No sé qué tan drásticas sean nuestras cuarentenas si una gran cantidad de personas siguen contagiándose cada día.
Miro mi calle, autos circulando con normalidad, jóvenes caminando por las veredas, filas enormes en los bancos, no sé si están confinados solo los niños y los ancianos.
Especialmente los jóvenes soportan poco –poquísimo- la falta de movilidad. Más aún si no tienen acceso al tele-trabajo y viven “al día”.
Los recluidos en su hogar se resisten al deseo de salir (al ver cómo circulan las personas) y por otro lado el temor los paraliza en la puerta.
Construimos un mundo compartido en la externalidad. Escuelas, parques, estadios, trabajos, iglesias, malls; gran parte del tiempo lo vivimos lejos de casa, tanto que algunas zonas se les designa como “comunas dormitorio”.
Y de pronto la ley nos obliga a quedarnos en un lugar de forma permanente, aunque sí, por un determinado tiempo. Unos, dos, tres, cuatro días se transforman en unas pequeñas vacaciones, pero ¿semanas? ¿meses?
Una amiga me cuenta, “he pintado todas las paredes, todo el orden, mi departamento brilla, he maratoneado Netflix, estoy tejiendo, aprendí a amasar, ya no me quedan ideas." El aislamiento es una prueba para el carácter, un fortalecimiento a la paciencia (a veces no hay mucha), un análisis profundo a la calidad de nuestras relaciones, un curso de aprendizaje en convivencia.
La cuarentena podría transformarse en una prisión abominable o un retiro espiritual.
Algunos tips para conservar nuestra salud mental:
1.- Personalmente creo que la Palabra de Dios calma todas las inquietudes si logramos una mínima concentración. He descubierto que oírla es tan bueno como leerla.
2.- Orar y escuchar música, actos sencillos y poderosos.
3.- Conversar, ahora que las compañías han liberado las RRSS, podríamos hablar gratis hasta con los chinos. Animar a los que están solitos es una gran labor.
4.- Hacer algo con las manos. Tender la cama, barrer, ordenar, planificar, podar el jardín, cultivar algo en macetero, mil verbos por conjugar.
5.- Mirar una serie, particularmente estoy en
Heartland; no somos misántropos ajenos al mundo que nos rodea..
6.- Hacer ejercicio. Definitivamente y en todo tiempo, la vida es movimiento.
7.- Jugar. Solitario, ludo, con el perro, acertijos, sudoku,al
emboque, etc.
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Mientras llego,
ocúpate en la lectura,
la exhortación
y la enseñanza.
No descuides el don que hay en ti, (...)
Ocúpate en estas cosas,
y permanece en ellas,
para que tu aprovechamiento sea evidente a todos.
Ten cuidado de ti mismo...
1 Timoteo 4: 13-16
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Fotografía tomada-editada de la web