Acudo a votar el pasado domingo.
De tarde, porque no dejaré el estudio dominical matutino por otras tareas.
Elecciones de Presidente (a), Diputados y Cores.
Las filas son enormes.
Afortunadamente en mi mesa la espera es breve, los votantes asistieron de madrugada.
La persona a mi lado es una anciana –me dice que tiene 81- y se confiesa Católica observante, de la Comunidad de Monte Carmelo.
La escucho con cara de interés.
Por primera vez encuentro una persona ultra religiosa, me provoca curiosidad. Explica con algunos detalles que la Virgen María estuvo en Chile y que nadie creyó las apariciones, que dejó algunas indicaciones de buen vivir y de oración por el país.
Me cuenta de una misionera –colombiana- que fue al infierno y regresó a cumplir una misión de advertencia.
Lamenta la situación de descreimiento de la población joven y asegura que eso nos llevará a un castigo seguro.
Me gusta esa certeza profunda.
Me pregunta si soy católica, le respondo, evangélica. Me da una reseña de Lutero y de la historia, ecuménica ella para nada, solo la Iglesia Católica salva. Si no tienes los sacramentos estás perdido. La oigo y recuerdo las palabras del apóstol Pedro en su primera carta "Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación; pero háganlo con humildad y respeto".
Pienso que cada cristiano (y yo) debería dar testimonio de su fe con la convicción de esta anciana.
Nos llaman pronto a sufragar, se aleja del brazo de su hijo conversando cariñosamente.
(Por cierto, Google nos dedicó un doodle)
martes, 21 de noviembre de 2017
jueves, 16 de noviembre de 2017
Aprender a estar enfermos.
No nos gusta ninguna enfermedad.
Nos disminuye.
Duele.
Nos priva de placeres.
Nos pone de mal humor.
La vida cambia radicalmente.
Mi amiga Isa. sufre la enfermedad de Crohn.
Liz quedó ciega a sus 27 por el lupus.
Vero vive con dolores musculares generalizados.
El hermano de Ri postrado con sida.
Mamá murió de cáncer.
Pienso en Jesús que sana.
La Iglesia en general (evangélica) cree en la sanidad divina y la proclama.
Pienso en Jesús a la orilla del estanque de Bethesda, lleno de enfermos. Solo sana al paralítico. ¿Por qué solo uno? ¿Era más merecedor que los otros?
Y no hablemos de las expectativas que se generan acerca de Dios, siderales, como si Él estuviera obligado a mantenernos sanos “ad infinitum”, mientras le damos al cuerpo como “bombo en fiesta”.
Pienso en aquellos que son sanados ¿llegan a ser más fieles y comprometidos con su fe? ¿Son más agradecidos y felices al recibir un milagro?
Pienso en los que no son sanados y deben desarrollar la paciente espera, en especial el sistema público, siempre saturado.
Hago observaciones personales acerca de las motivaciones para mantenernos en la media de los niveles (léase glicemia-hipertensión-colesterol) y me doy cuenta que cada uno somos un mundo y necesitamos recetas distintas, nuestro cuerpo responde a estímulos tan diversos que apenas estoy empezando a entender algunas cosas.
Una candidata sostiene que sanos o muertos, porque nuestro sistema de salud es insostenible, faltan especialistas y todo se soluciona con un pararetamol o una caja de ibuprofeno.
Promete reformas, otros antes que ella prometieron lo mismo, una vez en el gobierno se dan cuenta que el problema era más complejo y difícil de solucionar y volvemos a dar pastillitas.
No sé si deberíamos entregarnos, levantar las manos y rendirnos, perder una lucha agotadora, quedarnos quietos y esperar que el cuerpo se defienda en lugar de amargarnos.
Mi amigo Fe sostiene que tenemos la capacidad de sanarnos con ejercicio, harta agua y ocio (¡vaya!).
No sé.
Seguiré estudiando y experimentando, como dijo un antiguo presidente "en la medida de lo posible".
Nos disminuye.
Duele.
Nos priva de placeres.
Nos pone de mal humor.
La vida cambia radicalmente.
Mi amiga Isa. sufre la enfermedad de Crohn.
Liz quedó ciega a sus 27 por el lupus.
Vero vive con dolores musculares generalizados.
El hermano de Ri postrado con sida.
Mamá murió de cáncer.
Pienso en Jesús que sana.
La Iglesia en general (evangélica) cree en la sanidad divina y la proclama.
Pienso en Jesús a la orilla del estanque de Bethesda, lleno de enfermos. Solo sana al paralítico. ¿Por qué solo uno? ¿Era más merecedor que los otros?
Y no hablemos de las expectativas que se generan acerca de Dios, siderales, como si Él estuviera obligado a mantenernos sanos “ad infinitum”, mientras le damos al cuerpo como “bombo en fiesta”.
Pienso en aquellos que son sanados ¿llegan a ser más fieles y comprometidos con su fe? ¿Son más agradecidos y felices al recibir un milagro?
Pienso en los que no son sanados y deben desarrollar la paciente espera, en especial el sistema público, siempre saturado.
Hago observaciones personales acerca de las motivaciones para mantenernos en la media de los niveles (léase glicemia-hipertensión-colesterol) y me doy cuenta que cada uno somos un mundo y necesitamos recetas distintas, nuestro cuerpo responde a estímulos tan diversos que apenas estoy empezando a entender algunas cosas.
Una candidata sostiene que sanos o muertos, porque nuestro sistema de salud es insostenible, faltan especialistas y todo se soluciona con un pararetamol o una caja de ibuprofeno.
Promete reformas, otros antes que ella prometieron lo mismo, una vez en el gobierno se dan cuenta que el problema era más complejo y difícil de solucionar y volvemos a dar pastillitas.
No sé si deberíamos entregarnos, levantar las manos y rendirnos, perder una lucha agotadora, quedarnos quietos y esperar que el cuerpo se defienda en lugar de amargarnos.
Mi amigo Fe sostiene que tenemos la capacidad de sanarnos con ejercicio, harta agua y ocio (¡vaya!).
No sé.
Seguiré estudiando y experimentando, como dijo un antiguo presidente "en la medida de lo posible".
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"Recorría Jesús toda Galilea,
enseñando en sus sinagogas,
proclamando la Buena Nueva del Reino
y curando toda enfermedad
y toda dolencia en el pueblo."
Mateo 4:23
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Ilustración: El ángel herido
Hugo Gerhard Simberg
Hugo Gerhard Simberg
lunes, 13 de noviembre de 2017
Como monos porfiados.
Nos hablaron de los beneficios de memorizar.
Nunca memorizamos.
Nos enumeraron latamente las gracias de la comida sana.
Volvimos a comer chatarra.
Nos mostraron los peligros de conducir bajo la influencia del alcohol.
Dijimos que con una copa en el cuerpo conducíamos mejor.
Nos revelaron el agrado por la buena lectura.
Abrir un libro se nos hizo un arduo trabajo.
