De pronto hay días que rompen los esquemas.
Quizás todos los días rompan los esquemas, solo que ignoramos ciertos aconteceres.
Una niña se corta las venas y su madre llora quedamente frente a nuestros ojos, con la profunda desesperación que la entontece.
Un volcán expele su potencia frente a niños de rostros desconcertados.
La bolsa anuncia que es época de comprar acciones, pero el dinero escasea, la oportunidad se desvanece en breve.
De pronto hay días que el Espíritu sopla inusitada y poderosamente.
Sopla en un huracán cuando nunca hemos tenido huracanes.
Sopla y derriba los esquemas.
Sorprendidos esperamos.
Como los antiguos 120, esperamos.
Como los antiguos 120, esperamos.
(la fotografía de Claudio Santana.
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