lunes, 11 de septiembre de 2017

Conversaciones de sobremesa.

 "No hay nada como naufragar en el océano infinito del amor de Dios".

Conversamos con algunos amigos en la sobremesa de un buen almuerzo.
Las declaraciones grandilocuentes de algunos personeros de la presidencia y sus detractores nos desconciertan.
Para unos este gobierno está haciendo historia cambiando una gran cantidad de leyes que -según ellos- darán un giro a nuestro país (no se explicita si el giro es más a la izquierda o al centro).
Para otros es el peor gobierno que hemos tenido, justamente por las leyes que se están promulgando.
¿Vivimos una ficción?
¿Alguien mueve los hilos y nosotros no sabemos nada de nada?
¿Cómo puede escribirse nuestra historia cuando hay tanta diferencia en cada mirada?
Cero objetividad.
Cero imparcialidad.
Cero pensamiento crítico.
Es como si estuviéramos en medio de dos “barras bravas” peleadas a morir.
-Bueno, acota uno de los comensales, para algunos todavía Allende es lejos el mejor gobernante que hemos tenido. Y para otros el peor. No hemos cambiado demasiado en nuestras percepciones.

No sé si en todos los países será así.
Muy poco he salido de Chile, no tengo punto de comparación. Imagino que algunos serán más ecuánimes, otros más beligerantes, al final del día si no hay una devoción por Dios, la política, el grupo, el clan o su equipo favorito se transformará en una religión.
El dogma no se puede discutir.
Claro que nada de lo que sostenemos  tibiamente o a ultranza da el ancho para una “guerra santa”.
¿O sí?

----------------------------------------------

 El que ama a su padre 
o a su madre más que a mí, 
no es digno de mí. 
El que ama a su hijo 
o hija más que a mí, 
no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, 
no es digno de mí. 
El que halla su vida, la perderá; 
y el que pierde su vida por causa de mí, 
la hallará.


Evangelio de Mateo 10:37-39

-------------------------------------------------

6 comentarios:

Fernando dijo...

Hay que tener mucho cuidado con quién habla uno de política, Ojo Humano. Incluso la gente más moderada, más prudente, tendemos a ponernos nerviosos y a decir barbaridades de las que luego nos arrepentimos. Es fácil pensar que el que no está de acuerdo conmigo es porque en realidad no ama a la Patria. Muchas veces es mejor pasar discretamente a otro tema en el que todos podamos estar más de acuerdo.

Tu frase sobre Dios es la clave: la fe en Dios nos ayuda a relativizar todo, cuando se deja de creer en Él es fácil divinizar al partido político, al Real Madrid o al vegetarianismo, dar más importancia de lo que realmente tienen. Es un riesgo muy grave de la sociedad secularizada, ninguno estamos libres de caer en ello.

La "guerra santa"... Siempre está ahí el peligro. Como habrá leído, la región española de Cataluña ha iniciado el proceso para independizarse. Se da por supuesto que va a haber violencia por ambos lados. ¿Es que nunca aprendemos de nuestra historia?

Susana dijo...

Paso lo mismo aquí y casi siempre es el marxismo lo que está detrás. Un beso.

ojo humano dijo...

Estimado Fernando, cuánta razón tienes.
No hay que ser tan categórico, menos en política que cambia depende el gobierno y la tendencia.
Yo creo que aprendemos poco y de la historia, si leemos algo, casi nada. Cada generación tropezará con sus propias piedras.
Por cierto, estamos entrando a la primavera con aguaceros, nevazones y granizos, una maravilla.

ojo humano dijo...

Susana, hace tiempo que nos izquierdizamos los latinos.
Yo creo que es el signo de los tiempos.

Silvia Parque dijo...

Yo nunca he salido de México. Platiqué con un amigo que vive en otro país y conoce otros tantos; me dice que las cosas son más o menos iguales en todos lados, en cuanto a estar en desacuerdo con el gobierno y cosas por el estilo. De todas formas yo creo que unos países sobresalen en unas cosas y otros en otras; el nuestro tiene un grave problema de violencia y de corrupción.

ojo humano dijo...

Silvia, sí, yo creo que es parecido en casi todas partes, solo que en algunas es mucho peor. Acabo de leer algo sobre el Sudeste Asiático, una gran pena.