Aun en este extraño y dramático tiempo la poesía tiene algo que decir y lo dice en voz alta para que el mundo a través de ella tenga esperanza.
Este año el Nobel ha honrado a Louise Glück; sin embargo creo que nosotros ganamos al tener el privilegio de leer poesía otra vez. Les comparto una muestra y algunas páginas en español.
Amante de las flores
En nuestra familia, todos aman las flores.
Por eso las tumbas nos parecen tan extrañas:
sin flores, sólo herméticas fincas de hierba
con placas de granito en el centro:
las inscripciones suaves, la leve hondura de las letras
llena de mugre algunas veces…
Para limpiarlas, hay que usar el pañuelo.
Pero en mi hermana, la cosa es distinta:
una obsesión. Los domingos se sienta en el porche de mi madre
a leer catálogos. Cada otoño, siembra bulbos junto a los escalones de ladrillo.
Cada primavera, espera las flores.
Nadie discute por los gastos. Se sobreentiende
que es mi madre quien paga; después de todo,
es su jardín y cada flor
es para mi padre. Ambas ven
la casa como su auténtica tumba.
No todo prospera en Long Island.
El verano es, a veces, muy caluroso,
y a veces, un aguacero echa por tierra las flores.
Así murieron las amapolas, en un día tan sólo,
eran tan frágiles…
(del libro ‘Ararat’)
https://www.lavanguardia.com/libros/20201008/483938219900/louise-gluck-poemas-nobel.html
(La fotografía, campos de arroz, agencia AP)