Ahora –pasados los años- sufrimos Alzheimer.
Diabetes.
Hipertensión arterial.
Infartos mortales.
Obesidad mórbida.
La muerte cada fin de semana “hace su agosto” en las autopistas.
En esta pasada los chilenos hemos reprobado de curso.
Nunca memorizamos.
Nos enumeraron latamente las gracias de la comida sana.
Volvimos a comer chatarra.
Nos mostraron los peligros de conducir bajo la influencia del alcohol.
Dijimos que con una copa en el cuerpo conducíamos mejor.
Nos revelaron el agrado por la buena lectura.
Abrir un libro se nos hizo un arduo trabajo.
Ahora –pasados los años- sufrimos Alzheimer.
Diabetes.
Hipertensión arterial.
Infartos mortales.
Obesidad mórbida.
La muerte cada fin de semana “hace su agosto” en las autopistas.
En esta pasada los chilenos hemos reprobado de curso.
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Dice Dios:
"Yo los atraje a mí con
cuerdas humanas,
¡con cuerdas de amor!
Estaban sometidos al yugo de la
esclavitud,
pero yo les quité ese yugo y les di de comer.
Pero no quisieron volverse a mí."
(Profeta Oseas 11:4-5)
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(Fotografía de moais, Isla de Pascua)
lunes, 6 de noviembre de 2017
Beber o no beber.
Bebo mate.
Bebo té.
Bebo leche sin lactosa.
Bebo agua, con gas y sin gas.
Bebo infusiones de hierbas (léase menta, paico, melisa, rosa mosqueta).
Bebo café de higo y trigo, una mezcla tostada, exquisita.
Bebo jugos de fruta.
Bebo té.
Bebo leche sin lactosa.
Bebo agua, con gas y sin gas.
Bebo infusiones de hierbas (léase menta, paico, melisa, rosa mosqueta).
Bebo café de higo y trigo, una mezcla tostada, exquisita.
Bebo jugos de fruta.
Bebo leche de almendras.
Dejo de beber mate por razones digestivas.
Dejo de beber té, un doctor naturista dice que inhibe la acción del hierro.
Retomo el mate, la fuerza del placer se impone, reconozco mi debilidad.
Bebo té masala, cuando una amiga me invita. Nunca tan fome ¿no? Hacer un desaire no es estiloso ni educado.
Me abstengo de bebidas espirituosas, motivos sobran.
Mi tío Enrique sostenía que “entre beber y no beber, es mejor beber”, razón por la que “empinaba el codo” cada fin de semana, llegaba a casa arrastrando los pies, gracias a Dios no tenía documentos de conducir. Alguna vez llegó en una patrulla de carabineros, mi madre roja de vergüenza.
No podemos vivir sin beber.
El quid está en qué consumir.
Y si alcohol ¿no sería de sabios pasar las llaves o volver en uber?
Dejo de beber mate por razones digestivas.
Dejo de beber té, un doctor naturista dice que inhibe la acción del hierro.
Retomo el mate, la fuerza del placer se impone, reconozco mi debilidad.
Bebo té masala, cuando una amiga me invita. Nunca tan fome ¿no? Hacer un desaire no es estiloso ni educado.
Me abstengo de bebidas espirituosas, motivos sobran.
Mi tío Enrique sostenía que “entre beber y no beber, es mejor beber”, razón por la que “empinaba el codo” cada fin de semana, llegaba a casa arrastrando los pies, gracias a Dios no tenía documentos de conducir. Alguna vez llegó en una patrulla de carabineros, mi madre roja de vergüenza.
No podemos vivir sin beber.
El quid está en qué consumir.
Y si alcohol ¿no sería de sabios pasar las llaves o volver en uber?
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"Y en el último día, el gran día de la fiesta,
Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba
El que cree en mí, como ha dicho la Escritura:
“De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.”
Pero El decía esto del Espíritu,
que los que habían creído en El habían de recibir;..."
Evangelio de Juan 7:37-39
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jueves, 2 de noviembre de 2017
Conmemoraciones y verdades.
"Yo Soy la Verdad"
(Jesús).
Escucho la pregunta en un programa de radio, “y ¿qué es la verdad?", refiriéndose a las últimas noticias mundiales.Disquisiciones más, disquisiciones menos, ninguno de los tres locutores puede definirla y se van en chanza, cada uno pone su cuota de humor y risas sin llegar a ningún puerto (por decirlo de alguna manera).En Septiembre y Octubre se acumulan conmemoraciones de índole diversa.
Los medios informativos desempolvan viejas historias de revoluciones, reformas, torturas, crímenes, enjambres de incertezas que pretenden acercarse a verdades definitivas. Como si cada año se fuera avanzando en un laberinto interminable de verdades colectivas en asociación con las personales.
No comprendo ese afán por desenterrar muertos.
¿Es el pasado una escuela?
Como mi amigo bloguero Fernando comenta “Como habrá leído, la región española de Cataluña ha iniciado el proceso para independizarse. Se da por supuesto que va a haber violencia por ambos lados. ¿Es que nunca aprendemos de nuestra historia?”
¿Qué tan verdadera es la realidad colectiva o personal?
¿No es una interpretación de acontecimientos que pasados los años vamos recreando?
El día de ayer, alegre y triste feriado dedicado a “todos los santos” del mundo será contado (y tal vez cantado) desde las diversas miradas. Para unos fue un descanso a mitad de semana, para otros un trabajo ganancioso en los cementerios. ¿Quién puede abarcar la verdad de un solo día en la historia, aun si este fuera el 18 de septiembre de 1810 o el 31 de octubre de 1517?
“La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo vio jamás; quien lo ha dado a conocer es el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre.” Evangelio de Juan 1:17-18 Jesús mismo lo afirma “yo soy la Verdad”.
Si toda nuestra vida está ajustada a su Palabra y a Su voluntad sin duda no andaremos deambulando con medias verdades o navegando en ficciones.
Encontramos un centro real en Jesucristo para vivir la certeza de cada día, de otra manera todo se vuelve "inamible". Eso.
lunes, 23 de octubre de 2017
"Pequeñas cosas".
Delante de mi, en el cruce de la calle, caminan dos jóvenes a paso lento. Las observo, una lleva del brazo a la otra. Al llegar a la otra vereda se separan, la joven que se queda detenida lleva un bastón de invidente, procura volver a ubicarse para tomar el bus mientras la otra muchacha sigue su camino.
Hace algunos meses escribí sobre lo pequeño e ignorado de nuestro servicio.
Y me he topado con este poema de Julia A. Carney, en inglés.
Pedí a mi amiga Jésica que lo traduzca, define mucho de lo que somos y hacemos.
Gracias Jes.
"Pequeñas gotas de agua
Pequeños granos de arena
Hacen el imponente océano
y la hermosa tierra
Y los pequeños momentos,
por más modestos que sean,
Hacen los potentes
años de la eternidad.
