Recuerdo un amigo que nos estropeó la Navidad ese año,
(2001 o 2002).
Que el Viejo Pascuero era de origen pagano, que el árbol
era una cuestión de los escandinavos y que el 25 de diciembre no era ni por
“siaca” la fecha del nacimiento de Jesús. Que era la fecha de algo así como
“fiestas saturnales” y que en un pasado remoto habían cristianizado todas aquellas celebraciones y los
regalos eran…
¡Vaya!
Frontal y celoso de la ortodoxia. Si él no celebraba
nada, nosotros tampoco deberíamos.
Es extraño (y peligroso) el poder que tienen algunos humanos sobre
otros.
Aunque yo no estaba de acuerdo, soporté sin chistar su perorata. Tal vez porque tampoco tenía convicciones muy firmes respecto de la Navidad y ese sentido medio pagano en que ha derivado con el tiempo, un discurso ajeno a Jesucristo, regalos por compromiso social, mucho cachureo chino, cosas innecesarias que van llenando los espacios de nuestras casas hasta transformarlos en madrigueras de cachivaches. Porque, dime si no se te origina un sentimiento de culpa desprenderte de un regalo navideño, algunos innecesarios en su totalidad.
Aunque yo no estaba de acuerdo, soporté sin chistar su perorata. Tal vez porque tampoco tenía convicciones muy firmes respecto de la Navidad y ese sentido medio pagano en que ha derivado con el tiempo, un discurso ajeno a Jesucristo, regalos por compromiso social, mucho cachureo chino, cosas innecesarias que van llenando los espacios de nuestras casas hasta transformarlos en madrigueras de cachivaches. Porque, dime si no se te origina un sentimiento de culpa desprenderte de un regalo navideño, algunos innecesarios en su totalidad.
¿Cómo quiero la Navidad aunque en estricto rigor no sea
la fecha “exacta” del nacimiento de Cristo?
"Y esto pido en oración", una fiesta pacífica, alegre, solidaria, con alguna cena frugal, (con
árbol y todo eso) regalos para los niños, en lo posible a mis vecinos (un Hogar de huérfanos), tarjetitas de saludo escritas con letra manuscrita, una ofrenda para mi
amiga de milicia en el sudeste asiático, unas canciones del corazón, agradecimiento que Jesús haya venido, nos haya mirado… ¿Pido demasiado?
Aún creo en un Dios que responde las oraciones y los ruegos.
Aún creo en un Dios que responde las oraciones y los ruegos.
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Pero cuando se cumplió el tiempo señalado,
Dios envió a su Hijo,
que nació de una mujer y sujeto a la ley,
para que redimiera a los que estaban
sujetos a la ley,
a fin de que recibiéramos la adopción de
hijos.
Gálatas 4:4-5
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