viernes, 13 de agosto de 2010

Preikestolen.

“¿No es acaso mi palabra como fuego,
y como martillo que pulveriza la roca?
—afirma el Señor”


Me paro en el podio y tiemblo.
Este instante eterno define
Lo verídico de lo falso
Lo real de lo irreal

La vida, para que vivas
La muerte en la punta de la lengua.

Me alzo rígida
En la frontera del terror.
Me estremece abrir los labios
¿Podrá alguna de las palabras salvarlos?
O por el contrario ¿los condenará al dolor eterno?



(Preikestolen: Púlpito)

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