jueves, 9 de junio de 2016

La bienvenida.

Dejé todas mis penas a la entrada de la puerta
Ingresé con sonrisas
Y saludos por mayor

El perro no gruñó, ni ladró siquiera
Las gatas apenas levantaron sus pestañas
Me diste abrazos de bienvenida y una tibia taza de café

¿Qué más podría querer de la vida si no este calor de hogar
Después de un día en la entumecida calle?





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Mejor comer  pan seco donde reina la paz, 
que vivir en una casa llena de banquetes donde hay peleas.

Proverbios  17:1


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4 comentarios:

Susana dijo...

Que buen proverbio. Un beso.

Fernando dijo...

¡¡Qué bonito, Ojo Humano!! Gracias por compartirlo.

ojo humano dijo...

Susana, también lo creo.

Fernando, gracias a ti por la visita y tu fidelidad.
Que mejore la salud con la Prima-Vera

Fernando dijo...

(((Ojo Humano, ya leí Isaías 53. ¡¡Muy importante, claro!! En la liturgia católica se lee el Viernes Santo. Me parece dificilísimo de aprender, así que ánimo.))))