Un domingo atrás estuve
escuchando la exposición de nuestro pastor acerca de las noticias tristes que
nos han azotado este fin de invierno, noticias que han sido destacadas
profusamente en los periódicos locales, la matanza que hizo un padre de sus
tres hijos adolescentes o las muertes por bacterias desconocidas.
Lo que los
medios –dijo él- quieren implantar en nuestras cabezas es que los padres son
malos, y eso no es verdad. Hay miles de padres buenos que se “sacan la mugre”
trabajando para darle educación a sus hijos, que se levantan de amanecida para
ir a dejarlos al colegio y luego dirigirse a su trabajo. Hay miles de madres
que ayudan a sus hijos en las tareas escolares y les preparan día a día sus
colaciones y trabajan para que esos niños y niñas sean personas de bien. No
podemos olvidar eso cuando la tv. y los diarios quieren convencernos que el mundo
está tan deteriorado que no queda ninguna esperanza.
Personalmente
creo que a veces tanta noticia nefasta nos hace perder la perspectiva. Nadie
destaca a los buenos. Los santos no tienen prensa. Pareciera que el mal vende y
que tener una familia “normal” (padre-madre-hijos-hijas-suegra-suegro unidos) es
algo extraño.
Mantener un punto de vista cristiano evangélico no es
tan fácil, pero la gracia de Dios puede sostenernos.
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¡Vuelvan, pues, a la fortaleza, prisioneros de esperanza!
Zacarías 9:12
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