viernes, 5 de abril de 2019

Cruela.

A veces la ciudad es cruel.
Pero nunca lo es más que las personas.
Especialmente una hija con su padre.
Ella lo busca después de 20 años de separación.
Lo llama a su celular, lo invita a su casa -preciosa-, lo atiende por un día y lo invita a su boda para que sea él quien la lleve al altar.
Él le confiesa que vive en la calle, no tiene un hogar, es alcohólico e indigente.
Ella promete ayudarlo.
Hasta aquí suena como una romántica historia de re-encuentro.
Llega la fecha de la boda.
Él se arregla en su modestia, paga en la barbería de su poco capital y espera en una esquina donde concertaron la cita.
Su corazón vuela como las aves que observa cada día en la plazuela donde duerme.
Pasa el tiempo.
Horas.
Días.
Nadie llega a la cita.
-Los pobres también tenemos sentimientos- me dice entre sollozos cuando me cuenta su pena.
Las palabras de ánimo suenan vacías para un corazón roto.


------------------------------------------------------------

...".si te dedicas a ayudar a los hambrientos 
 y a saciar la necesidad del desvalido, 
entonces brillará tu luz en las tinieblas, 
 y como el mediodía será tu noche. 
El Señor te guiará siempre; 
 te saciará en tierras resecas, 
 y fortalecerá tus huesos. 
Serás como jardín bien regado, 
 como manantial cuyas aguas no se agotan".

Profeta Isaías 58:10-11

-------------------------------------------------------------

4 comentarios:

Susana dijo...

Es terrible. Un beso

ojo humano dijo...

Susana, sí, es una historia real y triste.
Que Dios te dé excelente salud, una bella primavera y disfrutes tu verano.
Un abrazo

Silvia Parque dijo...

Ouch! Yo sé que eso está mal, definitivamente. Yo no lo haría, a lo mejor para empezar porque me da miedo hacer lo que juzgo que está mal. Pero, ¿sabes?, la entiendo. Quién sabe cuál sea la historia y nada justifica su actuar -asumiendo que no fue una causa de fuerza mayor lo que le impidió llegar-... pero la entiendo y mi primera empatía no es para él, sino para ella.

ojo humano dijo...

Los chilenos somos dados a actuar así, silencio y nada de explicaciones.
Cuesta dar la cara cuando queremos decirle no a alguien y optamos por no aparecer. Yo le llamo "hechos consumados", después se verá qué se hace.
Un abrazo, espero que vaya bien tu emprendimiento.