martes, 31 de marzo de 2015

Temblor imaginario.

Quizás tembló.
No atino a definir si fue verdad o un sueño.
Miro las noticias, leo los periódicos, ninguno dice nada.
Concluyo, fue una catástrofe en mi mente, un terremoto imaginario,  menos mal.
Quizás de tanto convivir con la tierra en movimiento afloran los oscuros temores sin control (como dice un sicólogo amigo "lo que uno teme, sucede"). 

Lo peor, fue tan verídico que  tengo la misma sensación del 27-F, la inestabilidad en el suelo, ese leve estremecimiento en los labios que dicen la plegaria, el susto animal.

Ruego a Dios no sea un presagio.




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Dios nos habla de muchas maneras, 
pero nosotros nunca entendemos. 
Nos habla en sueños, en visiones nocturnas, 
cuando el sueño nos vence y nos dormimos; 
entonces nos habla al oído, 
y nos indica lo que debemos hacer, 
para que nos apartemos del mal 
y dejemos de lado la soberbia; 


Job 33:14-16 

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jueves, 26 de marzo de 2015

Origami y las disciplinas espirituales.

Mucho de lo que somos tiene que ver con la influencia que han ejercido sobre nosotros personas pasadas y presentes.
Mucho de lo que seremos tiene que ver con las decisiones que tomamos bajo esa influencia.

El que una vez me enseñó a doblar papel con santa paciencia llega a casa esta semana.
Origami, papiroflexia o cocotología.
También me enseñó a construir volantines de los más variados diseños, trajo a Rocky (mi perro) y me dio lecciones de sociabilidad que todavía estoy intentando practicar.

Leo algo de las disciplinas espirituales, acerca de la oración, la meditación, la lectura sagrada, hábitos que necesito practicar cada día un poco más. El origami tiene mucha similitud con ellas, hay que sentarse y abstraerse. Hay que olvidar el mundo y concentrarse. Hay que practicar el arte de la paciencia, dejarse moldear, aprender flexibilidad, la imprevista figura en qué nos vamos transformando.

La fragilidad del papel, tan grácil como la vida humana.


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Tú (Señor), con tus propias manos me formaste; 
dame la capacidad de comprender tus mandamientos. 
Cuando me vean los que te honran, se alegrarán, 
porque en tu palabra he puesto mi esperanza.



 Salmos 119:73-74 

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(Figura de mujer de Stephen Weiss)


lunes, 23 de marzo de 2015

Insomnio, un antídoto.

Tengo en mi mesa de noche dos Biblias –una versión RV y una NTV-, un cuaderno donde escribo “tarde, mal y nunca”, una especie de diario inconcluso, el libro de Bruce Wilkinson “Tú naciste para esto”, un sudoku a medio llenar, y una carpeta con la Historia de la Iglesia a la que le he ido añadiendo páginas y más páginas con relatos místicos, tristes, maravillosos, extraordinarios, declaraciones de fe, etc.

¡Insomnio, ven a mí!, con esta colección te espero.
El Insomnio –sabio él- no se atreve a venir ni “porsiaca”.
Me acuesto y duermo, como decimos en Chile “a pierna suelta”.

Mi amiga Sho. se queja de sus noches en vela, el sueño la abandona como un amante ingrato.
Si me permiten un consejo –a veces los consejos son una insignificante panacea, vaya-,   a todos los que deambulan por la noche profunda buscando el descanso, estresados porque al día siguiente se quedarán dormidos en la oficina a vista y paciencia de todos, jefe incluido, a ellos les sugiero que se armen con toda clase de libros, hasta las “Mil y una noches” valen, pasando por los poemas de amor de Neruda, novelas de Agatha Christie y sobre todo la Palabra de Dios, que si bien es cierto no es soporífera para nada, trae aliento al alma desvelada. Un buen descanso vale su tiempo en oro.

Una lámpara de mesa con agradable luz es esencial.
Un cuaderno.
Un lápiz.
Ya lo verás, el Insomnio partirá en retirada buscando almas en pena por otros lados.


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Cuando te acuestes, 
no tendrás temor, 
sino que te acostarás, 
y tu sueño será grato. 

