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viernes, 15 de marzo de 2024

Umami.

¿Te sucedió en la infancia que amabas algunos sabores?
Y otros -claro está- eran detestables, sin que pudiéramos determinar por qué.

Mi amiga G. comenta "tanto que una se demora para cocinar rico y se lo zampan en cinco minutos"
Eso está cambiando.
En los últimos años hemos aprendido  a disfrutar la ceremonia de comer en compañía, no solo ingerir como trogloditas que sobreviven al estrés de la ciudad. 
Incluso aquellos que toman sus alimentos en la oficina, se dan el trabajo de cocinar, llevarlos en un pote y disfrutar con los compañeros en la hora de colación. 
No solo comer para vivir ni vivir para comer; otra opción es un tiempo de calidad alrededor de una sopa de champiñones o un trozo de pescado con tomate. 

Umami es una linda palabra que nos trasporta a sabores indefinibles, siempre deliciosos.
Bueno, en la vida moderna, casi todo tiene un poco de glutamato monosódico , que potencia el sabor umami. 
Algunos galenos recomiendan usarlo con moderación. 

Personalmente, tener la alegría de disfrutar los alimentos -con umami o no- es mejor comer en paz, lentamente.
Y  -en la medida de lo posible- con otras personas. 

Te dejo unas páginas donde aprender más:




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viernes, 28 de abril de 2023

Ceviche de lentejas y otros.


La comida evoluciona por la creatividad de los cocineros o las necesidades especiales de los que se sientan a la mesa.
Unos no comen mariscos, por convicción, doctrina o alergias.
Otros sin carne.
Ni mirar los carbohidratos, tú sabes, por eso que se vuelven azúcar.
O sin...vaya a saber una la cantidad de sin.

Y estamos esta rara especie (me incluyo) que ingiere cualquier cosa confundiéndola con un festín.
Así  llegué al ceviche de lentejas, recomendación de mis amigos veganos. 
No exagero, que es rico, lo es.
Todos los ceviches (o cebiches) tienen ese agrado al paladar que los hace universales.

Ceviche de champiñones.
De reineta con salmón.
De salmón solo.
Ni el humilde  cochayuyo ha sido ignorado.
*
Receta con lentejas para 1 persona.

1 taza de lentejas cocidas.
1 pepino pequeño.
1 tomate pequeño
1 palta (aguacate)
1/2 cebolla pequeña.
El jugo de 1 limón grande.
1/2 pimentón
1/4 ají verde
Cilantro. 
Poca sal.
Poco aceite.
Piqué todas las verduras en cubitos pequeños, uní todo con las lentejas, aliñé con limón y una pizca de aceite. 
Acompañé con una lámina de pan integral. 
Perfecto para un día de calor. 
*


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Porque 
lo importante es glorificar a Dios en todo, 
ya sea al comer, 
al beber 
o al hacer cualquier otra cosa.

1 Corintios 10:31 PDT

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viernes, 28 de octubre de 2022

Ajos confitados.

 

Buscando algo para saborizar el pan descubrí que unos ajos macerados en aceite son ideales para una marraqueta  tostada. 
Algo sencillo, fácil de hacer y 100 por ciento de sabor.
Hice 4 cabezas de ajos pelados (chinos o chilenos sirven lo mismo).
Los coloqué en una sartén cubiertos de aceite de oliva (o el que te guste; el oliva resiste mejor el calor).
A fuego mínimo por 20 minutos, cuidando que no se quemen.
Una vez tibios los molí un poco con el tenedor. 
Envasados en un frasco de vidrio pueden durar meses. Sirven para aliñar guisos, saborizar carnes sosas y  para lo que los cocino, huntar en el pan. ¡Mmmmm!



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Danos cada día 
el alimento que necesitamos

Lucas 11:3 NTV

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.


viernes, 4 de febrero de 2022

Albahaca maravillosa ¡cómo decoras el verano!

Hay descubrimientos tan sorprendentes que te dejan perpleja. 

¿Cómo –te preguntas- ha pasado tanto tiempo sin gustar esta maravilla?
Por años he cultivado albahaca.
Apenas un adorno verde para una ensalada chilena; o unas hojas en las humitas, pero qué falta de inventiva.

