miércoles, 25 de diciembre de 2013

Regalo de Navidad.


Tres años de cuidados. 
Riego. 
Vitaminas. 
¿Cuándo - me preguntaba-, dará una flor? 
Y de pronto hoy, como un regalo del cielo, sin aviso previo, ahí está la maravilla, la más extravagante belleza, una textura de cera en esas pequeñas flores parecidas a las estrellas. 
Clepia. 
Nada que agregar. 


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Pero ustedes, hermanos, 
tengan paciencia hasta la venida del Señor. 
Fíjense en el labrador, 
cómo espera el preciado fruto de la tierra, 
y cómo aguarda con paciencia 
a que lleguen las lluvias tempranas y tardías. 


Santiago 5:7 

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2 comentarios:

Fernando dijo...

Qué maravilla. Valió la pena el esfuerzo, Ojo Humano.

Soy un inculto en temas de botánica: no sé si esta flor crece también en España. Creo que nunca la había visto.

Muy bien traída la comparación con el campo de la Carta de Santiago. Santa Teresa de Jesús la usaba en la oración: es como regar un campo seco, con mucho esfuerzo, sólo tras mucho tiempo empieza a haber fruto jugoso (o no, si Dios no lo da).

ojo humano dijo...

Sí, me pareció un trabajo como el de Dios, guardando las proporciones, uno se le agota la paciencia, Él es tan misericordioso, vaya que lo es.