“No oprimirás al extranjero,
porque vosotros conocéis los sentimientos del extranjero,
ya que vosotros también fuisteis extranjeros
en la tierra de Egipto.”
Éxodo 23:9
Estoy por creer que Chile es el Paraíso terrenal.¿Será?
Los cubanos que conozco están fascinados con la Internet libre, rápida y sin restricciones.
Navegan por el mundo virtual a sus anchas.
Los haitianos adoptaron a mi amigo higienista y disfrutan la cantidad y variedad de productos para cocinar, en especial en las ferias de verduras que son más económicas y frescas.
Los venezolanos sufren un poco con la temperatura de invierno, aparte de eso están felices que haya trabajo, techo y alimento, a pesar de tener todavía familia en Venezuela. Sus esperanzas son traerlos.
Los chinos y coreanos nos adoptaron como clientes.
El chileno medio se ha convertido en fan de sus sabores. Me han regalado un calendario especial, adquiero condición de “clienta frecuente”, una relación sonriente cuando no nos entendemos en español, porque yo, de idiomas, la nada misma.
Eso es a simple vista.
Tal vez haya otra realidad, subterránea y cruel. La de haitianos vendiendo agua o golosinas en las esquinas. Se dice que fueron traídos subvencionados y una vez aquí los dejaron a su suerte.
Se dice que viven en guetos verticales.
Se dice…
Mi amigo de Haití nos cuenta de sus tres hijos pequeños que están a miles de kilómetros, su esposa que hace correas y la nostalgia que siente por ella, él con mil trámites y papeleo para lograr un trabajo con contrato. Aun así está contento, se sostiene en la fe y la esperanza.
No he sufrido la experiencia de ser extranjera. Apenas viajé un par de veces a Tacna (Perú), esos tours tan breves no permiten profundizar en la idiosincrasia local ni desarrollar relaciones con los lugareños.
Mi ánimo es tratar a los inmigrantes con suma delicadeza, "excesiva consideración" –dicen mis amigas-, pienso que es muy mortificante estar lejos de tu patria, tu hogar ancestral, tus costumbres, a veces han dejado en su tierra toda la familia. Conocí una señora que tiene sus hijos en su Venezuela querida, gracias a Dios, me dice, existe Whatsapp gratuito.
(Fotografía tomada de la web, edificios modernos, departamento pequeño para vivir)