Las elecciones argentinas, la tensión mediática de Chile invitado al cambio de mando, la campaña afavor-encontra de la nueva constitución, los ensayos de villancicos navideños y entremedio un recreo, el encargo de buscar una fotografía antigua en el álbum familiar.
De paso toparme con un pasado lejano y olvidado.
Fotos de mi abuela en sepia, de mamá en sus años vitales, yo de escolar con la típica sonrisa sentada en un escritorio para la foto oficial de quinto año.
Me siento en el piso de la sala como una adolescente que busca su ascendiente y me ensimismo con cada una de las imágenes, sonrientes y amables para la posteridad.
Amigas que se fueron, otras que ni sé quiénes eran, grupos de compañerismo, paseos al mar, a la nieve, en caballo.
Todo está en ese enorme álbum que ha permanecido ignorado en el librero.
Tal vez las fotografías impresas desaparezcan con los avances de la tecnología. Además van perdiendo nitidez y algunas manchas las van alterando. Sin duda el tiempo no les hace justicia.
Pienso que valdría el esfuerzo de digitalizarlas.
Tal vez sea una buena tarea para las próximas vacaciones de verano.
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Desde los tiempos pasados,
oh Dios,
tú eres mi rey;
tú traes salvación sobre la tierra.
Salmos 74:12 NBV
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