Un infarto fulminante.
Vive el duelo en el llanto de cada día.
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Me llama una amiga que se ha quebrado un dedo del pie y está en reposo.
Estoy con licencia- dice- y con muchos dolores.
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Recibo otra llamada telefónica, una mujer que pide ayuda en oración por sus frecuentes molestias musculares. La primavera bipolar de este año se las intensifica
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Tres mujeres distintas en un solo día. Siento que esos dolores me abruman un poco el oído; que las palabras son frágiles, quebradizas e ineficaces.
Recordé este poema que leí el lunes pasado y he regresado a él.
El sufrimiento es parte de lo que somos, humanos, no robots.
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al Sr. John Welsh
por Lady Culross
Mi querido hermano lleva con valentía la cruz.
--- La alegría se unirá aquí a todo vuestro dolor;
Alta es tu esperanza.
Desdeña esta escoria mundana:
--- Nuevamente aparecerás para este día deseado.
Aunque está oscuro, el cielo no puede estar despejado.
--- Después de la nube, pronto estará en calma.
Espera en su voluntad,
pues con Sangre te ha comprado caro
.
Ensalza su nombre aunque las alegrías externas se hayan ido.
Mirad al Señor: no estáis solos.
--- Dado que él es tuyo, muchas veces puedes disfrutarlo.
Él está cerca y escucha cada uno de tus gemidos
.
Termina tu lucha y sufre por él.
--- Un espectáculo muy brillante que tu alma verá pronto
--- Cuando la muestra de gloria sea tu rica recompensa.
Elizabeth Melville (c.1578-c.1640), también conocida como Lady Culross, es una poeta escocesa.
La primera edición de su Ane Godlie Dreame apareció en 1603, lo que la convirtió en la primera mujer conocida en Escocia en publicar su poesía.
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Poema tomado de aquí:
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