 Proverbios 3:24


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La ilustración gracias a : Matías en el mundo


jueves, 19 de marzo de 2015

Humita en olla.

¡Ah, choclo de mi vida!
¿Cómo no amar al Creador que inventó tanta maravilla?
Versátil, sabroso, colorido, económico, fibra natural, proteico…en fin, beneficio puro.

En pleno verano la abundancia es semejante al Paraíso. En cada hogar, en cualquier día de la semana se puede sentir el aroma que traspasa el olfato y hace "agua la boca".
Toda clase de recetas, hasta la más sencilla es semejante a un manjar.
Humitas en su propia hoja aquí:
http://cocinatipicachilena.blogspot.com/2009/12/humitas-en-hoja.html
Pastel acá: http://www.paula.cl/tendencia/paine-pastel-de-choclo/
Tortilla en este: http://www.recetasdehoy.com/tortilla-de-choclos.html 
Ensalada:
https://www.sabrosia.com/2014/09/prepara-la-ensalada-de-choclo-y-pimenton/ 
Cocido, así de simple:
http://www.mis-recetas.org/trucos/mostrar/212-hervir-choclos-perfectos 

Y la famosa humita en olla, de mi recetario:
Ingredientes para 4 personas:
6 choclos (maíz) bonitos y tiernos.
1 cebolla picada fina en cuadros
1 cuarto taza de leche.
Sal (Azúcar si le gusta lo salado-dulce junto)
4 hojas de albahaca.
Aceite, una pizca de margarina o mantequilla.

Preparación: Rayar o moler los granos de choclo en la licuadora.
Sofreír la cebolla
Colocar la albahaca picada
Ponerle un poco de sal y cocinar la pasta del choclo con la cebolla en una olla de fondo grueso, sin dejar de revolver, unos 15 a 20 minutos.
Si queda muy espesa, agregar leche o agua.
Ponerle un poco de mantequilla para que quede más suave, si no hay con aceite queda igual, sabroso.

Este guisado se acompaña con ensaladas chilena (tomate-cebolla pluma), pepino o lechuga picada fina. Ideal para vegetarianos, esos lunes sin carne o cocineras lentas como yo.
Simple.


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Al que alimenta a todo ser viviente;
su gran amor perdura para siempre.
 ¡Den gracias al Dios de los cielos!
¡Su gran amor perdura para siempre!

Salmos 135:25-26 (NVI)

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¿Por qué escribo algo tan prosaico como una receta de cocina?
La vida espiritual también es compartir el alimento con los amigos, amigas, conocidos incluso. Y porque cuando estés en el Sudeste Asiático necesitarás cocinar algo típico de Chile. Espero te sirva de guía.





lunes, 16 de marzo de 2015

Historia de la Iglesia Cristiana.


«A lo largo de los siglos y de las latitudes 
 cambian los nombres, 
los dialectos,
 las caras, 
pero no los eternos antagonistas». 
(Jorge Luis Borges) 

La historia de la iglesia está llena de fotos invisibles.
Fotos que en algún lugar (también invisible) se guardan como un gran archivo.
Momentos de gloria, éxtasis, triunfos, traiciones, derrotas y sangre.
Como toda historia, recreada ad infinitum. 
Como un Aleph personal, incursiono en páginas antiguas.

Ayer murió el papá de una amiga.
También él estudió en su día la Historia de la Iglesia cristiana, la que ha sobrevivido a todos los acontecimientos y está incólume hasta hoy.

Porque si alguien es la esperanza del ser humano, esa es la Iglesia de Jesucristo, la que se mueve día a día en las calles, la que ayuda al pobre, la que funda ONG, la que presta, la que da de comer, la que publica las bondades de un Dios bueno, la que rescata del infierno que –por cierto- algunos teólogos niegan, aunque eso es cuestión de interpretaciones. La que sana. La compasiva. La que canta.
La Iglesia de todos los tiempos.

La historia de la iglesia está llena de rostros tallados en piedra o metal, inmunes al paso de los años.
Ahí está Constantino en York.
Y Lutero en Hanover.
Canut de Bon en la sureña ciudad de Coronel.
Y  los olvidados de la “tierra y el cielo” en nuestro cerro Santa Lucía.

