miércoles, 15 de abril de 2015

Chaqueta de piel.

 
No había nacido defensa animal.org.
Ni protección animal o algo semejante.

Mamá guardaba en un closet con llave su chaqueta de piel de conejo, regalo de una amiga de la abuela que tenía más "lucas" (*) que nosotras.
Un día se la pidieron prestada para ir a una fiesta de matrimonio.
Un rotundo no fue la poco asertiva respuesta.

Mi madre era una mujer dadivosa, caritativa, de mano generosa, hasta que alguien le tocaba el tema de la famosa chaqueta. Ahí era intransable.

Cierto día (yo era muy joven para entender las pasiones humanas) sentí un grito que traspasó toda la casa. Corri al dormitorio con todos los temores juntos. Allí mi madre abrazaba su chaqueta, como se acuna un bebé que acaba de fallecer, la piel de conejo inservible, enteramente estropeada.

¿Qué había sucedido?
Una gota traviesa se había colado durante meses, sutil y persistente sobre el closet, arrastrando agua y polvo mojando por completo la prenda. Imposible recuperarla.

Mamá lloró.
Esa fue la primera y última vez que la vi aferrarse a algo suntuario.



---------------------------------------------------------------------
A su vez, quiero que las mujeres se vistan con modestia, 
con respeto hacia los demás y con decencia. 
No se adornen con peinados exagerados, 
ni oro, ni perlas, ni ropa costosa, 
sino adórnense con buenas acciones. 
Es lo apropiado para las mujeres que dicen honrar a Dios.


Primera carta del apóstol Pablo a Timoteo 2:9 -10  (PDT)

----------------------------------------------------------------------



*Luca, billete de valor, modismo muy  usado en Chile.



2 comentarios:

Fernando dijo...

Estoy seguro de que no era amor sólo a la prenda, Ojo Humano: seguro que para ella traía recuerdos importantes de personas queridas o de hechos felices.

Me alegro de que lo conserves.

En España casi nadie usa ya pieles: está muy mal visto por la ecología. En Madrid había varias tiendas de pieles que han ido cerrando.

ojo humano dijo...

Si, Fernando, creo que le recordaba a mi abuela, una mujer santa.