Extraño este mes, mezcla de devoción, paganismo, misticismo,
consumismo, agnosticismo y cualquier
otro ismo, eventos de toda clase, música antigua, prisa, conciertos rock, pop, olores a pollo asado…
pareciera que no hay otro mes en el año para experimentar los excesos.
Días de calor extremo, tardes frías. Llovizna.
Y sin embargo la paz se instala, de alguna manera Dios se
las arregla para resplandecer entre tanta parafernalia de colores y formas.
Por todas partes rosas de perfume exuberante. Hasta el
jardín más sencillo exhibe sus rosas con orgullo.
Los hibiscos,
majestuosos.
Palomas, gorriones, tórtolas, zorzales, una amplia gama
de pájaros cantan separados o al unísono a cualquier hora del día, y sin
director de orquesta.
Los atardeceres (para los que pueden mirarlos) dejan
descabalado a cualquiera. Grandiosos, variados, cada uno diferente.
(Fotografía de F. S. )
(Fotografía de F. S. )
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