sábado, 20 de febrero de 2016

Locura temporal.

Frivolidad máxima: pintarse las uñas de los pies color rojo intenso.

(He sucumbido a un momento de locura, producto de tanta marejada, cambio climático y temblores).
Indulgencia de verano.


                                       
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  No se interesen tanto por la belleza externa: 
los peinados extravagantes, 
las joyas costosas 
o la ropa elegante.  
 En cambio, vístanse con la belleza interior, 
la que no se desvanece, 
la belleza de un espíritu tierno y sereno, 
que es tan precioso a los ojos de Dios.

1 Pedro 3:3-4 (NTV)
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2 comentarios:

Fernando dijo...

Uy, Ojo Humano, no seas tan estricta contigo misma: no veo que sea nada frívolo pintarse las uñas, ni aunque sea de color rojo.

En Madrid a veces es fascinante: las chicas no sólo se pintan cada uña de un color sino que en cada una hacen un dibujito con otra tinta. Supongo que esto costará una hora o más de trabajo. Eso sí que puede ser más frívolo.

ojo humano dijo...

Como siempre, eres muy amable, Fernando.
Y sí, vivimos en medio de pequeñas acciones frívolas y otras no tanto.
Ya va pasando el verano, tendremos que calzar botines y medias, adios uñas pintadas. Para una vez, bien.
El próximo verano (si estoy viva) tal vez me dé la locura cerebral y me tiña el pelo morado (jejeje) ¿quién conoce el corazón humano?