Nuestros pequeños errores
alejan el alma
de los caminos de la virtud
para extraviarse en el pecado.
Pequeñas obras de bondad,
Pequeñas palabras de amor
Hacen de nuestra tierra un Edén
Como el cielo de arriba."
Hace algunos meses escribí sobre lo pequeño e ignorado de nuestro servicio.
Y me he topado con este poema de Julia A. Carney, en inglés.
Pedí a mi amiga Jésica que lo traduzca, define mucho de lo que somos y hacemos.
Gracias Jes.
"Pequeñas gotas de agua
Pequeños granos de arena
Hacen el imponente océano
y la hermosa tierra
Y los pequeños momentos,
por más modestos que sean,
Hacen los potentes
años de la eternidad.
Nuestros pequeños errores
alejan el alma
de los caminos de la virtud
para extraviarse en el pecado.
Pequeñas obras de bondad,
Pequeñas palabras de amor
Hacen de nuestra tierra un Edén
Como el cielo de arriba."
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"El Señor se ha acordado de nosotros;
El nos bendecirá;...
El bendecirá a los que temen al Señor,
Tanto a pequeños como a grandes.
El Señor los prospere,
A ustedes y a sus hijos. "
Tanto a pequeños como a grandes.
El Señor los prospere,
A ustedes y a sus hijos. "
Salmos 115:12-14
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(Imagen tomada de la web)
viernes, 13 de octubre de 2017
Cazador de sombras.
"Está lejos lo que ha sido,
Y en extremo profundo.
¿Quién lo descubrirá?"
Eclesiastés 7:24
Existen seres humanos maravillosos.
Personas que nos reconcilian con la fe y nos provocan una notable luminosidad.
Es lo que me ha sucedido –por estos días- con Martín Gusinde (*).
Un hombre fuera de serie, como las joyas que merecen ser miradas, investigadas, admiradas y pensadas (lamento que no esté entre nosotros, me hubiera gustado conocerlo).
Ha dejado una impresión profunda en mis ojos y en el alma cuando he descubierto sus libros, fotografías y su vida compartida con nativos desposeídos, ignorados y exterminados en el punto más austral de la tierra.
Alguna vez escribí sobre indígenas yámanas.
Apenas una viñeta, una nota breve, casi al pasar.
Remedio mi liviandad descubriendo al sacerdote Gusinde, de quien me siento lectora total (y en deuda).
"Ahora me puede preguntar sorprendido el lector: ¿De dónde proviene tanto contenido y tanta cristalina pureza en esos principios, y de dónde surgen tal cantidad de factores para dirigir rectamente la voluntad a la satisfacción de tantas y tan diferentes exigencias? Pues bien, todo tiene su origen en la creencia religiosa de nuestros hombres primitivos en la Tierra del Fuego. Porque creen en una religión monoteísta, la que constituye, sin duda alguna, la forma superior de religión, y porque practican una fe viva, tienen alas nuestros indios para realizar sus actos morales y llegar a la consecución de sus altos ideales pedagógicos. Como actor de todo el complicado ritual de las ceremonias de iniciación a la pubertad, reconocen y denominan a Hidábuan (= mi padre), al gran espíritu puro, que siempre está. presente como único poder. De él proceden todas las costumbres y formas de vivir existentes, las leyes y derechos; él vigila su observancia y castiga su incumplimiento con enfermedades o muertes prematuras. De él se deriva la vida y la felicidad, la salud y toda clase de éxito, el tiempo bueno y el malo. Este gran espíritu está siempre presente en la conciencia de nuestros Yámanas, y todos se reconocen obligados a sus mandatos. También es de admirar que toda la educación de la juventud está impregnada de esta creencia en el dios vivo; y como tiene una base religiosa, se obtienen tan excelentes y seguros resultados. Para estos hombres primitivos del Archipiélago del Cabo de Hornos es evidente -y actúan conforme a ella- que, sin una creencia efectiva y real en un dios, faltaría el fundamento moral de toda acción pedagógica sobre la juventud." (Tomado de su libro:Hombres primitivos en la Tierra del Fuego, pág: 294)
(*) http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3602.html
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-fueguinos--0/html/
lunes, 9 de octubre de 2017
Un nuevo trabajo.
Inicié un trabajo nuevo.
Siempre lo desconocido provoca nerviosismo.
Se ha creado un proyecto en el Consultorio de Salud.
La jefa me lleva a conocer el lugar y me explica mis tareas.
Ayudar visitando a una cuidadora de personas postradas, compartiendo tiempo con ella, escuchar sus tristezas (que siempre las hay), compartir algunos ejercicios cognitivos, en fin, hacer su vida -ya dificíl- un poco más vivible.
Por cierto, nadie es dios para otro; el Dios verdadero, en el misterio de su misericordia, puede crear esperanza y descanso en este breve tiempo.
“Mi cuidadora” es una mujer esforzada y valiente.
Tiene la tarea de vigilar y atender una niña perturbada, un padre enfermo y una madre que apenas se levanta de la cama. ¡Vaya, todo el día sin parar!
Conversamos, el sol de la tarde nos pilla conociendo dos mundos distintos, intercambiamos historias, risas, recuerdos de la memoria colectiva chilena.
En la despedida me sonríe y dice “por favor, no me deje sola”.
Esa frase me estremece.
He prometido ser fiel a la tarea que se me ha confiado.
Me encomiendo a la gracia de Dios.
(Fotografía del chileno Sergio Larraín, tomada de dibam)
Siempre lo desconocido provoca nerviosismo.
Se ha creado un proyecto en el Consultorio de Salud.
La jefa me lleva a conocer el lugar y me explica mis tareas.
Ayudar visitando a una cuidadora de personas postradas, compartiendo tiempo con ella, escuchar sus tristezas (que siempre las hay), compartir algunos ejercicios cognitivos, en fin, hacer su vida -ya dificíl- un poco más vivible.
Por cierto, nadie es dios para otro; el Dios verdadero, en el misterio de su misericordia, puede crear esperanza y descanso en este breve tiempo.
“Mi cuidadora” es una mujer esforzada y valiente.
Tiene la tarea de vigilar y atender una niña perturbada, un padre enfermo y una madre que apenas se levanta de la cama. ¡Vaya, todo el día sin parar!
Conversamos, el sol de la tarde nos pilla conociendo dos mundos distintos, intercambiamos historias, risas, recuerdos de la memoria colectiva chilena.
En la despedida me sonríe y dice “por favor, no me deje sola”.
Esa frase me estremece.
He prometido ser fiel a la tarea que se me ha confiado.
Me encomiendo a la gracia de Dios.
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Porque Dios no es injusto
como para olvidarse de las obras
y del amor que, para su gloria,
ustedes han mostrado sirviendo a los santos,
como lo siguen haciendo.
Deseamos,
sin embargo,
que cada uno de ustedes siga mostrando ese mismo empeño
hasta la realización final
y completa de su esperanza.
