viernes, 22 de enero de 2021

Ausencia.


Había esa incertidumbre que calaba el hueso, la piel, las alturas de los Andes, la contaminación,  la ira, la decepción,  el embate de las olas, en los cerros la tierra moviéndose al son de su música interna,  las placas nazca bailando en 7.9, los años perdidos en elucubraciones, los libros amarillos, polvorosos, los rostros que partieron,  los que se fueron sin decir adiós y pareciera que pronto entrarán por la puerta, la angustia de lo imposible, ya no es, ya no es, ya no has venido, las manos  tiesas han olvidado hasta las limosnas, duras, inertes,  no tocan,  no abrazan, todo se ha ido en unos días y las palabras se atragantan, desean ahogar el aliento porque no estas. 
No estás. 
No estarás.



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La gente honesta muere y a nadie le importa. 
Los fieles a Dios desaparecen 
sin que nadie entienda 
que ellos son llevados 
para evitar que sean víctimas de la maldad.

Isaías 57:1
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Fotografía de:
Chiharu Shiota 
State of Being (Children's Chair) Berlin-based Japanese artist Chiharu Shiota is known for her large scale black thread site specific installations.



2 comentarios:

Silvia Parque dijo...

Hace un rato supe que murió el esposo de una amiga. Me gusta leer esto, como meter una mano en el hueco del dolor: no es precisamente una sensación bonita, pero es buena.

ojo humano dijo...

Así es Silvia, perder seres amados duele, siempre. Con virus o sin él.