La muerte es -casi siempre- un acto involuntario.
A veces con una dolorosa espera o sorpresiva; conmovedora y siempre triste.
Cuando Diego Maradona salía a la cancha de fútbol el mundo parecía detenerse en sus pies, como si hubiera entre él y el balón un romance íntimo que apenas podíamos vislumbrar.
Nos golpea la noticia de su partida, nos consterna, mis amigas exclaman “tan joven, qué lamentable.”
Agradezco esa vida donada a nuestra generación; la emoción del gol que hace vibrar las multitudes; el júbilo que levanta los ánimos, el alborozo de un pueblo.
Toda vida es un regalo de Dios para el mundo.
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El pasado martes, Raúl Zurita, poeta chileno, recibió en España el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, otorgado por el Patronato Nacional de España y la Universidad de Salamanca, en una ceremonia presencial, guardando los protocolos covid-19.
A sus setenta años, el poeta continúa con proyectos. Te comparto un fragmento de su discurso:
“En un mundo de víctimas y victimarios, la poesía es siempre la primera víctima, pero es también la primera que se levanta desde su propia muerte para decirnos a los sobrevivientes que, no obstante todo, vendrán nuevos días. He intentado describir esos nuevos días y esa es quizás la única razón por la que estoy aquí. He imaginado largas sagas alucinantes, poemas interminables que se me borraban como polvo en los dedos en el momento de escribirlos; he visto el Pacífico suspendido sobre las cumbres de Los Andes y cuadrillas de aviones dibujando con líneas de humo en el cielo el rostro mi madre Ana Canessa… “
Para entender un escritor (y a cualquier persona) es un acto de respeto leer su obra.
Te dejo un par de direcciones de interés.
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"El covid-19 ha venido para quedarse -me comenta un amigo-. Les estoy enseñando a mis hijos solidaridad en el uso de la mascarilla y la distancia social."
La pandemia se mueve como la marea del Pacífico, ciertas regiones se contagian, otras decrecen para luego volver a re-infectarse. Las medidas cambiantes, en algunos lugares los protocolos exagerados, en otros ninguno.
Muchos tienen esperanza en una vacuna que los inmunice.
Por ahora, adoptar ciertas diligencias en el aseo, el auto-cuidado y el respeto por el otro serán nuestra vacuna natural.
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"Todo tiene su tiempo.
Hay un momento bajo el cielo para toda actividad:
El momento en que se nace,
y el momento en que se muere;
el momento en que se planta,
y el momento en que se cosecha;
el momento en que se hiere,
y el momento en que se sana;
el momento en que se construye,
y el momento en que se destruye;
el momento en que se llora,
y el momento en que se ríe;
el momento en que se sufre,
y el momento en que se goza;"
Eclesiastés 3:1-4