Este año hay demasiada producción, de pronto algo brilla en el seso personal ¿y si hacemos pesto?
Manos a la obra, un manojo de hojas, la minipimer  de todas las batallas, unas pocas nueces, un diente pequeño de ajo, aceite de oliva, una pizca de sal y tienes una salsa fantástica, puro sabor de verano.

Pero -siempre hay un pero, ay-;  mis comensales difieren, a unos les encanta; las opiniones se dividen, otras recetas salen a colación, que con piñones, que con almendras, menos aceite, más aceite, que sea aceite  maravilla, que el de oliva está perfecto, en fin, parecen políticos de comuna periférica. 

La verdad sea dicha, cualquier receta con albahaca no tiene parangón (¡qué palabrita! ¿no?)
  
¡Bendito sea Dios que creó la albahaca y benditos  italianos que inventaron el pesto!

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Después dijo Dios: 
«¡Que produzca la tierra hierba verde, 
hierba que dé semilla, 
y árboles frutales sobre la tierra que den fruto según su género, 
y cuya semilla esté en ellos!» 
Y así fue. 
Y así la tierra produjo hierba verde, 
hierba que da semilla según su naturaleza, 
y árboles que dan fruto según su género, 
y cuya semilla está en ellos. 
Y vio Dios que era bueno.
Génesis 1:11-12 RVC

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Si te animas, aquí hay algunas recetas de pesto, sencillas y deliciosas.











viernes, 16 de abril de 2021

Celebrar a Chile en sus comidas.

Nuestro país tiene un día para celebrar sus comidas, 15 de abril.
 Mi madre hacía un maravilloso "ulpo" de harina tostada, leche y miel con el que me despertaba en las frías mañanas del Sur; donde llueve (o llovía) la mayor parte del año y se necesitaban carbohidratos. 
Luego ponía a cocer un pedazo de osobuco para hacer una cazuela de vacuno. El perfume del cilantro llenaba la casa y se confundía con el aroma del caldo enjundioso que hervía un par de horas. 

La mesa familiar era sencilla, con apenas tres comensales; nunca faltó el pan amasado y la armonía necesaria para ingerir cualquier alimento. 

Celebrar a Chile en sus comidas   es recordar la infancia, la sencillez para vivir, nada tan gourmet, la huerta nos regalaba directo de la tierra sus perfumes. Aves de corral para un buen caldo o un pollo al jugo escabechado hacían la delicia de los domingos, sagrado el descanso después de una ardua semana de estudio o trabajo. 

Cuando llegó la tele el mundo cambió. Qué decir de la Internet. Aprendimos otros sabores, experimentamos a otras culturas, nos aficionamos a la comidas asiáticas, árabes, gringas, japonesas.

Ninguna tiene reminiscencias de lo que fuimos. 
Y eso también cuenta a la hora placentera de alimentarse. 

***
Una completa página de comidas chilenas:




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El que da alimento a todo ser viviente, 

Porque para siempre es su misericordia.

  Alabad al Dios de los cielos, 

Porque para siempre es su misericordia.


Salmos 136:25-26


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viernes, 2 de abril de 2021

Ceviche de camarones, receta muy sencilla.

 

Con el tiempo mi vida culinaria  se ha transformado en una Semana Santa permanente. 
Nada de carnes rojas, mucha verdura, fruta y algo de pescado.
Tenemos una costa extensa y una variedad de fauna marina digna de una colección. Podemos crear los más insólitos bocadillos con toda clase de delicias del mar. 
Uno de ellos es el ceviche en variedades tan amplias que podríamos estar varios días degustándolo sin aburrirnos.
Por hoy te dejo una breve receta, muy sencilla.

Limones.
Camarones pelados y cocidos (uso de los pequeños)
Cebolla o cebollín picado fino.
Cilantro picado fino.
Palta (aguacate)
Sal.
Ají picado fino opcional.

En una fuente bonita colocar los ingredientes macerándose por una media hora con limón al gusto (uso solo uno o dos grandes, no tan ácido), decorar con cilantro, servir con pan integral es ideal. 

Te dejo un link con algunas ideas:



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Porque todo lo creado por Dios es bueno 
y nada se debe rechazar
 si se recibe con acción de gracias; 
 porque es santificado 
mediante la palabra de Dios y la oración.

1 Timoteo 4:4


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viernes, 26 de febrero de 2021

Mermelada de pimentones.

