martes, 16 de junio de 2020

Preguntas que nos rondan.

Las palabras que se escriben entre los signos de interrogación muchas veces se responden solas en el tiempo, otras quedan flotando para próximas generaciones.
Mi amiga Vivi  cuenta que algunas la inquietan,  ¿volveré a abrazar a alguien en público? ¿Cómo será la vida después de la pandemia? ¿Tomaré de nuevo un café en Plaza de Armas con mis amigas?
¿Persistirá la desconfianza ante una simple tos en público?
O las que se hace un locutor en la radio,  ¿volverán las protestas violentas a tomarse las calles de Santiago? ¿Seremos más pobres? ¿Seremos más solidarios o más egoístas?

Esta quincena terminé de podar las rosas, trabajo impostergable cada año.
Otras preguntas merodean en mi mente. ¿Este color de rosa es el que vio Borges antes de quedar ciego?
Cuando voy cortando las hojas secas y los tallos viejos pienso en mi vida, cómo el Señor nos va moldeando, sacando  basuritas; año tras año, con paciencia. A veces logra cambiar algún mal hábito, a veces nuestro cambio demora, necesito más tiempo ¿por qué me amas tanto?.

Ha venido el frío a la cita anual, abrigarás  el cuerpo y ¿que hay del alma cuando ese rencor te amarga el sabor de la sopa? ¿Olvidarás la palabra mal dicha y la deuda impaga?

Mis preguntas no alcanzan niveles tan elevados como Cohelet: "¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. 
¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. "




 (Fotografía: Una rosa de mi jardín)


4 comentarios:

Susana dijo...

La vida seguirá su curso. Un beso

ojo humano dijo...

Sin dusa, Susana. Tal vez un poco distinta.
Un abrazo.
Gracias por leerme

Unknown dijo...

Nada será igual , eso pienso yo. Dios nos ayude.

ojo humano dijo...

Dios nos ayudará, no lo dudes. Confiamos en su amor y bondad.