martes, 19 de noviembre de 2013

Fina.

-Debería beber agua, tiene los tobillos hinchados. 

-Perdóname, tú sabes que soy fina, solo bebo vino. 

-Pero si apenas tiene recursos para  tomar  agua.

-Por eso mismo, si alguien va a hacer caridad conmigo, que la haga a mi gusto. 

-El vino le hace mal para la sangre. 

-Y ¿crees que el agua me va a mejorar? 

-Por lo menos le aliviará esa hinchazón. 

-Hija mía, a mis años, si he de morir, que sea contenta ¿no dice tu Biblia que el vino alegra el corazón? 


(Diálogo que escuché  entre una madre y su hija 
Por cierto, algunos galenos dicen que el vino es antioxidante ¿será?) 



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No dejes que te atraiga lo rojo del vino; 
¡que no te deslumbre su brillo en la copa! 
Suavemente se desliza por la garganta, 
pero al final muerde como serpiente; 
¡causa más dolor que una víbora!
 Hará que tus ojos vean cosas extrañas, 
y que tu corazón diga cosas perversas.
Creerás estar dormido en medio del mar, 
o acostado en la punta del palo mayor, y dirás: 
«Estoy herido, pero no me duele; 
estoy molido, pero no lo siento. 
¿Cuándo voy a despertar, para ir por más?» 



 Proverbios 23:31-31 


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2 comentarios:

Fernando dijo...

Bueno, Ojo Humano, el vino no sé, pero era fama que la Reina Madre de Inglaterra vivió hasta los 100 años porque todas las noches apuraba un buen vaso de ginebra.

Y me acordé de un pobre de Madrid, que muy honestamente pedía monedas "para la bebida", sin engañar a nadie.

ojo humano dijo...

Interesante el detalle de la reina, por cierto conocí un ebrio que cuando dejó de beber se enfermó "de todo" (esa enfermedad ni la conozco, jejeje)