La curiosidad no me deja tranquila. 
Un amigo llega a casa con dos bolsas de pimentones (pimientos). Este año la temporada de verduras ha sido especialmente abundante, gracias a Dios. 
¿Qué hacer? 
Congelarlos. 
Pierden un poco su textura con el hielo. 
Probemos con algo dulce. 
 Así con bastante paciencia los piqué finitos, sin pepas, un poco de azúcar (al ojo, nada preciso), una pizca de sal y fuego. Media hora de calor suave y a disfrutar una rica mermelada, distinta; acompañada de queso crema, un manjar. 



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A los que tienen riquezas de esta vida, 
mándales que no sean orgullosos
 ni pongan su esperanza en sus riquezas, 
porque las riquezas no son seguras. 
Antes bien, 
que pongan su esperanza en Dios,
el cual nos da todas las cosas con abundancia 
y para nuestro provecho.


1 Timoteo 6:17 (DHH)


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viernes, 5 de febrero de 2021

Humitas, alimento versátil, económico y delicioso

Las humitas son al verano como las sopaipillas al invierno.
Enero no puede existir (o sería muy fome) sin este genial invento. Las recetas se multiplican de generación en generación, básicamente es choclo, cebolla y albahaca, un poco de sal y aceite o grasa de algún tipo. 
Cuando el choclo está en su peak, se pueden cocinar y congelar, su precio no excede el medio dólar cada una. Más barato, imposible.
Laboriosa sí, lo reconozco, ¿qué comida rica no lo es?

Aquí va una receta sencilla:
12 choclos
1 cebolla
3 cucharadas de aceite  o manteca.
Albahaca al gusto.
Sal. 
Hilo de pitilla (o plástico) para amarrar.

Manos a la obra:

Lavar los choclos, córtalos  para separar las hojas más grandes, reservarlas.
Cortar los granos y moler en licuadora o rayar.
Sofreír la cebolla, poer sal y albahaca. Unir con el choclo licuado.
Hervir agua con sal en una olla grande.
Colocar dos hojas encontradas a modo de envase y poner la masa, plegar, atar bien y cocer una media hora a fuego medio. 
Sacar, reposar unos 5 minutos y disfrutar con ensalada de tomates.
(Particularmente las consumo espolvoreando un poco de azúcar, cuestión de gustos.)
Es una comida natural, sencilla, deliciosa  y económica.
Ruego a Dios que nunca falte pan y paz en tu mesa.


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El Señor sacia la sed del sediento
y colma con buena comida al hambriento


Salmos 107:9
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Te dejo un vídeo si te interesa:




viernes, 8 de enero de 2021

Mermelada de cáscara de sandía.

 La cáscara de esta exquisita fruta me inspira a cocinarla. No puedo tirarla al compost, decido colocarle azúcar y macerarla hasta el día siguiente. Después de un par de horas de cocción, ah, un manjar. 

Si te animas, esta es mi receta.

Una sandía grande, solo la cáscara cortada en trozos muy pequeños.
Azúcar.
1 Limón.
Una manzana para darle espesor. .
Una olla de acero inoxidable o enlozada; nunca aluminio. 
2 o 3 frascos de vidrio de 1/2 kg..
10 nueces troceadas, totalmente opcional.

Preparación.
En la noche (especialmente estas de cuarentenas "dinámicas", todo está en silencio y calma),  una buena música y a pelar dejando la parte blanca y un poco de la rosada, cortar trozitos con santa paciencia, tú sabes, cocinar es eso, sentido de utilidad, conservación de la especie y un poquito de gourmet.
Mido en tazones: 10 de sandía, 4 de azúcar (si eres dulcera, 5)
La dejó macerar hasta el día siguiente en el refri, con 35 grados es mejor asegurarse.
Por la mañana coloco la olla a fuego fuerte hasta que hierve. Le bajo el calor al mínimo y le coloco el zumo del limón y la manzana rallada hecha puré. Cada cierto tiempo se revuelve, hago otras cosas, el ambiente se va perfumando. Hiervo dos frascos de vidrio recubiertos con papel de cocina por precaución. 
El tiempo de espesor dependerá de tu cocina, del ambiente invierno-verano, tu paciencia.
Tengo dos frascos para guardar y un pocillo que degustamos "al tiro".
Le coloco algunas nueces al momento de servir.
¿Mucho trabajo?
Mmmmm, sí. 
Pero te garantizo que es inigualable. Como para sorprender en un día especial.