Hebreos 6:10-11
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(Fotografía del chileno Sergio Larraín, tomada de dibam)
jueves, 5 de octubre de 2017
Pancho y las patas.
Era el año 2015 (¡Dios, cómo vuela el tiempo! ), la pata heredada de los habitantes anteriores se quedó como una reliquia viviente, dueña del jardín.
Con el tiempo incubó unos huevos infecundos.
Para consolarla compramos un par de patitos que alegraron sus días, los adoptó tal vez creyendo que eran hijos propios. Así han vivido en libertad y vuelos breves, bañándose en la pequeña pileta y compartiendo el jardín con mirlos, palomas, zorzales y otras especies, gatos "alzados" incluidos.
Hasta que ha llegado Pancho.
Pancho es todo un joven galán. Plumas ligeramente azuladas con negro, tímido en principio, poco a poquito se ha incorporado a la vida libre después de crecer en una jaula de criadero.
Ver a Pancho disfrutar su libertad es un deleite diario, un placer difícil de describir.
Tal vez soy un ave más cuando les llamo a comer con sonidos guturales, ellos corren sabiendo que de mi mano recibirán el alimento.
Tal vez soy un ave en un rincón ignorado de la ciudad de Dios...
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"Yo soy Dios. Yo soy tu Dios.
... míos son todos los animales del bosque,
¡los miles de animales que hay en las colinas!
Mías son todas las aves de los montes;
mío es todo lo que se mueve en los campos.
... míos son todos los animales del bosque,
¡los miles de animales que hay en las colinas!
Mías son todas las aves de los montes;
mío es todo lo que se mueve en los campos.
Si yo tuviera hambre, no te lo diría,
pues el mundo y su plenitud me pertenecen."
pues el mundo y su plenitud me pertenecen."
Salmos 50: 8-12
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(Foto del jardín, mi pata coja es la que está al centro)
lunes, 2 de octubre de 2017
Distribuir, un don necesario.
Se espera mucho.
Se espera que seas buen ciudadano, ni gordo ni flaco, ni alto ni bajo, ni pobre ni rico, que cumplas el deber cívico, servicio militar al día, papel de antecedentes sin mancha, hoja de ruta sin multas.
Se espera.
Que seas prudente, ni tanto ni tan poco, ni grosero, ni tan fino.
Que pagues las deudas, desde el nacimiento hasta tu féretro.
Que dejes una herencia en contante y sonante todavía se estila, no solo una herencia espiritual.
¿Débitos?, impensable.
En fin, se espera mucho.
Cuidar a los padres cuando son viejitos.
Voluntaria en las damas de blanco, de rojo o de amarillo.
Donar para la Teletón cada año, al Instituto Nacional del cáncer, a la Cruz Roja, al terremoto de México, a los mendigos del barrio...
Una buena propina al mesero.
Ir a sufragar aunque se caigan los patos asados.
Buen ciudadano, buena amiga, que cedas el asiento, que renuncies, ¡ah!, la renuncia, “cosa difícil has pedido", dijo el profeta.
Mil pedidos pendientes.
Los recursos que Dios pone en las manos necesitan ser distribuídos sabiamente.
Necesito ese don.
Se espera que seas buen ciudadano, ni gordo ni flaco, ni alto ni bajo, ni pobre ni rico, que cumplas el deber cívico, servicio militar al día, papel de antecedentes sin mancha, hoja de ruta sin multas.
Se espera.
Que seas prudente, ni tanto ni tan poco, ni grosero, ni tan fino.
Que pagues las deudas, desde el nacimiento hasta tu féretro.
Que dejes una herencia en contante y sonante todavía se estila, no solo una herencia espiritual.
¿Débitos?, impensable.
En fin, se espera mucho.
Cuidar a los padres cuando son viejitos.
Voluntaria en las damas de blanco, de rojo o de amarillo.
Donar para la Teletón cada año, al Instituto Nacional del cáncer, a la Cruz Roja, al terremoto de México, a los mendigos del barrio...
Una buena propina al mesero.
Ir a sufragar aunque se caigan los patos asados.
Buen ciudadano, buena amiga, que cedas el asiento, que renuncies, ¡ah!, la renuncia, “cosa difícil has pedido", dijo el profeta.
Mil pedidos pendientes.
Los recursos que Dios pone en las manos necesitan ser distribuídos sabiamente.
Necesito ese don.
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Den, y recibirán.
Lo que den a otros les será devuelto
Palabras de Jesús en el evangelio de Lucas 6:38
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(Ilustración gracias a: Juan José Merello.)
lunes, 18 de septiembre de 2017
Santiago tomado por aves solitarias.
“La única cosa que nos consuela de nuestras miserias es el divertimiento,
y, sin embargo, es la más grande de nuestras miserias.
Porque es lo que nos impide principalmente pensar en nosotros,
y lo que nos hace perdernos insensiblemente.
Blaise Pascal
El viernes por la tarde la ciudad quedó como pueblo deshabitado.
¿A dónde irán?
No importa mucho, la idea es salir de casa, estar donde todos están, la playa, el Norte.
Al extranjero si hay más “lucas”.
Cada año me asaltan las mismas interrogantes, con ligeras variaciones.
¿Por qué escaparse de su casa?
¿Por qué no intentar el placer de dormir hasta tarde, comer cualquier cosa y vagabundear por la ciudad?
Trabajan con horarios inhumanos, a veces muchas horas de pie, el estrés los consume ¿por qué conducen en filas descomunales para salir de Santiago (y para volver)?
Una querida amiga tiene su teoría, “no les gusta la soledad”, me dice.
¿Será?
“Estar solo –dice Ely- los enfrenta con sus miedos, sus deseos insatisfechos y su necesidad espiritual”.
Tal vez tenga algo de razón.
La ciudad se ha vuelto opresiva, muchos vehículos, mucho ruido, poca paz en las calles.
Lo extraño es que todos se van y llevan consigo el ruido.
Por mí, qué disfrute.
Canto de aves, buenas lecturas, aire primaveral y un menú especial para celebrar a Chile.
Días perfectos.
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«Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.
¡Yo seré exaltado entre las naciones!
¡Yo seré enaltecido en la tierra!»
Salmos 46:10
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jueves, 14 de septiembre de 2017
Contar la vida.
Me preguntó
la historia de mi vida.
Pensé, pregunta sospechosa
Intrigante
¿Por qué estaría alguien
Interesado en mí?
Y ¿cómo podría relatar los días
Los años, las veces que lloré
Las mil horas de espera
Las humillaciones
La intensa alegría
La soberana paz
Las olas tocando el borde, amenazantes
La tierra moviendo su estructura?
¿Cómo explicar la perplejidad que provoca
el amor de Dios?
¿Cómo contar la resplandeciente mañana
De la revelación?
Toda historia es sesgada
Una imagen detenida en el tiempo
El boceto de un pintor tenaz
La pobre interpretación de un momento inasible.