La historia fueron ellos y somos nosotros, no sé cuál es cuál o quién es quién.
En las noches sueño con países ancestrales, paisajes que jamás he visto, tierras nunca visitadas.
La historia de la Iglesia nos define, nos supera, nos liberta, nos dignifica y -por cierto- coloca en nuestro corazón la eternidad.
Nada mal para un mundo con tan poquita fe ¿verdad?

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Y perseverando unánimes cada día en el templo,
 y partiendo el pan en las casas, 
comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. 
Y el Señor añadía cada día a la iglesia 
los que habían de ser salvos. 

Hechos 2:46-47

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(Pintura gracia de: Iris Scott)

jueves, 5 de marzo de 2015

Madre alfa...


¡Vaya! Fui criada por una madre alfa y no tuve la menor idea.
Si me hubiera dado cuenta antes no le habría dado tantos dolores de cabeza, aun cuando tuvimos una estupenda relación, solo fue después de pasar por los baches de la pubertad y superar las diferencias generacionales.

Mamá sí supo lo que es ser independiente, de pie en la vida, de cara a los problemas y resuelta a enfrentarse a la sociedad de su tiempo con una hija a cuestas –por cierto, sin padre-, y elegir la soltería para (me lo repitió algunas veces) “no darme un padrastro”.

Hubo una época en que me sentí comprometida con su elección.
Tú sabes, esa deuda moral, más difícil de cancelar que una bancaria y la que a veces te ata toda la vida.
Ella se encargó de quitarme cualquier peso de responsabilidad, “me gusta la libertad –me repetía-, gobernar mi dinero, disponer de mi tiempo y no dar cuentas más que a Dios de lo que hago o dejo de hacer, aparte que para las labores de casa tú sabes, soy nula”, y se reía con vivacidad.

He dado gracias a Dios muchas veces por el disfrute de la vida que tuvimos juntas.
Su amor suplió todas las carencias.


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... no desprecies a tu madre cuando sea anciana. 
Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina 
y el discernimiento, ¡ no los vendas! … 

¡Que se alegren tu padre y tu madre! 
¡Que se regocije la que te dio la vida! 


Proverbios 23:22-25

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viernes, 27 de febrero de 2015

27-F y las 9.968 réplicas.


Viajo al Sur.
Mientras el bus come kilómetros, miro la carretera y recuerdo aquel viaje en el 2010, a pocos días del terremoto del 27 de febrero.
Aquella vez la carretera era una cuncuna ondulante llena de grietas.
Nos desviaron muchas veces a caminos aledaños por los cortes de puentes, los forados, el desastre impredecible, la trastornada situación.
Un escenario incontrolable.
Nadie sabía por dónde empezar.
Seguía temblando.
Siguió temblando.
Hasta hoy se cuentan 9.968 sismos de baja y mediana intensidad, aunque eso es relativo, mi amiga M. que vive en un piso 18 los siente bien diferente.

Mientras viajo miro la carretera y el paisaje.
No hay huellas de una debacle o que por allí hubiese pasado la catástrofe.
Campos sembrados con profusión, viñas, maizales, frutas de exportación, tierras preparadas para la siembra, compañías fruteras en pleno movimiento, vías nuevas de impecable cemento, kilómetros de terrenos verdes.

Me gusta el país que voy recorriendo.
Siento un grado de plenitud inexplicable, muy agradecida porque Dios me permite vivir estos días preciosos.
Y comprobar que nuestras autoridades no lo han hecho tan mal como algunos quieren que creamos.

Llego a Chillán.
¡Qué ciudad más amigable!
Una boda es siempre una grata invitación, muchos instantes de alegría concentrados en un tiempo breve. Apenas un día.

Un día gozoso.


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…no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, 
 y encontrar satisfacción en el trabajo. 
 Luego me di cuenta de que esos placeres 
provienen de la mano de Dios. 
Pues, ¿quién puede comer o disfrutar de algo separado de él? 
Dios da sabiduría, conocimiento y alegría… 



Eclesiastés 2:24-25 


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(Fotografía: Vista parcial de la Plaza de Chillán )


sábado, 21 de febrero de 2015

Discapacidad social.

