En mi jardín ha florecido en todo su esplendor el “ave
del paraíso” (Strelitzia reginae. ) Con el tiempo ha crecido tanto que su
frondosidad ha llenado de flores el sector. A veces corto una para ponerla en
el interior de la casa, definitivamente es una belleza.
Lo que no sabemos es qué tan venenosa puede ser, para los
humanos o para las aves. Mirándola con detenimiento observo que jamás tiene
cerca algún pájaro, ni siquiera se le acercan las gatas. Es una planta bella y
solitaria.
Recordé una mujer hermosa, logramos conversar un rato en
un grupo de amigas, de pronto ella deja caer la amargura, pequeñas dosis, una queja
contra su madre, una interjección poco afortunada, un comentario inexacto, detalles que van creando un clima inquieto,
raro. Pequeñas dosis de veneno tal vez no maten, impiden crecer, estar alegres,
disfrutar.
El consejo de los floricultores es obvio, evita el
cultivo de las plantas venenosas.
………………………...........................………………………….
Este mensaje es digno de confianza,
y quiero que lo recalques,
para que los que
han creído en Dios
se empeñen en hacer buenas obras.
Esto es excelente y provechoso para todos.
Evita las necias controversias y
genealogías,
las discusiones y peleas sobre la ley,
porque carecen de provecho y de sentido.
Tito 3:8-9
……………….......................………………………………….
No hay comentarios:
Publicar un comentario