jueves, 24 de octubre de 2013

El abandono.

Se casó C. el domingo pasado. 
Escribía un blog,  en aquel tiempo sorprendente donde todos queríamos componer algo destacado para la posteridad, publicar, cambiar el mundo, predicar el evangelio y desentrañar los misterios del Apocalipsis. 

Unos inventaban poemas. 
Otros cuentos hilarantes. 
Blog de fotos (a veces impresionantes). 
Mini-ficción. 
Historias reales o imaginadas. 
Comentarios de noticias o mensajes en clave. 
Hacker amigo ¿recuerdas cuando rompiste mi clave y te paseaste por mi sitio en la oscura soledad de tu PC? 

La vida –como a C. este domingo- terminó atrapándolos (atrapándonos). 
Nos sedujo con profesiones convenientes (buena paga y mal horario), la mágica televisión de cable, plasmas, celulares, tablets, poco a poco la palabra dejó de maravillarnos y se inició la parálisis del lenguaje, ninguna idea, pocos lectores. 

¿Qué significado tiene hoy escribir un poema? 
¿Cuánta trascendencia concita un cuento? 
¿Cuánta influencia tiene una frase publicada en artísticos marcos dorados? 
¿Es importante seguir publicando una página o un blog? 

Efímeros y frágiles fuimos. 
Somos. 

Ni siquiera hoy que escribo estas líneas puedo asegurar si yo también no tomaré el camino del abandono para siempre. 


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Porque no abandonará el Señor a su pueblo
ni desamparará su heredad.

Salmos 94:14

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¡Gracias a Dios  Él es fiel!

4 comentarios:

AleMamá dijo...

Aquí estamos; acá seguimos, Toyita, con altos y bajos.
Por favor no te vayas del barrio de Bloguilandia, buena amiga.

Ya estoy en la Patria rogando por las futuras autoridades. El Señor no nos desamparará, pero hay que ver que nos hace pasar sustos.
Besos

ojo humano dijo...

¡Qué bien, has regresado!, espero que nos sigamos leyendo como en los años maravillosos.
Gracias por tu fidelidad, es un placer leerte y saber que sigues en este largo y accidentado camino de fe.
Un abrazo.

Fernando dijo...

Te comprendo muy bien, Ojo Humano. Pero al final uno piensa que aunque sólo te leas pocas personas, esas personas acaban siendo importantes en tu vida, en tu vida real. A veces voy en el autobús y voy recordando tu último post, o el de Alemamá, o el de...

Es como los amigos reales: no se trata de tener muchos, sino de que sean buenos.

Espero que lo pasaras bien en la boda.

ojo humano dijo...

Gracias, Fernando, es un agrado saber que en algún lugar alguien lee, eso anima.