Llegaron las hormigas.

Cuando llegan las hormigas es la señal.

No basta el  perfume de las flores, el canto del zorzal, las naranjas en ciernes, el brote de la parra, no.

Solo esos pequeños insectos que algunas personas detestan son los que saben “la firme”: por fin ha llegado el buen tiempo. Se corre la voz en el hormiguero más rápido que una cadena de mails o mensajes de celular, ipso facto salen las espías olfateando el aire, la comida favorita está ahí, donde mis vecinos, en la Telepizza.

Mi casa es poco atractiva, mucho cloro,  frutas cítricas, bastantes verduras, un refri hermético, nada interesante para el paladar hormiguesco.

Hoy apareció una despistada en el baño. La observé largo rato hasta que tomó su camino hacia la ventana. Tal vez así nos mire el Padre cuando andamos sin rumbo, lejos de casa.

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Hay cuatro pequeños seres en la tierra
que son más sabios que los sabios:
 las hormigas, que no son fuertes
pero en verano aseguran su alimento…

Proverbios 30:25 (Biblia Hispanoamérica)

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