Llegó al barrio con una bolsa gruesa que le servía de cobertor.
Los primeros días dormía en el hueco de un negocio cuando este cerraba.
Era verano.
Sentimos curiosidad por el hombre.  Mirada seria, rostro noble, buena piel.
Nos acercamos para conversar, contestaba con monosílabos.
Tener un vagabundo en el barrio no era una situación muy cómoda para algunos.
Nunca ha mendigado.

Indiferente a quien pasara,  leía el periódico (siempre andaba con alguno entre los bultos que empezó a cargar), a veces se sentaba en la plazuela aledaña al Banco estatal y allí dormía la siesta.
Alguien le daba algún sándwich o un café.
Él lo tomaba con cierta displicencia.
Pasó el verano y el hombre seguía donde mismo.
¿Qué buscaba de nosotros?
¿Qué pretendía?
Un indigente es sospechoso para una sociedad trabajólica que todo lo reduce a "cuánto tienes, tanto vales".
Más si es ilustrado, habla correctamente, mira con frialdad y le importa un rábano la opinión del barrio.
Hice el intento, tú sabes, por ese sentido de compasión que nos oprime y nos derrota, que nos incita a cometer los actos más descabellados, esa sensiblería agotadora que nos impide ver la realidad del otro con moderación, digo, hice el intento, me respondió con dureza.
El hombre estaba hastiado de su medio social.
Cansado del consumismo de su familia, lo único que quería era libertad y que –por favor- lo dejaran en paz.
-No molesto a nadie –me dijo- y espero que nadie me moleste. Punto.

Llegó el invierno, la administración municipal lo obligó a recluirse en un hogar, mala imagen para la comuna.
Los primeros días de la primavera volvió.

Ahí está, un poco menos orgulloso, a veces –si anda de buenas- saluda.

Transita  las calles sin prisa, incursiona en la basura, en las ferias de verduras, recorre las calles con coordenadas que solo él sabe.
Pronto llegará el otoño, la brisa helada, la nieve.
Observo su rostro enjuto, la seriedad de sus ojos ¿qué pasará con él?



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El rico y el pobre tienen un lazo común: 
el que hizo a ambos es el SEÑOR. 


Proverbios 22:2 


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miércoles, 11 de febrero de 2015

Agenda 2015...(si Dios no dispone otra cosa)

"Un camino que no te permite avanzar, no es un camino"  
(Jang Geu Rae en Misaeng) 


Pronto terminará el verano (suspiro).
Mientras escucho la banda sonora de Misaeng (una historia coreana), hago planes.
Organizo la oficina.
Ordeno la agenda del año.
Me propongo, orar con más frecuencia, leer mi Testamento -versión NTV-, más concentrada.
Ahorrar un poco más.
Volver a Pilates.
Asistir a un Retiro Espiritual.
Ayunar una vez a la semana.
Escribir un e-mail al día a alguna amiga (o) ausente.
Trabajar de voluntaria en una ONG.
Reciclar-reciclar-reciclar.
Simplificar mi taller-oficina.
Practicar juegos de memoria.
Guardar mi corazón de amarguras.
No procrastinar.
Bajar los carbohidratos (mi pan de cada día es intransable).
Respetar los horarios básicos.
 Estudiar algo.
Vender, intercambiar, regalar lo que no se usa.
Aprender diplomacia.
Mantener viva la huerta.
Sonreír más.
Reír más.
Bailar más.
Decir: Sí-yes-oui-yah- con más frecuencia.

Pronto terminará el verano (suspiro).
Mientras escucho a Vladimir Vysotsky, de la banda sonora de Misaeng (una historia coreana), planifico.
Organizo la agenda del año.


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 Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, 
háganlo en el nombre del Señor Jesús, 
dando gracias a Dios el Padre por medio de él.

Colosenses 3:17 (RVC)
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(Ilustración gracias a Amanda Cass) 



lunes, 9 de febrero de 2015

Prácticas obsoletas (parte 1): puntualidad.

 "No por mucho madrugar amanece más temprano".
"A quien madruga, Dios le ayuda".
"Mejor nunca que tarde". George Bernard Shaw.
"Mejor tarde que nunca"
"La puntualidad es una virtud si no te importa sentirte solo".
Autor desconocido.