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El que piensa bien las cosas se le llama inteligente; 
quien habla con dulzura convence mejor.


Proverbios 16:21

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viernes, 11 de diciembre de 2020

Chocolate caliente, para entibiar los recuerdos.


Viajamos ingresando por la Cordillera de los Andes hacia los pequeños pueblos  que están a las orillas del Río Maipo.
¿Qué hacer en un  pueblo rural, alejados de la civilización?
Comer algo rico, obvio. 
Pasear por la Plaza con árboles prehistóricos.
Me invitan a beber algo dulce después del almuerzo, las alternativas, café helado, té con especias y chocolate caliente.
Con 32 grados y casi "cayendo patos asados", me inclino por el chocolate sin prever que será un hallazgo. Una singular delicia,  tal vez el mejor chocolate que he gustado, lo digo con conocimiento porque no me agrada tanto -puedo ser objetiva- como mis amigas que son adictas. Aunque disfruto uno con alto porcentaje de cacao, el mate y  un tibio  té chai son mis incondicionales. 

Han pasado los días y he querido revivir ese instante en  el sabor, pero como tú bien sabes, los recuerdos están traslapados por todo el conjunto,  el sol brillante del atardecer, el paisaje, la brisa limpia, un lugar sin covid-19,  y el afecto de la compañía, así  que es una tarea casi imposible.
Pero lo intento.
Tomo 4 cucharadas de buen cacao, dos de crema, una taza de leche y manos a la obra. Lo entibio a gusto y voy catando la cremosidad, el sabor y la dulzura. 
Luego le coloco unos malvaviscos, no puedo decir que es idéntico porque -como escribió el poeta "nunca el mismo río", pero que es una delicia, lo es, aun con 30 grados a la sombra y ausentes los amados. 
A los amigos del hemisferio Norte, pronto vendrá su invierno, tal vez compartan esta receta y sientan como yo,  que los hijos están cerca, que oyes sus risas y el susurro de sus conversaciones en una taza de chocolate que entibia los recuerdos. 
Y en eso hay felicidad también.
Disfruta.




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Cuando te llegue un buen día,
disfruta de él; 
y cuando te llegue un mal día, 
piensa que Dios es el autor de uno y de otro, 
y que los mortales 
nunca sabremos lo que vendrá después.

Eclesiastés 7:14


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La foto es de aquí:





lunes, 10 de agosto de 2020

Una deliciosa pasta de ají con nueces.

Nos visita un amigo mexicano.
Lo primero que nos solicita es un poco de ají para la comida. Le preparo una pasta con algunos que hemos cultivado; están en todo su esplendor.
Él está feliz, aunque nos cuenta que en su país hay salsas mucho más picantes.

Tomé un puñado de nueces descascaradas (como media taza) y las remojé en agua tibia por una hora. Luego le saqué la piel ya que es ligeramente amarga.

Limpié 2 ajíes grandes y les saqué la parte blanca del tallo y del interior, pero les dejé las semillas. Los corté en trozos, los puse en la mini-pimer  con las nueces, 1 diente de ajo y 4 cucharadas de aceite de oliva, sal a gusto.
Si se desea más picante hay que usar ají rojo o rocoto.
Lo licué hasta que todo estuvo bien integrado (también se puede hacer en la licuadora).
Es una pasta muy versátil y agradable. Habitualmente la unto al pan tostado.
(He colocado aquí esta receta a pedido de algunas amigas que la han probado)

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La tierra produjo vegetación: 
toda clase de plantas con semillas 
y árboles que dan frutos con semillas. 
Las semillas produjeron plantas 
y árboles de la misma clase. 
Y Dios vio que esto era bueno.

Génesis 1:12
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La fotografía:
https://www.chileplants.com/search.aspx?ProductCode=PEPHSW

Algunos beneficios del ají léalos aquí: la república



martes, 30 de junio de 2020

Chile gourmet.

"Así que, si ustedes comen o beben, 
o hacen alguna otra cosa, 
háganlo todo para la gloria de Dios."
1 Corintios 10:31

Es una tarde fría de invierno; la lluvia es tenue, una perfecta invitación para preparar sopaipillas con pebre.
Dicen –no me consta que sea así- que Chile tiene poca cultura culinaria. Que son superiores a nosotros los peruanos, los mexicanos o los brasileños. Hay un afán de comparación un poco insano en algunos críticos culinarios.  Cada nación tiene lo suyo, como cada persona tiene una vida, más o menos rica en sabores, en este caso.
¿Quién no ha probado un caldillo de congrio que hasta un poeta escribió la receta en una oda?
¿O una espectacular cazuela de vacuno olorosa a cilantro?
¿Un curanto?
¿Un ajiaco servido en paila de greda?
¿O la maravillosa ensalada de digüeñes con un sencillo aderezo de limón?