Ni con todo empeño
Ni con todas las palabras
De una vida solo se sabe
Fechas, anécdotas, notas al margen.
la historia de mi vida.
Pensé, pregunta sospechosa
Intrigante
¿Por qué estaría alguien
Interesado en mí?
Y ¿cómo podría relatar los días
Los años, las veces que lloré
Las mil horas de espera
Las humillaciones
La intensa alegría
La soberana paz
Las olas tocando el borde, amenazantes
La tierra moviendo su estructura?
¿Cómo explicar la perplejidad que provoca
el amor de Dios?
¿Cómo contar la resplandeciente mañana
De la revelación?
Toda historia es sesgada
Una imagen detenida en el tiempo
El boceto de un pintor tenaz
La pobre interpretación de un momento inasible.
Ni con todo empeño
Ni con todas las palabras
De una vida solo se sabe
Fechas, anécdotas, notas al margen.
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Mientras
vivimos en este cuerpo terrenal,
gemimos y suspiramos,
pero no es que
queramos morir
y deshacernos de este cuerpo que nos viste.
Más bien,
queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo
para que este cuerpo que muere
sea consumido por la vida.
Dios mismo nos ha preparado para esto,
y como garantía nos ha dado su Espíritu Santo.
2 Corintios 5:4-5
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lunes, 11 de septiembre de 2017
Conversaciones de sobremesa.
"No hay nada como naufragar en el océano infinito del amor de Dios".
Conversamos con algunos amigos en la sobremesa de un buen almuerzo.
Las declaraciones grandilocuentes de algunos personeros de la presidencia y sus detractores nos desconciertan.
Para unos este gobierno está haciendo historia cambiando una gran cantidad de leyes que -según ellos- darán un giro a nuestro país (no se explicita si el giro es más a la izquierda o al centro).
Para otros es el peor gobierno que hemos tenido, justamente por las leyes que se están promulgando.
¿Vivimos una ficción?
¿Alguien mueve los hilos y nosotros no sabemos nada de nada?
¿Cómo puede escribirse nuestra historia cuando hay tanta diferencia en cada mirada?
Cero objetividad.
Cero imparcialidad.
Cero pensamiento crítico.
Es como si estuviéramos en medio de dos “barras bravas” peleadas a morir.
-Bueno, acota uno de los comensales, para algunos todavía Allende es lejos el mejor gobernante que hemos tenido. Y para otros el peor. No hemos cambiado demasiado en nuestras percepciones.
No sé si en todos los países será así.
Muy poco he salido de Chile, no tengo punto de comparación. Imagino que algunos serán más ecuánimes, otros más beligerantes, al final del día si no hay una devoción por Dios, la política, el grupo, el clan o su equipo favorito se transformará en una religión.
El dogma no se puede discutir.
Claro que nada de lo que sostenemos tibiamente o a ultranza da el ancho para una “guerra santa”.
¿O sí?
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El que ama a su padre
o a su madre más que a mí,
no es digno de mí.
El que ama a su hijo
o hija más que a mí,
no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue,
no es digno de mí.
El que halla su vida, la perderá;
y el que pierde su vida por causa de mí,
la hallará.
Evangelio de Mateo 10:37-39
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viernes, 8 de septiembre de 2017
Dos poetas chilenos.
"Las montañas duermen abajo y quizás las
margaritas enciendan el campo de flores
blancas. Un campo donde Los Andes y el
Pacífico abrazados en el fondo de la tierra
muerta despierten y sean como un horizonte
de flores nuestros ojos ciegos emergiendo
en la nueva primavera,..."
margaritas enciendan el campo de flores
blancas. Un campo donde Los Andes y el
Pacífico abrazados en el fondo de la tierra
muerta despierten y sean como un horizonte
de flores nuestros ojos ciegos emergiendo
en la nueva primavera,..."
Don Nicanor estrenó el martes recién pasado año nuevo.
103 bien vivimos y “escribidos” septiembres.
A Raúl Zurita se le otorga un premio más.
"El poeta chileno Raúl Zurita se hizo acreedor de la versión número XVII del Premio Iberoamericano de Letras José Donoso 2017, reconocimiento que desde el año 2001 entrega la Universidad de Talca. "
"Qué maravilla, que sorpresa y que alegría", fueron las palabras con que el escritor respondió a la noticia que recibió en Colombia, donde se encuentra participando en un festival de poesía.”
Job, David y Salomón.
Zurita, Hahn, Borges y Parra han dado a mi vida momentos esplendorosos, casi tanto como una puesta de sol sobre el Pacífico o una llovizna sobre Santiago en pleno febrero, cuando el sol amenaza dejarnos achicharrados.
Tantas palabras...son el mejor regalo y privilegio de Dios que ha dado a los hombres.
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Que nunca te abandonen el amor
y la verdad:
llévalos siempre alrededor de tu cuello
y escríbelos en el libro de tu corazón.
Proverbios 3:3
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lunes, 4 de septiembre de 2017
Que venga el atardecer.
Múltiples tareas me sustraen el placer de la escritura.
Me dejo querer por amigas que invitan a tomar té, tomo un curso de ejercicios cognitivos para trabajar en el Consultorio de la Comuna, viajo al Norte bordeando las playas limpias, saco a pasear al perro que vive como una persona más en casa, mi pata hizo nido con nueve huevos, tendremos patitos esta primavera.
Memorizo Eclesiastés 12 con mucho esfuerzo.
Ordeno fotografías familiares, las clasifico, recuerdo otros tiempos sin nostalgia.
Las Fiestas Patrias ameritan adornos, voy de compras al barrio Meiggs, un travesti ofrece un espectáculo en una plazuela, le acompaña un hombre disfrazado de león, un poco grotesco, el humor burdo al que recurren me entristece.
Un amigo me envía este poema de Jane Kenyon, me ha gustado.
Vuelvo a leer poesía.
"Que la luz del atardecer brille por las grietas del establo,
que ascienda por los fardos de heno a medida que el sol baja.
Que el grillo comience su rasgueo
igual que una mujer sus labores de aguja
y estambre. Que venga la noche.
Que el rocío se acumule en la azada abandonada
en la hierba crecida. Que aparezcan las estrellas
y la luna descubra su cuerno de plata.
Que el zorro retorne a su guarida arenosa.
Que amaine el viento. Que oscurezca
dentro del cobertizo. Que venga la noche.
A la botella en la zanja, a la pala
en la avena, al aire en el pulmón,
que venga la noche.
Que venga como sea, y no temas.
Dios no nos deja sin consuelo, que venga la noche. "
Jane Kenyon (Ann Arbor, Michigan, 1947-New Hampshire, 1995).
https://www.poets.org/poetsorg/poet/jane-kenyon
Me dejo querer por amigas que invitan a tomar té, tomo un curso de ejercicios cognitivos para trabajar en el Consultorio de la Comuna, viajo al Norte bordeando las playas limpias, saco a pasear al perro que vive como una persona más en casa, mi pata hizo nido con nueve huevos, tendremos patitos esta primavera.
