¿Por qué la rosa...?

¿Por qué la rosa tiene que perder su lozanía?
¿Por qué hay familias donde la tragedia es una visita frecuente?

Acaba de perder –fortuitamente- su tercer hijo. Las dos pequeñas que murieron antes ni siquiera tienen tumba -cuenta- fueron puestas en una fosa común;  este tendrá un lindo lugar donde visitarlo.
¿Cómo soporta una madre la muerte de tres hijos?

Tal vez la rosa pierde su lozanía cuando puesta sobre el ataúd de una joven vida, truncada por accidente, ve las lágrimas de los acompañantes al camposanto.

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Hace algún tiempo tuve un destello del dolor en el corazón de María, la madre del Señor.
La profecía le anticipaba “te hará sufrir como si te traspasara una espada”.
Cada día vio la santidad del joven, lo vio crecer sano y fuerte, cocinó para él, caminó a su lado, escuchó sus palabras, observó las sanidades, su compasión, su cuidado, los hechos portentosos.
Toda una vida de madre.
Y de pronto el arresto, el apresurado juicio, los infames testigos, la venta de un alma por míseras monedas, no cabe en su cabeza que sea hallado culpable. El veredicto la paraliza, crucifixión, la pena máxima, es imposible.
¿Cómo puede el corazón de una madre resistir sin estallar?
Ni todas las rosas muertas de la tierra tienen una respuesta al duelo, a la perfidia, a la crueldad de los seres humanos.

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«Los seres humanos son como la hierba, 
 su belleza es como la flor del campo. 
La hierba se seca 
y la flor se marchita. 
Pero la palabra del Señor 
permanece para siempre»
 Y esta palabra es
 el mensaje de la Buena Noticia 
que se les ha predicado.

 1Pedro 1:24-25

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