jueves, 26 de septiembre de 2013

Prisioneros de esperanza (2)


La cama es espaciosa, hay que reconocerlo, años luz de aquellos catres de hospital dados de baja, altos e incómodos como monturas de caballos indómitos. 
Mullida y limpia. Al lado una chata vacía, una silla recién pintada, un modesto mueble de lata con una colonia a la mano.  
La visito por las tardes y recuerdo aquel poema de Pezoa Veliz: “Y pues solo en amplia pieza, yazgo en cama, yazgo enfermo, para espantar la tristeza, duermo.”
Me acomodo en la silla limpia y le tomo la mano. Tan susceptibles somos cuando estamos enfermos que ese solo gesto le provoca lágrimas. Espero que llore a su gusto y luego le cuento alguna historia divertida, un día sobre las fiestas nacionales, otro día acerca de las protestas o de algún crimen pasional. Nada con enfermos o enfermedades, estamos aquí para animar, hacer reír o soñar con el futuro, cuando te den el alta –digo- iremos al Mall a tomar un café  o tal vez  un helado de frutilla. Miraremos las vitrinas hasta que nos salgan callos en los pies (ríe), compraremos un pañuelo para el cuello, una cartera, un labial…en fin, cosas de mujeres.
El momento luminoso llega, veo brillar su mirada con deseos de sanar pronto y sé que el viaje no ha sido tiempo perdido. 


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El Señor lo confortará cuando esté enfermo;
lo alentará en el lecho del dolor.

Salmos 41:3
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4 comentarios:

Fernando dijo...

Esto es muy importante, Ojo Humano, no sólo porque Jesús nos lo pide en la tremenda escena del Juicio Final ("estuve enfermo y me visitasteis") sino porque es fácil que el enfermo esté solo. ¡Hay tantas excusas para no ir a verle! Eso lo siente mucho el enfermo: "¿qué tendrán que hacer los otros para no poder dedicarme ni media hora?".

ojo humano dijo...

Además una quiere a la enferma.
Yo admiro esas mujeres voluntarias que trabajan en hospitales sin siquiera tener parientes o amigos en ellos. Una gran labor.

AleMamá dijo...

Visitar a los enfermos.....obra de misericordia que no practico casi nada, para que voy a mentirme a mi misma y menos a ti, querida Toyita.

Qué linda entrada y que linda visita la que has hecho, además, la descripción de un hospital con pocos recursos es genial, hasta el detalle de la colonia y los muebles de lata.

Besos

ojo humano dijo...

Gracias Ale, no creas que no he tenido que luchar con mi asco a los seres invisibles, eso de los virus y las infecciones me pone peluda, pero me he propuesto tener un poco más de amor por aquellos que sufren, aunque mi jardín está bien botado, tú sabes, esto de Transantiago es lento-lento-lento.
Gracias por tu ánimo. Besos al que ha nacido.