Memorizo Eclesiastés 12 con mucho esfuerzo.
Ordeno fotografías familiares, las clasifico, recuerdo otros tiempos sin nostalgia.
Las Fiestas Patrias ameritan adornos, voy de compras al barrio Meiggs, un travesti ofrece un espectáculo en una plazuela, le acompaña un hombre disfrazado de león, un poco grotesco, el humor burdo al que recurren me entristece.
Un amigo me envía este poema de Jane Kenyon, me ha gustado.
Vuelvo a leer poesía.
"Que la luz del atardecer brille por las grietas del establo,
que ascienda por los fardos de heno a medida que el sol baja.
Que el grillo comience su rasgueo
igual que una mujer sus labores de aguja
y estambre. Que venga la noche.
Que el rocío se acumule en la azada abandonada
en la hierba crecida. Que aparezcan las estrellas
y la luna descubra su cuerno de plata.
Que el zorro retorne a su guarida arenosa.
Que amaine el viento. Que oscurezca
dentro del cobertizo. Que venga la noche.
A la botella en la zanja, a la pala
en la avena, al aire en el pulmón,
que venga la noche.
Que venga como sea, y no temas.
Dios no nos deja sin consuelo, que venga la noche. "
Jane Kenyon (Ann Arbor, Michigan, 1947-New Hampshire, 1995).
https://www.poets.org/poetsorg/poet/jane-kenyon
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"...exhortamos por nuestro Señor Jesucristo,
que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.
Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien.
1 Tesalonicenses 3:12-13
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lunes, 21 de agosto de 2017
Doña Primavera.
De pronto la ciudad toda se llena de colores, aromas y movimientos ondulantes, la brisa mueve la calle y esparce esporas entre el cabello de las escolares.
Apenas nos hemos dado cuenta, todo florece en la esplendidez del sol.
¡Ah!, la vida fluye, renace, se alboroza.
Apenas sé bailar, si supiera danzaría como los antiguos alacalufes, onas, mapuches...
Mis pies no obedecen al ritmo de mi corazón y no entienden la razón de mis alegrías.
Por ahora te comparto un poema de la incomparable Gabriela Mistral, muestra breve y premonitoria de la singular belleza que viene a sacarnos de la hibernación.
...
Doña Primavera
viste que es primor,
viste en limonero
y en naranjo en flor.
Lleva por sandalias
unas anchas hojas,
y por caravanas
unas fucsias rojas.
Salid a encontrarla
por esos caminos.
¡Va loca de soles
y loca de trinos!
Doña Primavera
de aliento fecundo,
se ríe de todas
las penas del mundo...
No cree al que le hable
de las vidas ruines.
¿Cómo va a toparlas
entre los jazmines?
¿Cómo va a encontralas
junto de las fuentes
de espejos dorados
y cantos ardientes?
De la tierra enferma
en las pardas grietas,
enciende rosales
de rojas piruetas.
Pone sus encajes,
prende sus verduras,
en la piedra triste
de las sepulturas...
Doña Primavera
de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:
Rosas de alegría,
rosas de perdón,
rosas de cariño,
y de exultación.
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lunes, 14 de agosto de 2017
Los ritos sociales.
De niña detestaba los rituales.
Tal vez porque mi infancia fue libre o tal vez por el trabajo de mamá, me dejaba mucho tiempo libre para disponerlo como quisiera.
Si fuese hoy estaría –sin duda- horas navegando por internet o haciendo zapping en los canales de cable.
Los rituales me incomodaban, a veces me ponían triste, en general los evitaba con excusas como “tengo mucho que estudiar” y otras parecidas.
Y cuando digo rituales me refiero a bodas, cumpleaños, onomásticos, las fiestas patrias, las vacaciones o los años nuevos.
Con el tiempo uno aprende –dice el poeta- y va cambiando algunos paradigmas un poco antisociales y se rinde al amor, la amabilidad y acepta algunas invitaciones, las que nos permitan el trabajo y las responsabilidades hogareñas, por cierto.
La vida tiene sentido en los ritos, las fechas, los signos, las banderas.
Cada pueblo tiene los suyos, cada comunidad se identifica con formas, Jesús fue insoportable a la sociedad farisea porque traspasaba esas formas que les daban sentido de pertenencia y les unían como nación.
Los evangélicos tenemos ritos propios e inalterables, no pocos (tal vez algún día nos atrevamos a detallarlos con la colaboración de algún amigo-a).
Los chilenos somos distintos en rituales a los peruanos, argentinos o venezolanos que han llegado por estas tierras.
Con el advenimiento de otras etnias y otras costumbres estamos aprendiendo que no somos el centro del universo y que hay otras conductas tan bellas y válidas como las nuestras para celebrar lo que sea.
Tal vez porque mi infancia fue libre o tal vez por el trabajo de mamá, me dejaba mucho tiempo libre para disponerlo como quisiera.
Si fuese hoy estaría –sin duda- horas navegando por internet o haciendo zapping en los canales de cable.
Los rituales me incomodaban, a veces me ponían triste, en general los evitaba con excusas como “tengo mucho que estudiar” y otras parecidas.
Y cuando digo rituales me refiero a bodas, cumpleaños, onomásticos, las fiestas patrias, las vacaciones o los años nuevos.
Con el tiempo uno aprende –dice el poeta- y va cambiando algunos paradigmas un poco antisociales y se rinde al amor, la amabilidad y acepta algunas invitaciones, las que nos permitan el trabajo y las responsabilidades hogareñas, por cierto.
La vida tiene sentido en los ritos, las fechas, los signos, las banderas.
Cada pueblo tiene los suyos, cada comunidad se identifica con formas, Jesús fue insoportable a la sociedad farisea porque traspasaba esas formas que les daban sentido de pertenencia y les unían como nación.
Los evangélicos tenemos ritos propios e inalterables, no pocos (tal vez algún día nos atrevamos a detallarlos con la colaboración de algún amigo-a).
Los chilenos somos distintos en rituales a los peruanos, argentinos o venezolanos que han llegado por estas tierras.
Con el advenimiento de otras etnias y otras costumbres estamos aprendiendo que no somos el centro del universo y que hay otras conductas tan bellas y válidas como las nuestras para celebrar lo que sea.
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Había un hombre allí que tenía una mano paralizada,
y como buscaban la manera de acusar a Jesús,
entonces le preguntaron:
—No se debe sanar en el día de descanso, ¿verdad?
Jesús les contestó:
—Si alguno de ustedes tiene una oveja
y en el día de descanso esta se cae en un pozo,
no es verdad que va y la saca del pozo?
¡Pues un ser humano vale más que una oveja!
Por lo tanto, está permitido hacerle bien a la gente
en el día de descanso."
Mateo 12:10-12 (PDT)
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miércoles, 2 de agosto de 2017
Ajiaco, recetas chilenas.
