jueves, 28 de mayo de 2015

Pequeñas historias del Metro (5)

( Estación de Metro decorada con mosaicos, Puente Alto)

La vida a la salida del Metro bulle como bullía -guardando las proporciones- en los alrededores del estanque de Betesda.
Gente con hambre que busca –por el olor- algo de comida al paso.
Muchachos que salen de clases, ateridos pidiendo un café “bien calientito”.
Madres con niños comprando una sopaipilla con mostaza o padres que llevan alguna golosina a sus retoños que esperan en casa.
Todo es rápido, queremos llegar al calor del hogar pronto.

Entre esos vendedores está Anita. Ofrece alfajores –pequeños dulces de galletas rellenas con manjar-, para ayudar con algún dinero a su madre y hermana pequeña.
Es emprendedora la Anita. Poderosa en carácter y temperamento. No hay frío que la detenga, protestas callejeras o garúa en ciernes. Verano, invierno, cada mañana, parece que la hubieran plantado en la vereda.
En su mano una caja primorosamente decorada exhibe su mercadería y la sonrisa ¡esa sí que es sonrisa!

Converso a veces con ella. Es un deleite su lenguaje, poco habitual en personas que se dedican a vender en la calle. Me cuenta que está terminando la carrera para ejercer de parvularia. Estudia por las noches. Pronto podrá dejar el negocio, tal vez en un año y dedicarse a la docencia, que claro, no es tan bien remunerada pero es más estable, con un contrato y buen horario. 
Me cuenta de su madre que elabora los dulces, según ella “tiene mano de monja”.
Cada vez que bajo del Metro paso a desearle bendiciones.


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 Entonces llegué a la conclusión 
de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, 
y encontrar satisfacción en el trabajo.
 Luego me di cuenta de que esos placeres 
provienen de la mano de Dios.

Eclesiastés 2:24 (NTV) 


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3 comentarios:

Susana dijo...

Qué cierto. La felicidad estå en las cosas sencillas.. Un beso.

Fernando dijo...

Qué bonito, lo de "parvularia".

Sí, es hermoso que alguien sea feliz con lo que tiene, aunque aspire a cosas aún mejores. Ojalá que Dios le ayude y le dé constancia para acabar su carrera y que sea tan feliz en su nueva vida como en la actual.

Preciosa la foto, como siempre.

ojo humano dijo...

Susana, es un agrado tu visita. Sí, creo que las cosas sencillas son las que hacen un total de felicidad en la vida.
Disfruta tu findesemana. Un abrazo.


Fernando, a ella le irá bien, tiene un gran corazón y un buen caracter, amén de la juventud que siempre ayuda con su energía.

Pases un buen fin de semana.