Tenemos unos 6.435 kilómetros de costa, regalo de Dios que solo algunos países pueden lucir y en esa costa está nuestra historia de sabores marinos. Cada producto de la tierra o el mar tiene su propio sabor gourmet, no se necesita una sofisticada preparación para degustar una delicia.
¿Quién necesita tanta originalidad cuando la creatividad está en la naturaleza misma?
Confieso que mi abuela no me dejó alguna herencia culinaria con la que podría conmover a comensales expertos; más bien mi abuela era –como decimos los evangélicos- “del espíritu” y de cocina poco, tal vez nada. Mi madre tuvo un acercamiento a los fogones por necesidad; alimentar una niña y un hermano, aparte de sí misma, la obligó a juntar especias en una olla y hervir. Eso sí, le gustaba hervir, no sé si por temor a las enfermedades o alguna manía oculta, todo debía estar bien cocido.
En la cocina de mamá cualquiera era bienvenido.
Con lo poco que le gustaba, me cedió las ollas a temprana edad, asunto que me encantó, claro está, después de varios esperpentos, el arte culinario me gustó tanto como la Biblia.
Creo que alimentar el espíritu y el cuerpo (en ese orden) es un gran oficio humano en el proceso de dar felicidad, tanto como un doctor, un músico o un ingeniero.
Los panaderos y cocineros tienen mi más grande admiración.
Por estos días –tal vez para alegrar un poco la cuarentena- nos regalan un bello libro de recetas, muchas de ellas con sabores de infancia que siempre apreciamos en todo su significado. Les dejo la dirección aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=72wnc3RN5HA

Además algo para degustar, receta de sopaipillas:
https://palabrabreve.blogspot.com/2016/04/sopaipillas-en-las-primeras-lluvias.html

La fotografía de aquí:
https://www.traverso.cl/sopaipillas-con-pebre-traverso/

Gourmet:
https://www.significados.com/gourmet/




sábado, 23 de marzo de 2019

Ayuno como lo hizo Daniel.


Dicen que renunciar a ciertas comidas le hace bien al cuerpo.
Y al espíritu, sin duda.
En nuestra comunidad hemos iniciado esta disciplina por 21 días, como lo hizo el profeta Daniel:

"No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas."
Daniel 10:3



viernes, 19 de octubre de 2018

Criar conejos.

Criar conejos puede resultar más productivo que “criar cuervos”. 
Mamá siempre tuvo esas iniciativas emprendedoras para salir de la pobreza -por cierto-, nunca supe que éramos pobres hasta que fui mayor y Dios me dio otras condiciones económicas en su generosa  gracia.
Mi madre fue el ángel que proveyó cada día nutrición, abrigo y cariño. Durante un tiempo nos dedicamos  a la cría de conejos. También patos, gallinas y una huerta. Nunca faltó alimento en la mesa, un regalo a la vecina o una ayuda al más necesitado.
Mamá sabía de generosidad, sin duda alguna.

Mi amigo P. sale a cazar al cerro, llega a su casa y prepara un suculento plato de conejo escabechado, invita a los amigos a degustar un manjar.
Se agradece.
Algunos sibaritas cárnicos miran en menos este tipo de proteínas, nótese, es más saludable que el cerdo y el vacuno juntos. Tal vez esa sea la razón por la que algunos gobiernos promueven su crianza; quizás los conejos salvarán el mundo del hambre.

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 Cuatro de las cosas más pequeñas de la tierra 
son más sabias que los sabios: 
las hormigas, pueblo que no es fuerte, 
pero en verano preparan su comida; 
los conejos, pueblo que no es vigoroso, 
pero hacen su casa en la piedra; 
 las langostas, que no tienen rey, 
pero salen todas por cuadrillas; 
 la araña, que la atrapas con la mano, 
pero está en los palacios reales.

Proverbios 30:24-27

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miércoles, 2 de agosto de 2017

Ajiaco, recetas chilenas.

