Por estos días (si estuviera vivo) tal vez escribiría otras, por ejemplo "instrucciones para cruzar una calle", cosa nada fácil y que se presta a mil sutilezas.
En este fin de semana largo -con viernes sándwich incluido-, ya van más de 13 fallecidos por imprudencias al cruzar o conducir en estado de ebriedad. El peatón chileno es una especie de kamikaze vial, aunque el conductor borracho le hace la competencia en imprudencia y tontería.
He visto personas lanzarse a un paso cebra sin siquiera mirar, provocando desde bruscas frenadas hasta violentas colisiones.
Un muchacho del barrio me dice, el peatón tiene “derechos” y esta última palabra la recalca con decisión.
Sí, le respondo, pero a veces es preferible perder un “derecho” antes de terminar en la Posta con los huesos rotos.
-En ese caso me tienen que pagar todo”, refuta.
-Ya, ¿y quién te vuelve a renovar el cuerpo fracturado?
Ay, Cortázar, necesitamos los oficios de un buen escritor, tal vez así podríamos aprender sabiduría en algo tan elemental que hasta los perros callejeros saben hacer.
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Clama la sabiduría en las calles;
en los lugares públicos levanta su voz.
Clama en las esquinas de calles transitadas;
a la entrada de la ciudad razona.
(Proverbios 1:20-21 NVI)
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2 comentarios:
Terrorífico, Ojo Humano. Hasta en esto se ve la pérdida de sentido cristiano de nuestras sociedades: ni el peatón ama al conductor ni el conductor ama al peatón.
Ve con cuidado.
Vivir sin lesiones es mi lema, hasta ahora lo voy logrando...aleluya.
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