Digresiones del covid-19 (uno)

Un viaje sobre las olas.
A veces en calma
a veces la tormenta nos sacude.
Siempre  Dios presente.
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Todo se transforma en sospechoso
Hasta el polvo de la vereda se ha convertido en enemigo.
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Siempre lo supimos, el secreto estaba en ralentizar la vida y ahora debemos hacerlo obligados.
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Adquirimos nuevos hábitos de limpieza, algunos hasta la paranoia en el lavado de manos. “Me estoy quedando sin piel”, comenta una amiga por RRSS.
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Uso de mascarilla.
Sí, pero no.
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Espacios comunes desiertos,
plazas, templos, estadios, centros comerciales, calles.
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Cumplir años en cuarentena y estar sana es una experiencia única (tal vez nunca se repita).
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Un amigo siempre decía “si no lo veo, no lo creo” respecto a reconocer la realidad de un Dios Creador.
¿Y que hay con un nano virus?
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Aprendemos a estar solos con nuestros pensamientos.
Tal vez se cansaron de esperarnos y se fueron a otra cabeza.
Estamos solos.
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Pecado asociado a covid-19
Gula.
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Adquirimos una “expertise” en nuevas tecnologías.
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La Iglesia transforma la historia humana.
Sin Dios presente la historia es puro cuento.
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"Tan solo he hallado lo siguiente: 
que Dios hizo perfecto al género humano, 
pero este se ha buscado demasiadas complicaciones"
(Rey Salomón)
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Solo cálmate y respeta la cuarentena.
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Fotografía: Una calle de Santiago, Chile, vacía por la cuarentena