jueves, 1 de junio de 2017

La destrucción de los mitos evangélicos.

Mito uno.-De niña crecí con la ingenua seguridad que un cristiano nunca moriría en un accidente.
¡Vaya suposición errada!
No sé de dónde saqué esa doctrina, por cierto, absolutamente personal y extra-bíblica. El día que murieron en un choque 12 jóvenes de una iglesia de Linares que andaban en misiones, se me movió el piso.
Mito dos: Me duró hasta los 14 años la certeza que los cristianos eran fieles esposos (as), dedicados a sus hijos y que jamás mirarían el “prado” –un decir eufemístico- del vecino. El ministro principal y la secretaria de la iglesia se enredaron en una aventura, escándalo general, pueblo chico, todo se sabe. Estupefacción.
Mito tres: Los hijos (as) de evangélicos no se embarazan si son solteros. Basta mirar un poquito las estadísticas para que la realidad diga lo contrario.
Mito cuatro: Los evangélicos no roban. Con mis ojitos hipermetropíos he visto “hermanas” llevar algo que no les pertenece. ¿Serán cleptómanas? Ha llegado a nuestra Comunidad un buen sicólogo, estoy tentada a decirles que soliciten una hora de consulta.
Mito cinco: Jamás de los jamases un cristiano se suicidaría. El día que llevaron a mi amiga M. como un bulto inerte a urgencias, algo se me destrozó en el alma. Murió por el camino. Creció en la iglesia, padres evangélicos, cantó en el coro, fue maestra de niños y la mujer más dulce que haya conocido. ¿Qué pasó por su mente para llevarla a ese extremo?
Mito seis: (Aporte de mi amigo Cris.) Los evangélicos no procrean niños disminuidos o diferentes. Y conversamos el caso del muchacho ciego.
Mito siete: Un cristiano nunca “copiaría” en un examen. Lo vi cuando estudiaba y “no me cabía en la cabeza” que seminaristas voluntarios abrieran furtivamente su cuaderno de notas para responder en un examen. Se supone que la Teología es el gran tema que estudiamos.

Después de la destrucción de tradiciones creadas por mi mente ignorante, me dediqué a estar cerca de la gente para comprender la razón de por qué viven como viven y por qué toman las decisiones que toman. Mientras escribo recuerdo al poeta Rilke: “Se humilde ahora como una cosa madura para la realidad, -“ 
*Al margen: qué mito has tenido que vencer?


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 Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes. 
Más bien, ejercítate en la devoción a Dios.

1 Timoteo 4:7


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4 comentarios:

Fernando dijo...

Qué triste itinerario, Ojo Humano.

Diría que he tenido que superar los mismos mitos que tú: los católicos son todos honestos, no roban, no son infieles en el matrimonio, no tratan mal a sus empleados, aman sinceramente a Dios, son mejores que los ateos. Podría contar -como tú- anécdotas que fueron desengañándome, caso a caso, como te ocurrió a ti con tus hermanos en la fe.

¿Qué queda? La frase de San Pablo, somos vasijas indignas que llevamos un tesoro.

Y ¿qué mas queda? Este firme convencimiento: los cristianos somos malos pero seríamos mucho peores si no creyéramos. Yo veo mis mil defectos y pecados, pero sé que si no fuera cristiano esos defectos y errores no tendrían freno, me destruirían. E igual creo que ocurre con los demás.

Que Dios no nos deje caer en la tentación.

Susana dijo...

Una cosa es el ideal y otra la realidad. Un beso.

ojo humano dijo...

Así de claro, Fernando. Creo que has superado el post y me alegro. Gracias por el comentario, es verdad, hemos olvidado las ilusiones infantiles, la bondad de Dios nos muestra un mejor camino. Y claro, cuidar el alma.

ojo humano dijo...

Querida Susana, así es. Y hemos aprendido a vivir de este lado, aunque sea difícil. Dios te dé fuerzas en tus tareas.
Un abrazo.