He hecho una encuesta, bien básica y local.
Y he llegado a la conclusión que los chilenos somos top en impuntualidad.
En mi congregación 3% asistentes llegan media hora antes del horario establecido.
Un 10 % a la hora.
Casi un 90 % atrasados, cinco, diez, treinta minutos.
Y no falta alguno que llegue cuando nos estamos despidiendo, despistado total.

Ni hablemos de bodas, donde la novia siempre debe llegar atrasada, una amiga nos hizo esperar ¡dos horas!. Pensamos que había dejado plantado al novio.
Ser puntuales ya no es un plus, ni una virtud o una buena costumbre en mi país.
Es casi ofensivo ser puntual.
Es un reproche silencioso, es exponer la descortesía, la falta de respeto por el tiempo ajeno.
Es sacar a flote una conducta nada de considerada. Eso no se perdona.
Es como gritar en la vía pública “ladrón, ladrón” a alguien que está robando. Un amigo se ganó un puntazo en el vientre por poner en evidencia pública a un "lanza", estuvo varios días al borde de la muerte.

Exponer los defectos públicamente no deja de tener sus bemoles.
Muchas costumbres tratan de sostenerse en el tiempo - la puntualidad era bien vista, tanto como la “palabra de honor”, la austeridad, el buen nombre o la veracidad-, pero cada época tiene sus propias decadencias, tanto que se transforman en nuevas tendencias aceptadas e impulsadas por los llamados progresistas que desean cambiarlo todo.

Con el tiempo me he acomodado al cambio.
¿No es eso lo que hacemos incorporando las tecnologías y adminículos al uso hogareño?
Sería fatal vivir sin electricidad, agua potable, cocina a gas o refrigerador.
 Tal vez no vale la pena estresarse por los impuntuales –una amplia mayoría- y sentarse a esperar leyendo un buen libro, tejiendo un mantel para decorar una fiesta especial o escuchando un concierto en el celu.

Y sonreír cuando la de marras nos atosiga con excusas, que “el taco” no me dejaba avanzar, el transantiago venía a paso de tortuga, no puedo salir sin mis pestañas o tuve una llamada de última hora.

El pastor Rick Warren dice en alguna parte: “En las creencias esenciales tenemos unidad. En las creencias no esenciales tenemos libertad. En todas nuestras creencias mostramos caridad”.

¿Cambiar la praxis nacional del retraso? 
¿Se podrá?


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Pagad a todos lo que debéis: 
al que tributo, tributo; 
al que impuesto, impuesto; 
al que respeto, respeto; 
al que honra, honra.
 

Romanos 13:7

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jueves, 5 de febrero de 2015

El espino.

En la aridez de la calle solitaria crece un espino.

Nada podría tener fruto en ese lugar, alejado de casas, abandonado y seco.
Cada vez que camino cerca me detengo a mirarlo, cómo crece sin oposición o apego de otras plantas. Definitivamente de buen amigo, nada.

La generosidad del Creador ha dado belleza a este pequeño arbusto que exhibe sus flores con tenacidad y las protege con celo. Nadie podría llevarse una rama a casa para colocarla en un florero, las espinas son duras como espadas.

Invariablemente cuando lo miro recuerdo lo que dijo el Señor Jesús:
“Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen el mensaje, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida. Así que nunca crecen hasta la madurez.” (Lucas 8:14 NTV) 


Si quieres saber más del espino:
http://www.nublenaturaleza.cl/articulos/flora/arboles/espino/

http://www.planta-medicinal.com/espino.html

jueves, 29 de enero de 2015

Ideas para una ¡gran fiesta!

Para empezar un nuevo proyecto agradezco a:

https://hechoporkit.wordpress.com/ 

Me ha enseñado que una fiesta puede ser eso y más, ¡UNA GRAN FIESTA! si le pones un poco de empeño, un resto de amor y una pizca de creatividad.






" ...para aprender sabiduría y disciplina;
    para comprender discursos inteligentes;
para adquirir instrucción y prudencia,
    honestidad, justicia y equidad;
 para volver sagaces a los inexpertos;
    y dar a los jóvenes conocimiento y prudencia.
 El sabio que los escuche será más sabio;
    y el inteligente será más hábil;
 se entenderán los dichos y el lenguaje figurado,
    las palabras de los sabios y sus enigmas."

