lunes, 26 de junio de 2017

Drones en la ciudad.

El invierno ha llegado con novedades.
Esto de la tecnología no termina por asombrar nuestros cerebros.
Esta vez son los drones.
Un muchacho toca a la puerta, llega el envío de un dron a casa, de China, por supuesto. Pareciera que no hay otro país donde comprar online.
Me han pedido si lo puedo recibir por la facilidad de la entrega, vivo frente a Correos.
Sin duda es un aparato curioso, por adjetivarlo de alguna manera. Se eleva con una facilidad prodigiosa, tanto que una se queda turulata mirando  sin atinar a nada.

Tal vez nuestra época dieciochera -tan divertida para los niños-  de volantines y cometas ha pasado a la historia, estos nuevos juguetes invadirán los aires en un futuro próximo.
Más aún, las autoridades han aportado lo suyo probando con uno para fiscalizar a los  porfiados que contaminan con chimeneas a leña, cuestión regulada hace bastantes años.
Los tiempos van cambiando vertiginosamente. Espero que tanta novedad no nos aleje de la fe y el amor, ni nos inquiete por el porvenir. Como Jesús lo dijo " cada día trae su propio afán",  lo tomaré con calma.


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Sea el nombre de Dios
bendito por siempre;
suyos son sabiduría y poder.

Concede sabiduría a los sabios
y ciencia a los perspicaces.
Revela lo profundo y lo secreto,
conoce lo que ocultan las sombras
y la luz mora junto a él.

Daniel 2:21 (BLPH)
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2 comentarios:

Susana dijo...

Demasiada tecnolohgīa para mi. Un beso.

ojo humano dijo...

Hay que ir adoptando lo que nos sirve.
Un abrazo (brrrrrrrr)