Músicos callejeros.

Interminables canciones, requiebros graciosos, nunca desafinan ¿cómo hacen para no desentonar? No toman clases de canto como nosotros ni aprenden la escala  ¿cuál es el secreto para estar todos los días creando música?

El zorzal se ha instalado en lo alto del aromo y el chincol en el plátano oriental de la vereda. Juntos forman un precioso coro que, en medio del bullicioso tráfico urbano, provoca deleite y sonrisas a los que pasan.  

Y gratis.

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Tú haces que los manantiales

viertan agua en los barrancos,
para que los arroyos broten con fuerza

y desciendan desde las montañas...
   Las aves hacen sus nidos junto a los arroyos
y cantan entre las ramas de los árboles.
 Oh Señor, ¡cuánta variedad de cosas has creado!
Las hiciste todas con tu sabiduría;
la tierra está repleta de tus criaturas.

Salmos 104:10-12, 24 (NTV)

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