 (Palabras del sabio rey Salomón)





jueves, 22 de enero de 2015

Cultivo stevia.

El verano avanza y la dejadez se apodera de la ciudad.
Muchos emigran a veranear.
Yo siembro, aporco, limpio, riego.
Entre las regalos que brotan exuberantes –la tierra y el agua son una dupla maravillosa-, una  mata de stevia levanta sus hojas al aire con derroche. La gracia de la stevia es su extrema dulzura que la habilita para agregarla al té, café o mate, sin aporte calórico, aunque un amigo sostiene que el cuerpo humano no necesita adiciones de azúcar o sal que solo originan daños en el sistema (según él).

Si una contribución podemos heredar al mundo cuando salgamos de él será lo que quede establecido en la tierra, como lo dijo doña Gabriela : “donde haya que plantar un árbol, plántalo tú”

Tal vez este es un verano histórico. La cosecha ha sido abundante, hemos compartido el sabor de los duraznos, la sombra de la parra, el color de los hibiscos, la invasión del zapallo que trepa hasta el sitio vecino, la belleza de la buganvilla, el perfume de las albahacas, el beneficio del aloe, la diversidad de los cactus, la amarga propiedad de las olivas, los granos de maqui, la novedad de los melones que se arrastran apoderándose del espacio.

Sí, definitivamente, la huerta es una fuente de alegría. Parece que este año la playa se quedará esperándonos.


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 No importa quién planta o quién riega; 
 lo importante es que Dios hace crecer la semilla. 
El que planta y el que riega
 trabajan en conjunto con el mismo propósito. 
Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo. 


1 Corintios 3:7-8 (NTV) 


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sábado, 27 de diciembre de 2014

La hora dorada.


Me siento debajo de la vid en ciernes.
El silencio habita el espacio de la hora dorada.
El sol se refleja discretamente en los edificios -en la cumbre de Los Andes, en mi jardín-, como si no quisiera interrumpir la paz de la tarde.

En el edificio contiguo una niña entona una canción navideña con un balbuceo infantil.
Sobre las altas palmeras pían zorzales nuevos.
Las palomas bajan a beber agua en el patio donde crecen poco a poco los duraznos, las plantas de tomates y las diminutas albahacas.
Mi clepia perfuma todo el lugar.

El tiempo detenido en un instante eterno e infrecuente vuelve a moverse en la bocina estridente de algún torpe conductor que circula por la calle despoblada.



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¡Mira, el invierno se ha ido,
    y con él han cesado y se han ido las lluvias! 
 Ya brotan flores en los campos;
    ¡el tiempo de la canción ha llegado!
Ya se escucha por toda nuestra tierra
    el arrullo de las tórtolas.
 La higuera ofrece ya sus primeros frutos,
    y las viñas en ciernes esparcen su fragancia.

Cantares 2:12-13 (NVI)

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martes, 23 de diciembre de 2014

Navidad debajo de un techo de totora.

Día fresco.
Pequeña neblina.
Horizonte aclarando.
Pronóstico,  buen tiempo.
Santiago atascado.
Desvíos.
Retraso.
El automóvil nos lleva en breve tiempo por la Cuesta Barriga, grandes campos, enormes cerros, valles verdes y fructíferos.
Llegamos a un amplio espacio de juegos, rodeado de limoneros.
Pataguilla.
Una ancha casona con techo de totora, mesas rústicas, ambiente de campo, informal y limpio.
Los jóvenes se entretienen con las selfies, los pequeños juegan, las mujeres preparan jugos naturales, los hombres conversan.
Las mesas servidas, en una esquina bien decorada está la torta de cumpleaños.
Cumpleaños de Jesús.
Nadie tiene prisa, excepto, claro está, los niños que esperan sus regalos.

En el lugar no hay vestigios de algún Viejo Pascuero, ni el delirio del comercio con sus luces a toda potencia o el ajetreo de las calles saturadas de la Capital, o la desilusión al no recibir el regalo soñado.
La celebración tiene un aire festivo y cristiano.
Hablamos de Jesús, del sentido que tiene la Navidad, compartimos los alimentos –panes dulces, bebidas, jugos-, todo entre risas, discursos improvisados y villancicos sin estridencias.
Una obra de teatro adecuada a la celebración.

