lunes, 11 de noviembre de 2013

Navidad en noviembre.

Entro al supermercado y ya es Navidad. 
Voy al barrio Meiggs y YA es Navidad. 
Leo mi revista favorita y todas las sugerencias son qué regalar esta…Navidad. 
Llego a la clase de niños y ensayan…sí, adivinaste, canciones de Navidad. 

Con razón al día siguiente del 25 de cada diciembre las personas se vuelven locas con las predicciones de Año Nuevo, las fiestas, los fuegos artificiales y eso de comer lentejas, usar ropa interior amarilla y brillar con los labios rojo-pasión. Los pobrecitos quedaron saturados de viejos pascueros de barba blanca y toda la parafernalia de papeles plateado-morado-dorado-grana y verde. Pasarán un año sin oír, ver, oler o comer algo que les recuerde las fiestas navideñas.
Y, claro está, sin hablar de Jesús.




----------------------------------------------------------

«Soberano Señor...
 He visto tu salvación, la que preparaste para toda la gente. 
Él   (Jesús)  es una luz para revelar a Dios a las naciones, 
 ¡y es la gloria de tu pueblo Israel!».


Evangelio de Lucas 2:30-32

-------------------------------------------------------------

2 comentarios:

Fernando dijo...

Conforme contigo, Ojo Humano: el otro día estuve en El Corte Inglés de Sol, donde ya puedes comprar bolas, servilletas de Navidad, renos de Papa Noel o guirnaldas que se encienden y apagan.

Lo peor: que en todos los supermercados venden desde hace semanas nuestros pesados dulces navideños, los polvorones y los turrones.

Y, sí: sin hablar nunca de Jesús, desde luego.

ojo humano dijo...

Esto de la dieta se nos fue en la rodada con el pan de navidad y las galletitas.
Espero que no aumentemos de peso como en las fiestas patrias donde gané como dos kilos¡ay! y luego se viene el año nuevo...buen...........en enero ayunamos jejeje