viernes, 18 de mayo de 2018

¿Has oído llorar los perros?

“Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
 y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.”


Lloran al unísono los perros como un concierto orquestado por un buen director.
Los vecinos presiente la muerte que ronda.
Viene y se posa sobre el rostro de la anciana que ha estado toda la tarde esperándola.
Ella sonríe levemente.
Sus manos -que están sobre las mías-, van helándose poco a poco y sus ojos quedan prendidos en la eternidad.
Alguien baja sus párpados, tal vez temeroso de encontrarse con un pozo sin fondo.
Dejan de aullar los perros, apenas gimen.
La tarea está concluida.
Los vecinos respiran hondamente, entienden la oportunidad que se les otorga.
El barrio –y el atardecer- está en paz.

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Así como la muerte llegó a la humanidad 
por medio de un hombre, 
también por medio de un hombre llega la resurrección. 
Así como Adán trajo la muerte a todos, 
Cristo nos traerá vida a todos nosotros.

(El apóstol Pablo en Carta a los 1 Corintios 15:20-22 PDT)

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2 comentarios:

Fernando dijo...

Hacia ahí caminamos todos, Ojo Humano. Todos los actos de nuestra vida están encaminados a ese momento. Me alegro de que ella muriera en paz y de que tú estuvieras a su lado.

ojo humano dijo...

Fernando, en el Sur, de donde vengo, morir es un acto sagrado y natural. Habitualmente se espera que cada persona sea acompañada de sus familia y lo haga en paz. Sin duda es doloroso, pero nuestra esperanza mantiene la paz.
Ella estaba muy tranquila, rodeada de amor..