Se ha puesto de moda ofrecer en los restaurantes "ropa vieja", o sea, comida reciclada.
Sucede, en la cocina quedan restos, a veces papas, a veces pollo, a veces carne.
No llegaron todos los invitados, no supimos calcular, en fin, podemos reutilizar el alimento sin que pierda su calidad y transformarlo en un buen plato nuevo.
Restos de un asado nos sirven para este sabroso caldo, especial para el invierno.
Unos 300 gramos de carne asada la picamos en tiritas (Si no hay se puede hacer con posta cruda).
4 papas cortadas en juliana no muy delgadas.
1 cebolla, cortada en pluma.
1 zanahoria en juliana (tiritas)
1 huevo.
2 dientes de ajo
1/2 pimentón cortado en tiritas.
1 cucharada sopera rasa de harina.
Cilantro picado.
Ají  a gusto.
1 cubo de caldo concentrado de carne.
Sal y aliños a gusto, particularmente solo empleo orégano.
Preparación:
Sofreir la carne y los aliños, colocar  3 o 4 tazas de agua fría.
Agregar el caldo concentrado y dejar que la carne suelte sabor.
Agregar la zanahoria y la cebolla, luego de unos 5 minutos  las papas.
Cocinar unos 20 minutos más, hasta que las papas estén blandas.
Agregar la harina disuelta en un poco de agua fría
Batir el huevo, agregarle de a poco el caldo de la cocción.
Apagar el fuego. Colocar el huevo, revolver.
Poner cilantro para servir y el ají en un plato para que cada comensal le coloque lo que desee.
Sencillo, y como dicen las chicas modernas "ayudamos al planeta" (y de pasada al bolsillo personal).



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No se preocupen tanto 
por las cosas que se echan a perder, 
tal como la comida. 
Pongan su energía en buscar la vida eterna 
que puede darles el Hijo del Hombre. 
Pues Dios Padre me ha dado 
su sello de aprobación.

Jesús en el evangelio de Juan 6:27

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(Fotografía gracias a Juan Pablo Turén)

jueves, 27 de julio de 2017

Recetas chilenas, charquican.

 Dedico esta página con gran cariño y admiración
a mis amigos-amigas misioneros 
que cada día hacen la obra de Jesús lejos de Chile.

¿Existe la comida chilena realmente?
Esta discusión bizantina se ha dado en nuestro país por décadas, sin llegar a ninguna conclusión.
Que no tenemos identidad.
Que hemos copiado de otros países.
Que somos fomes.
Poco creativos.
En fin.
Los puristas –en cualquier tema- son como aquel cuento de Borges “Los teólogos” (puedes verlo en este sitio), tanta discusión y en el cielo nunca se supo cuál era cuál.

Modestamente creo que la comida chilena es rica, rica, rica, aunque compartamos algunos ingredientes con otros países latinoamericanos.
Los que han vivido en el extranjero me cuentan que añoran ciertos elementos culinarios y la forma de mezclarlos. Mote, piñones, choclo, harina tostada, dihueñes, café de higos, milcaos, estofado de conejo, la forma de hacer empanadas, el pastel de choclo, charquicán…
Unos amigos misioneros en el Sudeste asiático me han pedido algunas recetas sencillas para recordar el sabor de Chile. Cuesta elegir qué cocinar si estás en el extranjero.
En honor a ellos les comparto mi receta -no es mi favorita pero  gusta a muchos-, el CHARQUICÁN, plato recurrente en invierno, poco gourmet pero contundente, nadie quedará con hambre.

Para 4 personas.
Ingredientes:
8 papas medianas cortadas en cuadros.
½ Kg. Zapallo maduro cortado en cuadros.
1 zanahoria picada pequeña
1 vara de apio 1 cebolla picada fina en cuadritos.
½ taza de charqui picado muy fino.
½ Kg. Carne magra picada muy fina.
1 vara de alga cochayuyo,  molido en la 1-2-3 o pymer (es opcional)
1 taza porotos verdes (alubia-judía-chauchas)
½ taza de arvejas (guisantes), pueden ser congelados.
½ taza de choclo picado.
2 dientes ajo.
1 hojas de acelga o un poco de cilantro.
4 huevos, uno por persona
Orégano, sal, paprika (poco), aceite para sofreír.

