sábado, 11 de abril de 2015

Libre albedrío.


"Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo
yo tomé el menos transitado, 
y eso hizo toda la diferencia. "

Robert Frost

Pertenezco.
Soy parte de un total, la Iglesia de Jesucristo, eterna, indestructible, única.
No sé vivir de otra manera (ni quiero), toda mi existencia consciente es suya.
Sumisa a su voluntad, prefiero servirle, aunque algunas voces me gritan que la libertad es un bien al que no debo renunciar.

¿Libertad de qué y  para qué?
¿Para transgredir el bien?
¿Para ofender al Justo?
¿Para negar la fe que me alimenta?
¿Para llenar de desdicha el resto de mis días?
¿Para tapar el sol con un dedo discutiendo la existencia de Dios Creador y negando su poder?

Conozco la libertad del solo, de la depresiva, de la con crisis de pánico, de la que vive aterrada en un departamento de siete llaves.
La libertad del ambicioso que su principio y fin es el amor al dinero.
La libertad del que no sabe si  elegir Cancún o Europa de vacaciones, gran drama con quién dejar los hijos para liberarse del estrés.
La libertad del que compite por las noches en carreras clandestinas, próximo a una quebradera de huesos.
 La libertad de quedar borrada en la cuneta después de una noche de “crazy life”.
¡Por favor!

Todos (incluso yo) somos esclavos de algo o alguien.
¿La diferencia?
Mi amo me ama, me rodea de bien, alegra mis días, ilumina los amaneceres, da sueños a mi mente y palabras que me hacen apreciar la vida. Y más aún, me habla de otra dimensión, la que se traspasa cuando se cumpla el ciclo de mi cuerpo y todos olviden mi nombre.
Conversamos de este mundo y del otro.
Mi dueño da pan a mi mesa tres veces al día, agua limpia, manda guardianes que rodean mi hogar. Hace crecer desde la tierra toda semilla que pongo en ella, entibia los días helados, se deja ver en los colores y las formas  ¿por qué habría de abandonarlo?
Canta en mi oído, me muestra la belleza, pinta atardeceres todos los días ¿puedes decir lo mismo de tu amo?

Se han llenado páginas durante siglos discutiendo la libertad humana.
Como los teólogos definen en dos palabras "libre albedrío".
Puedo escoger.
Prefiero a Jesús.
Definitivamente.


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Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor
 elijan ustedes mismos a quiénes van a servir... 

 Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.

Josué 24:15



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2 comentarios:

Fernando dijo...

Ay, Ojo Humano, tantas discusiones entre cristianos durante siglos por este tema: el libero arbitrio, el servo arbitrio,...

Lo describes bien: libertad para amar a Dios y para ser amados por Dios, lo otro es un suicidio.

Y, no sé por qué, recuerdo la frase de Pedro cuando Jesús les pregunta si ellos también se quieren ir: nosotros lo hemos dejado todo por ti, a dónde vamos a ir.

ojo humano dijo...

Exacto, no hay lugar bajo el cielo donde podamos ser felices sino en Dios.