lunes, 10 de septiembre de 2012

Pidan y recibirán.

Jesús nos invitó a tener confianza en Él al solicitarle algún bien.
Gran ejemplo del salmista David que nos enseña cómo pedir:

 "Que nuestros hijos, en su juventud,
crezcan como plantas vigorosas.
Que nuestra hijas sean hermosas
como las columnas labradas de un palacio.
 
 Que nuestros graneros se llenen
y rebosen con toda clase de grano.
Que nuestros ganados en el campo
se multipliquen por cientos y miles.
 
 Que nuestros bueyes resistan el trabajo.
Que no nos tomen por asalto ni nos lleven cautivos,
ni haya pánico en nuestras calles.

 ¡Dichoso el pueblo que tiene todo esto!
¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!"




(Salmos 144:12-15, RVC, fotografía Jeff Horner)



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