Preparar:
Dorar en una olla profunda la cebolla, la carne, la zanahoria, el apio, ajo y charqui. Agregar una taza de agua. Cocinar por 15 minutos.
 Colocarle  las papas, el zapallo y cocinar 10 minutos más, luego poner las arvejas, porotos, choclos, terminar la cocción a fuego muy lento cuidando que no se pegue.
Se puede colocar sobre un tostador. Al final agregarle el cochayuyo molido, la acelga picada o el cilantro.
Servir con un huevo pochado o frito encima.
Ensaladas frescas (lechuga, tomate, cebolla en escabeche).
*** Algunas personas no le colocan charqui ni cochayuyo, igual queda rico.


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A las personas que tienen riquezas, 
enséñales  que no sean orgullosos 
ni confíen en sus riquezas, 
porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. 
Al contrario, diles que confíen en Dios, 
pues él es bueno, 
y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos.

1 Timoteo 6:17


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jueves, 6 de octubre de 2016

Ñachi, moronga, morcilla, prieta.

Un mal recuerdo fue aquel paseo de curso.
Mis compañeros mataron un cordero y con su sangre hicieron “ñachi”.

Todo estaba perfecto hasta que a uno se le ocurre que todos (y todas) deberíamos ingerir el mejunje, tal vez ya le habían pasado el dato que los evangélicos no tomamos ni comemos sangre en ninguna de sus versiones, sea morcilla, moronga,  ñachi,  prieta...
Rehusé educadamente, pero el coro no se hizo esperar.
El gracioso del grupo aprisionó mis manos en la espalda mientras me acercaban la cuchara llena de sangre cuajada aun caliente.
Cerré los ojos y la boca hasta que se cansaron.
Fue un momento eterno, vergonzoso, raro.
Habían traspasado la delgada línea de las libertades que gozamos como seres humanos.
El resto del día me dediqué a la pesca en el río, nunca se habló del asunto.

 *

Por estos días escucho un debate en clase de Teología, una de las expositoras, intenta corroborar su tesis con algunos pasajes de la Biblia acerca de la ingesta “pero cocida”, asegura.
No quedamos muy convencidos.
Personalmente creo que usar sangre como elemento gastronómico conlleva un riesgo, más que una acción moral.
Por algún motivo el primer Concilio de Jerusalén acordó:
Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. (Hechos 15)

Y tú ¿has comido sangre?
¿Es saludable?
¿Es necesaria para nuestra salud?





miércoles, 29 de junio de 2016

Etiquetas en los alimentos.

Sí, ya lo sé, ya lo sé, el Estado tiene las mejores intenciones, qué duda cabe.
Un país de  obesos ,  Chile,  campeón de Sudamérica, antes que la mentada Copa de triunfo de esta semana.

De pronto no sabemos qué llevarnos a la boca sin sentir remordimientos.
¡Todo aterra!
Los pescados, contaminados (la marea roja, la salmonella…)
Las frutas, mucho pesticida, que no te las comas con cáscara.
Las verduras, esa  famosa escherichia coli que, semejante a un caballo del Apocalipsis, no deja títere con cabeza.
Las bebidas, altas en azúcar, demasiado carbonatadas, pobres riñones.
Las galletas, muchas calorías, nada qué decir del pan, prohibido,prohibido,prohibido.
El té,  inhibe la acción del calcio.
El café, que te patea el hígado.
El chocolate -debilidad de mi amigo H.- pésimo para su colesterol.
Olvídate de las tortas, los pastelillos y esas exquisiteces.
Las carnes con hormonas, ni un asado podremos comer sin contrición.
Y ¿la sal?, pregunto con cara de inocente, “le sube la presión, dama”, me mira la nutricionista con cara de haber peleado con el marido esta mañana.  
Ahora, para rematar el baile, el etiquetado nuevo, al rombo negro le falta solo la calavera.
Algunos envases tienen más etiquetas que tatuajes de futbolista.

Uno de estos días colgaremos etiquetas en el aire…porque de contaminado, caray, ese  sí que lo está.
Habrá que tomar pura agüita… (y eso)
¡¡¡ Ay!!!



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"... los que vivimos en la luz,  
como hijos del día, seamos sobrios, 
protegidos por la armadura de la fe y el amor...


  1 Tesalonicenses 5:8


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jueves, 5 de mayo de 2016

Mapuche: el arte de comer sano.

