Me asombra un poco cuando en cualquier punto, lugar o referencia se habla del cambio cultural, el cambio social, el cambio climático como si la tierra fuera estática y los cambios fuesen de lo peor.
Que los jóvenes esto.
Que los conservadores, los liberales, los progresistas, como si toda esa gama no hubiera existido antes.
El mundo cambia, está en constante movimiento. Nada es igual a cuando fuimos niños (gracias a Dios) y las sociedades adoptan su propia realidad, eligen sus políticos -cuando pueden- y las nuevas costumbres, mejores o peores, reemplazan a las anteriores en una constante búsqueda del bienestar, el poder o lo que sea que deseen.
¿Cuál es la disyuntiva?
¿Quedarnos eternamente en la edad de piedra para no contaminar o subirnos a la modernidad como si fuese la última revelación?
Pretendo disfrutar el resto del tiempo que me queda sin demasiadas complicaciones.
Algunos siglos antes de Cristo ya Salomón nos da un gran consejo: No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien. Eclesiastés 7:18
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