Sucede, en la cocina quedan restos, a veces papas, a veces pollo, a veces carne.
No llegaron todos los invitados, no supimos calcular, en fin, podemos reutilizar el alimento sin que pierda su calidad y transformarlo en un buen plato nuevo.
Restos de un asado nos sirven para este sabroso caldo, especial para el invierno.
Unos 300 gramos de carne asada la picamos en tiritas (Si no hay se puede hacer con posta cruda).
4 papas cortadas en juliana no muy delgadas.
1 cebolla, cortada en pluma.
1 zanahoria en juliana (tiritas)
1 huevo.
2 dientes de ajo
1/2 pimentón cortado en tiritas.
1 cucharada sopera rasa de harina.
Cilantro picado.
Ají a gusto.
1 cubo de caldo concentrado de carne.
Sal y aliños a gusto, particularmente solo empleo orégano.
Preparación:
Sofreir la carne y los aliños, colocar 3 o 4 tazas de agua fría.
Agregar el caldo concentrado y dejar que la carne suelte sabor.
Agregar la zanahoria y la cebolla, luego de unos 5 minutos las papas.
Cocinar unos 20 minutos más, hasta que las papas estén blandas.
Agregar la harina disuelta en un poco de agua fría
Batir el huevo, agregarle de a poco el caldo de la cocción.
Apagar el fuego. Colocar el huevo, revolver.
Poner cilantro para servir y el ají en un plato para que cada comensal le coloque lo que desee.
Sencillo, y como dicen las chicas modernas "ayudamos al planeta" (y de pasada al bolsillo personal).
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No se preocupen tanto
por las cosas que se echan a perder,
tal como la
comida.
Pongan su energía en buscar la vida eterna
que puede darles el
Hijo del Hombre.
Pues Dios Padre me ha dado
su sello de aprobación.
Jesús en el evangelio de Juan 6:27
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(Fotografía gracias a Juan Pablo Turén)
jueves, 27 de julio de 2017
Recetas chilenas, charquican.
Dedico esta página con gran cariño y admiración
a mis amigos-amigas misioneros
que cada día hacen la obra de Jesús lejos de Chile.
¿Existe la comida chilena realmente?
Esta discusión bizantina se ha dado en nuestro país por décadas, sin llegar a ninguna conclusión.
Que no tenemos identidad.
Que hemos copiado de otros países.
Que somos fomes.
Poco creativos.
En fin.
Los puristas –en cualquier tema- son como aquel cuento de Borges “Los teólogos” (puedes verlo en este sitio), tanta discusión y en el cielo nunca se supo cuál era cuál.
Modestamente creo que la comida chilena es rica, rica, rica, aunque compartamos algunos ingredientes con otros países latinoamericanos.
Los que han vivido en el extranjero me cuentan que añoran ciertos elementos culinarios y la forma de mezclarlos. Mote, piñones, choclo, harina tostada, dihueñes, café de higos, milcaos, estofado de conejo, la forma de hacer empanadas, el pastel de choclo, charquicán…
Unos amigos misioneros en el Sudeste asiático me han pedido algunas recetas sencillas para recordar el sabor de Chile. Cuesta elegir qué cocinar si estás en el extranjero.
En honor a ellos les comparto mi receta -no es mi favorita pero gusta a muchos-, el CHARQUICÁN, plato recurrente en invierno, poco gourmet pero contundente, nadie quedará con hambre.
Para 4 personas.
Ingredientes:
8 papas medianas cortadas en cuadros.
½ Kg. Zapallo maduro cortado en cuadros.
1 zanahoria picada pequeña
1 vara de apio 1 cebolla picada fina en cuadritos.
½ taza de charqui picado muy fino.
½ Kg. Carne magra picada muy fina.
1 vara de alga cochayuyo, molido en la 1-2-3 o pymer (es opcional)
1 taza porotos verdes (alubia-judía-chauchas)
½ taza de arvejas (guisantes), pueden ser congelados.
½ taza de choclo picado.
2 dientes ajo.
1 hojas de acelga o un poco de cilantro.
4 huevos, uno por persona
Orégano, sal, paprika (poco), aceite para sofreír.
Preparar:
Dorar en una olla profunda la cebolla, la carne, la zanahoria, el apio, ajo y charqui. Agregar una taza de agua. Cocinar por 15 minutos.
Colocarle las papas, el zapallo y cocinar 10 minutos más, luego poner las arvejas, porotos, choclos, terminar la cocción a fuego muy lento cuidando que no se pegue.
Se puede colocar sobre un tostador. Al final agregarle el cochayuyo molido, la acelga picada o el cilantro.
Servir con un huevo pochado o frito encima.
Ensaladas frescas (lechuga, tomate, cebolla en escabeche).
*** Algunas personas no le colocan charqui ni cochayuyo, igual queda rico.
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A las personas que tienen riquezas,
enséñales que no sean orgullosos
ni confíen
en sus riquezas,
porque es muy fácil perder todo lo que se tiene.
Al
contrario, diles que confíen en Dios,
pues él es bueno,
y nos da todo lo
que necesitamos para que lo disfrutemos.
1 Timoteo 6:17
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lunes, 24 de julio de 2017
Aztecas, nazis, españoles.
¡Qué poder tienen las palabras!
Me ha maravillado la polémica – artificiosa por cierto- que han generado hace algún tiempo los medios a raíz de ciertas comparaciones, aztecas con nazis ¿será para adquirir audiencia en las redes sociales?
La historia ya sucedió y es irreversible.
Las crueldades pasadas se han trasmitido de generación en generación, las podemos palpar aún hoy, en este minuto en nuestro “civilizado y moderno” siglo XXI.
En Chile todavía se riñen y descalifican O’gginistas con Carreristas. Y eso ocurrió en el 1800.
Balmacedistas con congresistas.
Los pinochetistas con comunistas.
Y más, en las iglesias evangélicas, fundamentalistas con pentecostales.
Recuerdo con nostalgia a mi compañero de aula Rigoberto, con voz lírica recitaba en medio de la sala aquel famoso poema de Darío “Los motivos del lobo” y su voz se quebraba cuando llegaba a la frase Francisco responde:
"En el hombre existe mala levadura.
Cuando nace, viene con pecado.
Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.”
¿Tenían los aztecas esa “mala levadura”?
Qué duda cabe.
La tenían los españoles, los nazis y nosotros.
Y no es simplificar, si lo profundizamos un poco podemos acudir al apóstol Pablo y su discurso a los romanos: "Porque lo que de Dios se conoce es evidente entre ellos pues Dios hizo que fuese evidente. Porque lo invisible de él —su eterno poder y deidad— se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas de modo que no tienen excusa. Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias; más bien, se hicieron vanos en sus razonamientos, y su insensato corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron fatuos y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen a la semejanza de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. "
Y remata el capítulo uno:
"Se han llenado de toda injusticia, maldad, avaricia y perversidad. Están repletos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, mala intención. Son contenciosos, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de males, desobedientes a sus padres, insensatos, desleales, crueles y sin misericordia. "
¡Vaya foto que nos ha tomado el apóstol!
