dones diferentes 
para hacer bien determinadas cosas. 
Por lo tanto, 
si Dios te dio la capacidad de profetizar, 
habla con toda la fe que Dios te haya concedido.  
Si tu don es servir a otros, 
sírvelos bien. 
Si eres maestro, enseña bien.  
 Si tu don consiste en animar a otros, anímalos. 
Si tu don es dar, hazlo con generosidad. 
Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, 
toma la responsabilidad en serio. 
Y si tienes el don de mostrar bondad a otros, 
hazlo con gusto."

Romanos 12:6-8

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lunes, 3 de abril de 2017

Vidas de calle (parte2)

Capitán, le decían, porque alguna vez viajó en un barco.
Recorrió países de nombres ininteligibles, visitó puertos exóticos y escuchó lenguas de ángeles y demonios.
Nadie se explica porqué terminó viviendo en la calle, en la plaza más vistosa de la comuna,  "no tengo nada que esconder, decía, no soy delincuente ni ladrón".
Tal vez el alcohol, la soledad, la muerte de la esposa, ¿quién puede saber sino la persona misma el por qué de una decisión tan extrema?
Arropado en cobertores que le regalaban, alimentado como las aves del cielo por cualquier alma caritativa, el Capitán se mantuvo incólume durante todo un invierno.
Sus dos hijas –con toda la vergüenza que significa- venían a rogarle que volviera a casa.
Amenazas, lágrimas, súplicas, nada. Displicente y cascarrabias, les contestaba con unos gritos perentorios como si ordenara la tripulación de un barco imaginario y hasta ahí llegaba el diálogo.
Cierto día vino un camión municipal, subieron sus ropajes, dos muchachos musculosos lo alzaron en el aire, protestó a regañadientes, en el lugar quedó solo un poco de basura y el olor característico de los vagabundos.
¿Dónde estará el Capitán?
Algunos dicen que lo recluyeron en un asilo, otros que murió de pena.
¿Viajará libre por los mares del cielo?
Cierta vez que le llevé comida me dijo con voz ronca: “la libertad es lo único que vale en la vida”.


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Tú, Señor, 
eres el refugio de los pobres; 
eres su amparo en momentos de angustia.
 Salmos 9:9

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viernes, 31 de marzo de 2017

Vidas de calle (parte 1)

Elizabeth alguna vez fue hermosa.  Todavía queda en ella ese aire particular de la clase social alta, un estilo de caminar,  o mover las manos, buen vocabulario que revela colegio pagado y familia noble. El paso de los años, su mente desordenada y la vida vagabunda no han mermado su buen humor.
Loca no está.
Descuidada sin duda, viviendo al alero de un árbol o en el escaño de una placita al interior de una villa, evitando el ojo municipal que de seguro se la llevaría a un asilo, o peor aún, al siquiátrico. Ha elegido la libertad de las calles, se lava en algún grifo o con la manguera de los jardineros, camina en busca de comida en las ferias de la comuna y ora.
Sí, ella ora.
Mística e inestable, sus padres -ancianos- se rindieron a la evidencia que Eli prefiere la vida andante a su casa cerca de la playa.

Racionalmente se evalúa a las personas por su cordura ¿quién puede asegurar que Dios no la oye? ¿Quién puede medir la clase de fe que las personas tienen dentro? ¿No son estos seres más creyentes que cualquiera que se llame religioso?
Eli ruega por su hermana.
-Mi hermana es maniática de su riqueza, dedicación al trabajo y a sus compromisos sociales -me explica-, no tiene tiempo para compartir con sus hijas o con su marido. Yo no quiero esa vida de apariencia, concluye.  Mucho de su discurso es atinado y cuerdo.

Observo las nubes, la llegada pronta del invierno y le pregunto cómo se las arreglará con las lluvias, el frío y la nieve que a veces cae sobre Santiago con sus menos cero grados.
Con una sonrisa responde, ya tengo una provisión. Dios me ha dado una habitación donde pasar los días helados.
La miro alejarse a pasos cortos, su mochila llena de cosas propias de una mujer, su sombrero de mezclilla puesto de lado y unos enormes lentes de sol. Se da media vuelta y me hace un gesto con la mano, "hay que orar", me grita desde lejos.
Decididamente no es un mensaje subliminal ¿verdad?


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Dar algo al pobre es dárselo al Señor; 
el Señor sabe pagar el bien que se hace.

Proverbios 19:17

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domingo, 26 de febrero de 2017

La vida es renuncia.

La vida es una lucha, sostenía Pablo de Tarso.
Otros dicen que la vida es solo política, como el discurso  de Cantinflas.
El salmista  en sus versos escribió que la vida es una flor.
El poeta Calderón, un sueño.    
O el que corre, una maratón.
Los marinos dicen que es un viaje.
He conocido pocos que crean que la vida es renuncia.

Ella –derrochando juventud- caminó directo al Registro Civil.
Se detuvo en la puerta de entrada ¿qué pensamientos bulleron en su mente para que se diera la vuelta y regresara a casa? Al novio desolado no quiso volver a verlo, ni siquiera para una diplomática explicación.
Renunció a un esposo, a las tardes de paseos románticos por la playa, a las noches en vela acunando un bebé, a las reuniones de apoderados, al círculo social de su familia AB.
Renunció al cine porque – me explicó-  le quitaba tiempo precioso y era pura ficción.
Renunció a los libros, a los viajes, a los trajes perfectos que le hacía su modisto.
Aprendió a vivir en la sencillez de un barrio periférico.
Allí trabaja de sol a sol en medio de los necesitados, cocina para los vagabundos, atiende pobres que nunca podrán retribuirle su bondad. Cuando sale de la hospedería camina cabizbaja orando. A veces canta una melodía que luego olvida.
Mi amiga T… (a la que admiro) renunció al mundo para hacer del mundo un lugar mejor.



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"Cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee
no puede ser mi discípulo."
Lucas 14:33

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lunes, 6 de febrero de 2017

Vidas incompletas (1)

Jamás salió de su localidad.
El día que se decidió a conocer el mundo –ya frisaba los 40-, en el límite de la villa se bajó sofocada del bus, crisis de pánico con vómitos y todo.
Ana no conoció un cine.
Ni un museo.
Ni siquiera una plaza donde se enamoran los muchachos.
Nunca visitó el Mercado Central, el barrio Meiggs o la Quinta Normal.
Menos anduvo en Metro.
No supo qué color tiene el mar y o el olor de los bares clandestinos.
Las catedrales le fueron desconocidas y nunca viajó en tren, avión o barco.
No le interesaba ir a un Mall o al Persa Bío-Bío, delicia de coleccionistas y anticuarios.
Cuando la conocí no vi en ella nada anormal, era pacífica y risueña. No quería conocer nada del mundo más allá de su trozo de terreno donde era perfectamente feliz, criaba sus tres hijos, amasaba su pan, cultivaba todo tipo de hierbas y flores, cantaba en una pequeña capilla y sagradamente caminaba las tres cuadras con sus niños al colegio.
Según mi opinión su vida era incompleta.
Según ella, tenía todo lo que quería.
Y posiblemente -debo conceder-, el tiempo le ha dado la razón.



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 "También vi que el que corre más rápido 
no siempre gana la carrera; 
el ejército más poderoso 
no siempre gana la batalla; 
el más sabio 
no siempre consigue dejar de ser pobre; 
el más astuto 
no siempre consigue hacerse rico y 
una persona educada 
no siempre recibe la recompensa que merece. 
Todos tienen sus buenos y malos tiempos. 


Eclesiastés 9:11(PDT)
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(Fotografía del Cajón del Maipo)