Cada pueblo tiene un sabor.
En algunos son aliños variados, complementos que se agregan en cantidades pequeñas, combinaciones que luchan en cada cocina por sobresalir.
El pueblo mapuche no sabía de invitaciones gourmet como se estila hoy.
Con la llegada de los extranjeros se produjo la fusión natural de sangre, costumbres y comidas.
Un poco de aquí, un poco de allá, todo ha contribuido a que los herederos de esta tierra disfrutemos de una variedad rica en oligoelementos, vitaminas, sensaciones y vida sana.

De mi niñez rescato el charquicán, los piñones cocidos, digüeñes , castañas y las nunca bien ponderadas papas con mote (de maíz o de trigo, igual de deliciosas)
Algunos puristas sostienen que el trigo llegó a América con los colonizadores. Está tan incorporado a nuestra tierra como si siempre hubiese sido cultivado en ella, los mapuches lo adoptaron y crearon exquisitas recetas mezclándolo con la producción nativa.

Este otoño he recorrido la feria de verduras del barrio, productos frescos de la estación.
Buscando algo nuevo he vuelto a lo más antiguo, la receta que hice hoy es esta:

1 Kg. papas.
¼ Kg. zapallo (calabaza)
1 diente ajo ½ zanahoria
½ cebolla
¼ posta molida
½ kg. de mote precocido.
1 puñado de porotitos verdes.
Orégano, perejil, sal a gusto. Cilantro
Pizca de merkén.

Con la cebolla-ajo-trozo de pimentón-zanahoria-carne-orégano y perejil hacer un sofrito.
Agregar 1 taza de agua, colocarle las papas y el zapallo cortados en cubitos, los porotitos trozados y dejar cocinar a fuego moderado.
A los 10 minutos agregar el mote y poner la olla sobre el tostador para que termine de cocinarse a fuego bien lento.
Quedará una comida suave y untuosa.
Servir con cilantro encima y una buena ensalada de lechuga o apio, reyes de la temporada.
Ancestral, deliciosa y económica ¿se puede pedir más?


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Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, 
que de buey engordado donde hay odio
 Proverbios 15: 17
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domingo, 17 de abril de 2016

Sopaipillas en las primeras lluvias.

¡Los mortales comieron pan angelical!
 ¡Dios les envió comida hasta saciarlos!
(Salmos 78:25 RVC) 

Estos días de lluvia y encierro ameritan una buena receta de carbohidratos, aunque las frituras están prohibidas por el galeno que me cuida, una vez a las mil no será tanto ¿verdad?
Harina y zapallo en mano, me lanzo a la cocina.
Desde el hogar más encopetado hasta el más sencillo, los chilenos somos fanáticos de las sopaipillas.
Solas, con pebre, con manjar, con chancaca, con mostaza, un engolosinamiento total.

Para mis amigas nortinas, aquí una receta (hay personas que no usan zapallo, creo que tienen mejor color con este y quedan un poco más dulzonas).

Los ingredientes para 20 unidades:

1 kg. de harina con polvos de hornear.
1/2 kg. zapallo maduro, la cantidad le dará un color más o menos amarillo.
1/2 cuchara de sal.
2 cucharadas de manteca o  mantequilla (si no hay queda bien con aceite).
1/2 taza de agua tibia (puede usarse la misma de la cocción del zapallo).
1 huevo (opcional).
1 litro de aceite vegetal para reír.

Preparación:
1.- Cocer el zapallo, enfríar un poco y molerlo bien.
2.- Unir todos los ingredientes y amasar.
3.- Con uslero (o una botella) aplanar y hacer círculos más o menos homogéneos.
 

4.- Calentar el aceite en una olla o sartén amplio.
5.- Antes de freírlas, pinchar con un tenedor para que no se inflen.
5.- Freír, dejarlas sobre papel absorbente y servir tibias.


6.- Yo las hice con pebre ...mmm... sencillamente deliciosas..."bon appetit".

Para el pebre:
Picar  1 tomate maduro sin semillas, 1/2 diente de ajo, 1 cebollín, 2 o 3  cucharadas de cilantro, sal y aceite a gusto.


Otras recetas:
 http://www.gourmet.cl/receta/sopaipillas/

http://www.chancaca.cl/recetas/sopaipillas-pasadas.html 

 http://www.guioteca.com/cocina/como-hacer-sopaipillas-un-alimento-tipico-chileno/