viernes, 25 de enero de 2019

Obstruido en la carretera.


Del lat. obstruĕre.
1. tr. Estorbar el paso, cerrar un conducto o camino.
2. tr. Impedir la acción.
3. tr. Impedir la operación de un agente, sea en lo físico, sea en lo inmaterial.
4. prnl. Dicho de un agujero, una grieta, un conducto, etc.: Cerrarse o taparse.


No lo pensó dos veces.
Tal vez ni lo pensó.
Saltó sobre su motocicleta –compañera de 20 mil batallas-, puso la marcha y salió a toda velocidad detrás de los ladrones “moto chorros” (*)
No le importó la huida contra el tráfico.
Ni el paso bajo nivel que se aproximaba.
Sus ojos estaban fijos en los delincuentes que iban delante, el mundo parecía estar detenido en un punto de la eternidad.
Mi amigo H. comenta al calor de una taza de café: -Los carabineros tienen libre tránsito, son vehículos de toda preferencia.

Un hombre cumple la ley con el alto riesgo de su vida. Muere.
Un hombre traspasa la ley con el alto riesgo de su vida y escapa.
Sin duda la ley dictada y escrita en el silencio de una oficina, dista de la realidad de los 100 kms por hora que alcanza una moto, obstruida por el parque automotriz saturado de Santiago. 
Ambas leyes están ahí. Ambas se han obstruido mutuamente.
La motocicleta  del hombre de ley vuela por los aires y cae junto a su cuerpo que yace en el cemento, inarticulado para siempre.
¿Era necesario?

Recordé aquella indicación del apóstol Pablo, pertinente para este tiempo:
"Eviten toda clase de mal." (1 Tesalonicenses 5:22)


(* Motochorro: Se denomina motochorro al delincuente que hace uso de una motocicleta para cometer un robo. La palabra es un neologismo usado en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, combinación de las palabras moto y chorro, aparecida a partir del año 2008 en los medios​ y tomada de la jerga policial.​ Fuente: Wikipedia)



viernes, 18 de enero de 2019

Cuando no esté.

"...está establecido 
que los seres humanos mueran una sola vez..."
Hebreos 9:27


Cuando ya no esté
aliméntate
el fuego no se apagará
ni dejará de girar la rueda
que lleva a los hombres al trabajo
seguirá el sol, la luna, 
las estrellas en su ciclo
tu sangre seguirá corriendo
desde la cabeza hasta la planta de los pies
planta un árbol
y riégalo cada día
la soledad es parte
de lo que somos.



Fotografía de Santiago, Chile.
Tomada de aquí: http://esocite2018.cl/


viernes, 11 de enero de 2019

Microplástico, la palabra del 2018.



Las palabras nos unen, 
nos dan propósitos
nos llenan de nuevas ideas
energizan la vida.
Las palabras matan, 
dice el sabio 
"son como golpes de espada
o medicina para el alma"
 esta palabra sea una que nos abra los ojos
a  la realidad.



viernes, 4 de enero de 2019

Tributo a la nostalgia (parte 2)


“Cuán suavemente, como el sueño de una flor, amor,
El viento en la hierba se mueve sobre la tensa pradera de la noche:
Observa cómo los grandes ojos de madera del bosque
Miran sobre la arquitectura de nuestra inocencia.
Tú, la aldea; Yo, el extranjero; este, el camino:
Y cada uno la obra de todos.” 
(Kenneth Patchen)

Especialmente sucede en las fiestas de fin de año.
Las personas se sienten llevadas por la nostalgia como un huracán imparable, devastador.
O como una fuerza suave que los impulsa a las arenas movedizas en la orilla de un lago, así le sucedió a mi amiga Isa, permaneció aferrada a una piedra hasta que alguien viniera a auxiliarla, todavía no se recupera del trauma.
Muchos “brexiteers” creyeron que abandonar la Unión Europea significaría volver a pertenecer a una  mítica "Gran Bretaña global".
Los catalanes añoran un pasado idealizado en busca de una independencia que se les ha complicado.
Y si de Latinoamérica se trata, los brasileños han elegido a un presidente que les promete la mano dura de orden que no han logrado por la sistemática corrupción de las instituciones.
 "Mantener a Hungría como Hungría", sostiene su Primer Ministro.

La nostalgia nos hace bien, pero llevada a la exageración no se sabe a dónde puede llegar, un movimiento, una causa, un país, una vida personal.
Mis amigas mayores aman recordar, lo que no está mal, por supuesto.
Allí también estuvo Dios presente ¿cómo podríamos negar su gloria en aquellos masivos congresos de los años 2000?
El cambio de siglo, las incertidumbres, las certezas, la galopante tecnología en el Commodore ’64, jugando a la “boulder dash” y al príncipe de Persia. Oh, ingenuidad.
Inolvidables los primeros blogs en el 2003, el despertar a las sagradas letras, los seminarios con oradores electrizantes, un aleph se viene a la cabeza.

Verdad, yo también me dejo llevar por la nostalgia, no puedo renegar de mis ancestros ni desconocer de qué estoy hecha, todos ellos son parte de una esencia indisoluble.
Pero este es hoy, este día, este minuto cuando lees y concuerdas o disientes conmigo, somos una mano pegada a un celular o al teclado de un ordenador, somos esta edad, este año 2019, este verano que, indiscutidamente, es único aun con sus 33 grados a la sombra.
Nos renovamos para poder vivir el presente, como le escribe el apóstol Pablo a los filipenses,
“...  yo mismo no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.



(Fotografía de:
https://pixnio.com/es/)