Reflexiono y considero lo crueles que podemos ser, lo inmisericordes y me estremezco con un escalofrío. Soy parte del todo, es mi historia, la americana, la europea, la asiática, no podemos soslayar las responsabilidades colectivas.
Aun así, a pesar de todo, el Creador nos extiende su misericordia cuando –según algunos- debería aniquilarnos.
Gracias a Dios que sigue siendo Dios.
Porque hasta se han atrevido a endilgarle culpas.
¿Seremos?
Me ha maravillado la polémica – artificiosa por cierto- que han generado hace algún tiempo los medios a raíz de ciertas comparaciones, aztecas con nazis ¿será para adquirir audiencia en las redes sociales?
La historia ya sucedió y es irreversible.
Las crueldades pasadas se han trasmitido de generación en generación, las podemos palpar aún hoy, en este minuto en nuestro “civilizado y moderno” siglo XXI.
En Chile todavía se riñen y descalifican O’gginistas con Carreristas. Y eso ocurrió en el 1800.
Balmacedistas con congresistas.
Los pinochetistas con comunistas.
Y más, en las iglesias evangélicas, fundamentalistas con pentecostales.
Recuerdo con nostalgia a mi compañero de aula Rigoberto, con voz lírica recitaba en medio de la sala aquel famoso poema de Darío “Los motivos del lobo” y su voz se quebraba cuando llegaba a la frase Francisco responde:
"En el hombre existe mala levadura.
Cuando nace, viene con pecado.
Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.”
¿Tenían los aztecas esa “mala levadura”?
Qué duda cabe.
La tenían los españoles, los nazis y nosotros.
Y no es simplificar, si lo profundizamos un poco podemos acudir al apóstol Pablo y su discurso a los romanos: "Porque lo que de Dios se conoce es evidente entre ellos pues Dios hizo que fuese evidente. Porque lo invisible de él —su eterno poder y deidad— se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas de modo que no tienen excusa. Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias; más bien, se hicieron vanos en sus razonamientos, y su insensato corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron fatuos y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen a la semejanza de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. "
Y remata el capítulo uno:
"Se han llenado de toda injusticia, maldad, avaricia y perversidad. Están repletos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, mala intención. Son contenciosos, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de males, desobedientes a sus padres, insensatos, desleales, crueles y sin misericordia. "
¡Vaya foto que nos ha tomado el apóstol!
Reflexiono y considero lo crueles que podemos ser, lo inmisericordes y me estremezco con un escalofrío. Soy parte del todo, es mi historia, la americana, la europea, la asiática, no podemos soslayar las responsabilidades colectivas.
Aun así, a pesar de todo, el Creador nos extiende su misericordia cuando –según algunos- debería aniquilarnos.
Gracias a Dios que sigue siendo Dios.
Porque hasta se han atrevido a endilgarle culpas.
¿Seremos?
jueves, 20 de julio de 2017
¿Sirve de algo orar?
Nos pidieron que oráramos.
Oramos.
Unos con más fervor –sin duda-, otros con menos. Unos con más fe, otros no demasiada. Pero aun así esperábamos una respuesta positiva a nuestras oraciones.
¿Qué estuvo mal?
¿Por qué el resultado no fue exitoso como esperamos?
Oramos para que viva y se muere.
Oramos para que sane y se enferma más.
Oramos para que se legisle en justicia y se aprueba exactamente lo contrario.
¿Son infundadas nuestras peticiones?
¿Debemos dejar que los ríos fluyan con su destino establecido?
¿Sirve de algo orar?
Estas y otras preguntas me mantienen despiertan hasta la madrugada.
Poco a poco voy recordando historias de oraciones fallidas, el rey David rogando por la vida de su hijo (2 Samuel 12:16-18), el Señor Jesús hablando con Pedro (Lucas 22:31-32).
No siempre la respuesta es un sí rotundo como nuestra futilidad desea.
A veces nos confundimos con tanta historia que leímos en las “Mil y una noches” y pretendemos de Dios esa especie de genio de la lámpara que deberá conceder nuestros deseos porque somos castos-honrados y bien pensantes.
¿Por qué no logramos conectar nuestros intereses con los propósitos de Dios?
Tal vez la oración debería ser un hábito como la comida diaria.
Como lavarse el rostro.
O andar en bici.
Un acto natural permanente, un teléfono al Padre para saber hasta cuándo debemos insistir.
A veces tenemos la certeza pero seguimos suplicando majaderamente, sin entender (o entendiendo) que no se hará nuestra voluntad –por perfecta y justa que nos parezca- sino la de Dios.
Tal vez la oración no es para que Dios "haga algo" sino para someter mi rebelde voluntad a la suya.
Tengo mucho que cultivar todavía (y no son plantitas herbales).
Oramos.
Unos con más fervor –sin duda-, otros con menos. Unos con más fe, otros no demasiada. Pero aun así esperábamos una respuesta positiva a nuestras oraciones.
¿Qué estuvo mal?
¿Por qué el resultado no fue exitoso como esperamos?
Oramos para que viva y se muere.
Oramos para que sane y se enferma más.
Oramos para que se legisle en justicia y se aprueba exactamente lo contrario.
¿Son infundadas nuestras peticiones?
¿Debemos dejar que los ríos fluyan con su destino establecido?
¿Sirve de algo orar?
Estas y otras preguntas me mantienen despiertan hasta la madrugada.
Poco a poco voy recordando historias de oraciones fallidas, el rey David rogando por la vida de su hijo (2 Samuel 12:16-18), el Señor Jesús hablando con Pedro (Lucas 22:31-32).
No siempre la respuesta es un sí rotundo como nuestra futilidad desea.
A veces nos confundimos con tanta historia que leímos en las “Mil y una noches” y pretendemos de Dios esa especie de genio de la lámpara que deberá conceder nuestros deseos porque somos castos-honrados y bien pensantes.
¿Por qué no logramos conectar nuestros intereses con los propósitos de Dios?
Tal vez la oración debería ser un hábito como la comida diaria.
Como lavarse el rostro.
O andar en bici.
Un acto natural permanente, un teléfono al Padre para saber hasta cuándo debemos insistir.
A veces tenemos la certeza pero seguimos suplicando majaderamente, sin entender (o entendiendo) que no se hará nuestra voluntad –por perfecta y justa que nos parezca- sino la de Dios.
Tal vez la oración no es para que Dios "haga algo" sino para someter mi rebelde voluntad a la suya.
Tengo mucho que cultivar todavía (y no son plantitas herbales).
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...yo he rogado por ti,
para que no te falte la fe.
Y tú, cuando hayas vuelto,
deberás confirmar a tus hermanos.
Lucas 22:32
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