viernes, 13 de julio de 2018

Mundo plástico.

El Barrio Meiggs  –ya saben es mi sector comercial favorito-  ha explosionado con los artículos de plástico. Desde bolsos parecidos a los Louis Vuitton hasta un carrito con motor, pasando por cucharas-aretes-vasos-zapatos-lápices-florecillas-maceteros-platos-cepillos de pelo-pelucas-pendrive-individuales-manteles de mesa-muñecas y un cuantuay de juguetes infantiles-pinturas, imitaciones de pintores-más un gran etcétera.

Por estos días el gobierno está tramitando una ley para terminar con el uso (y abuso) de las bolsas plásticas en el retail, la contaminación de las playas con desechos, el poco o nada cuidado que tenemos con el medio ambiente,  la basura sin reciclar y las millones de bolsas que dejaremos de herencia, vaya a saber una cómo lo harán nuestros descendientes.
Recuerdo a mi madre, la primera prenda de vestir "plástica" que me regaló “no se plancha”, dijo alegremente, como si hubiese descubierto una mina de oro. Porque eso de planchar la ropa es un verdadero trauma de juventud cuando trabajaba free lance para pagar mis estudios.
Con el tiempo vamos descubriendo que eso tan estupendo o que nos soluciona una molestia,  crea un problema adicional.
Un problemón.

No sé si volveremos a las bolsas de papel (que también son una complicación) o a las de tela, a las de coirón o totora, al antiguo canasto de mimbre, a la pilgua ancestral o derechamente –como me sucedió hace unos días- llevar los artículos adquiridos en la mano.
De momento voy a la feria de frutas con un carrito de mano, comprado en Meiggs, obviamente.


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Con sabiduría se construye la casa;
    con inteligencia se echan los cimientos.
Con buen juicio 
se llenan sus cuartos 
de bellos y extraordinarios tesoros.
El  que es sabio tiene gran poder,
    y el que es entendido aumenta su fuerza.


Proverbios 24:3-5

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4 comentarios:

Susana dijo...

El carrito es una buena idea. Un beso

ojo humano dijo...

Susana, definitivamente es más cómodo.
Buen fin de semana.

Fernando dijo...

Ya se sabe, Ojo Humano: cuando una puerta se cierra, otra se abre. Es una lata que nos cobren por cada bolsa de plástico, pero eso fomenta que cada uno lleve una bonita bolsa reutilizable o un carrito, como tú.

Espero que tuvieras suerte con tus compras.

ojo humano dijo...

Así es, Fernando. La austeridad va ganando terreno en algunas áreas de los chilenos, la tecnología están en alza y se prioriza más que las joyas o artículos de adorno. Cada vez menos plástico, menos azúcar, menos sal...en fin, por estos días se está cerrando una planta azucarera, como tú dices, "una puerta se cierra, otra se abre", esperamos que los azucareros lo superen al igual que las pymes de bolsas plásticas.
Buen verano.