miércoles, 29 de junio de 2016

Etiquetas en los alimentos.

Sí, ya lo sé, ya lo sé, el Estado tiene las mejores intenciones, qué duda cabe.
Un país de  obesos ,  Chile,  campeón de Sudamérica, antes que la mentada Copa de triunfo de esta semana.

De pronto no sabemos qué llevarnos a la boca sin sentir remordimientos.
¡Todo aterra!
Los pescados, contaminados (la marea roja, la salmonella…)
Las frutas, mucho pesticida, que no te las comas con cáscara.
Las verduras, esa  famosa escherichia coli que, semejante a un caballo del Apocalipsis, no deja títere con cabeza.
Las bebidas, altas en azúcar, demasiado carbonatadas, pobres riñones.
Las galletas, muchas calorías, nada qué decir del pan, prohibido,prohibido,prohibido.
El té,  inhibe la acción del calcio.
El café, que te patea el hígado.
El chocolate -debilidad de mi amigo H.- pésimo para su colesterol.
Olvídate de las tortas, los pastelillos y esas exquisiteces.
Las carnes con hormonas, ni un asado podremos comer sin contrición.
Y ¿la sal?, pregunto con cara de inocente, “le sube la presión, dama”, me mira la nutricionista con cara de haber peleado con el marido esta mañana.  
Ahora, para rematar el baile, el etiquetado nuevo, al rombo negro le falta solo la calavera.
Algunos envases tienen más etiquetas que tatuajes de futbolista.

Uno de estos días colgaremos etiquetas en el aire…porque de contaminado, caray, ese  sí que lo está.
Habrá que tomar pura agüita… (y eso)
¡¡¡ Ay!!!



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"... los que vivimos en la luz,  
como hijos del día, seamos sobrios, 
protegidos por la armadura de la fe y el amor...


  1 Tesalonicenses 5:8


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2 comentarios:

Fernando dijo...

¿Un rombo negro por cada exceso de una sustancia? Me parece algo terrible, Ojo Humano. Supongo que para los productores de esos alimentos habrá sido un daño terrible, la verdad es que te inducen a no comprarlo. Y supongo que esa regla no será igual para todos los consumidores: si tienes ciertas enfermedades te harán mal, si no es posible que sea algo inocente.

Me parece terrible, la verdad.

ojo humano dijo...

Así es la vida, hermano. Yo creo que apunta esencialmente a los niños, tenemos una obesidad infantil alarmante, a pesar de todas las campañas para una vida más saludable.