Observo el techo de paja y convengo que tal vez cuando nació el niño lo hizo debajo de algo parecido a esto, en un día como este, como cualquier niño nacido de mujer.


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De su plenitud todos hemos recibido 
gracia sobre gracia, 
pues la ley fue dada por medio de Moisés, 
mientras que la gracia y la verdad
 nos han llegado por medio de Jesucristo



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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Clepia.


¡Cómo ha crecido mi Clepia!
Hace un año era una bebé, hoy se ha llenado de flores.
Todavía es uno de los mejores regalos de Navidad.
¡Gracias, Dios!, solo Tú puedes crear de la nada tanta belleza.


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 Hasta el lugar desolado y el desierto estarán contentos en esos días;
    la tierra baldía se alegrará y florecerá el azafrán de primavera. 
 Así es, habrá abundancia de flores,
    de cantos y de alegría.
Allí el Señor manifestará su gloria,
    el esplendor de nuestro Dios.


Isaías 35:1-2 (NTV)


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lunes, 15 de diciembre de 2014

Ley humana- Gracia de Dios.


                  Ley humana:
               - El que la hace, la paga.
               - Se cosecha lo que se siembra
               - Quien siembra vientos, cosecha tempestades.
               -  Palos porque bogas y palos porque no bogas.
               - Le haré morder el polvo.
               - Le pagó con la misma moneda
               - Ni perdón ni olvido
               - La venganza es un plato que se sirve frío.
               - Le sacó los trapitos al sol.
               - La ley del embudo.
               - El pez más grande se come al más chico.
               - Poderoso caballero es don dinero.
               - Del árbol caído todos hacen leña
               - El que ríe último, ríe mejor.


 Gracia de Dios: 
- Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús...

El Señor Jesucristo, aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre.... (2 Corintios 8:9) 

- Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. (Efesios 1:7) 

- Dios los salvó por su gracia cuando creyeron.  (Efesios 2:8) 

- Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor (Marcos 11:25) 

- No juzguen a los demás... No condenen a otros.... Perdonen a otros, y ustedes serán perdonados. (Lucas 6:37) 

- Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer. Si tiene sed, dale de beber. (Romanos 12:20)

 - Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen, para que sean ustedes hijos de su Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. (Mateo 5:44-45) 



miércoles, 10 de diciembre de 2014

Carentes de gracia.

Viajamos por la carretera al funeral de la Juani.
De pronto se nos cruza un auto para adelantar.
Nuestra conductora debe subir a la vereda para evitar el choque, el imprudente conductor se pierde velozmente por la autopista.
En la fila del súper alguien se demora, una mujer joven reclama.
En el Metro nadie da su asiento a los ancianos. Menos a una joven embarazada.
Suma y sigue.
Vivimos en un mundo huérfano de gracia, aun en las iglesias se practica “el que la hace la paga” aprendido en la educación humanista.
El que se humilla es mirado como alguien “raro”.
El que concede el perdón de una deuda casi un “extra-terrestre”.
Nadie cede frente a las necesidades del otro, de su cotidiano vecino.
Estamos claros que nada es gratis, ley y  orden,  ojo por ojo –no lo expresamos tan tajante-,  todo cuesta.
Cuando pienso en la gracia reuerdo al padre de la parábola del hijo pródigo.
Un padre que cede a un requerimiento extravagante “dame mi herencia”.
Un padre que sufre la ausencia del hijo.
Un padre que no reprocha cuando regresa quebrado.
Un padre que restaura al caído.
Un padre que lo defiende aun contra su hermano.

 Me estremecen mis carencias, mi mente legalista, mi ojo crítico.
Pido perdón una y otra vez.
Y Él me perdona.
No quiero olvidarlo cuando tenga que hacer lo mismo, dar de gracia (sin condiciones previas) lo que he recibido.

Tan bien lo expresa el apóstol Juan: “ El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)” 




(Detalle de la pintura El retorno del hijo pródigo obra del pintor holandés Rembrandt.)



lunes, 8 de diciembre de 2014

Gracia.

