viernes, 30 de mayo de 2014

La bendición de Dios.

De nuevo el otoño esconde la savia y ondula en las ramas 
El puelche y el raco danzan en círculos sobre el cabello de los transeúntes 
La lluvia cae sobre los techos enclenques 
Su generosa belleza destruye contagios 
Se endurece la nieve en las cumbres andinas 
Renace el corazón de los campesinos
Habrá abundantes cosechas 
La fe no será defraudada 
La gloria de Dios brotará en la espiga brillante, en el grano dorado, en la verde vaina, en la roja redondez 
Quizás más de uno levante sus ojos al cielo 
Quizás los labios respondan con gratitud 
Quizás haya respuestas al minucioso regalo que sostiene con majestad el mundo 
Todo lenguaje insuficiente 
Inarticulado corazón


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Oh, Dios y Señor, 
Tú coronas el año con una copiosa cosecha; 
hasta los senderos más pisoteados desbordan de abundancia. 

Salmos 65 


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