¿Cuál es la única cosa que la iglesia puede ofrecer 
 y que el mundo no puede conseguir en ningún otro lugar? 
Gracia.”

 (John Ortberg) 

Diciembre presagia buen tiempo. 
Algunos ya van de vacaciones. 
O hacen viajes cortos a la Costa Pacífico los fines de semana. 
Yo leo. 
Nada tan gratificante después de admitir que el golpe de la violencia vivida recientemente  nos ha dejado un poco desconcertados.

Leo sobre la gracia. 
De las 199 veces que aparece (en mi versión Reina Valera '60), el apóstol Pablo se refiere a ella 20 veces en su carta a los Romanos.

Digo gracia y recuerdo la canción “Sublime Gracia”.
Pienso en mi madre que renunció a un esposo para no darme un padrastro. 
Me viene a la mente “mi amiga de milicia” en el sudeste asiático. 
Cuando digo “gracia” me inclino con gratitud delante de Dios porque ha cercado mi vida de afectos inmerecidos, regalos luminosos, días de gloria que jamás soñé. Una infancia que, aun carente de bienes materiales, fue rica en alegrías, amistades y cariño. 
Digo gracia y evoco los días donde aprendí a leer, el momento de la revelación de las palabras, la tarde cuando inclinada sobre el silabario algo gatilló en la mente y se abrió al prodigio desconocido y asombroso. 

La gracia de Dios me ha regalado millones de momentos extraordinarios, sencillos, ingenuos, exuberantes, cada uno distinto. 
Cuando en noches insomnes me tiendo a esperar el sueño, cuento una a una las bendiciones, me quedo dormida antes de poder recopilarlas todas. 
Y por sobre todo lo que ha ocurrido, lo que ocurre o ocurrirá, está la mayor gracia, el día inigualable que nace el pequeño Jesús, como un mortal, sujeto a nuestras mismas opciones y costumbres. 
Crecer, estudiar, escribir, comer, jugar, reír, llorar, los mil verbos que se conjugan en un niño y forman una vida.


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 Por la gracia de Dios soy lo que soy, 
y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. 

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lunes, 1 de diciembre de 2014

La violencia .

Abordo el Metro a la hora punta.
La multitud aprieta, empuja, porfía por entrar a un carro atiborrado.
Una señora sube después de bastante trabajo con una bolsa de compras –nada voluminosa-, a los pasajeros no les parece bien y se lo señalan con poca cortesía.
No ha roto ninguna regla de convivencia, me parece una reacción exagerada y descortés.

Mientras el tren se mueve lentamente siento el aire de nerviosismo que se respira en la ciudad, el estrés galopante que rodea las vías de ida al trabajo o de vuelta a casa.
Me impresiona la poca tolerancia de los usuarios, aunque en su descargo debemos notar que el sistema es fastidioso, impredecible, incómodo y totalmente saturado.
Lejos está aquel Metro olor a nuevo, amigable, vías expeditas, gente contenta, hasta había asientos desocupados. Hoy, si logras subir a un carro hay que alegrarse.

El escritor Roberto Ampuero en alguna parte escribe, “ Chile, más que “un paisaje”, como lo define Nicanor Parra, o “una loca geografía”, como lo describe Benjamín Subercaseaux, es un estado de ánimo.”

Nuestros estados de ánimo en la ciudad van fluctuando entre la depresión, la euforia y la violencia.
Días donde pareciera que a todos les pisaron los callos.
Otros presurosos por llegar a ver la tv, como si de esta dependiera todo bienestar.
Días de queja contra el mundo, desde la Presidenta, los políticos (tema recurrente)  hasta el último e ignorado funcionario.

Pocos días de alabanzas a Dios.
Poca gratitud.
En las calles no se oye música.
Casi no he escuchado  las campanas.

Tal vez llegando diciembre volvamos a un estado cordial con el prójimo.
Tal vez diciembre nos traiga el regalo de la paz en el alma.

Oro por eso.



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 El que es paciente muestra gran discernimiento;
    el que es agresivo muestra mucha insensatez.


Proverbios 14:29 (NVI)

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