No entiendo por qué. La mayor parte de lo que usamos y a veces hasta comemos es imitado de la naturaleza.
Las flores artificiales son solo papel, género, madera, plástico, no son flores. Su valor está en su propia belleza no en el intento de imitar lo genuino. Mientras más de papel se noten, más me gustan.
Una mujer que se pone implantes de silicona ¿es menos bella? Por el contrario, hay un mercado en alza para este tipo de adminículos y cada vez son más las personas que recurren a ellos, llámese tintura de cabello, lifting varios o un simple labial, al que casi todas las mujeres recurrimos en alguna ocasión. ¿Nos hace más o menos mujeres si nos cortamos-encrespamos el cabello?
Mi abuela abogaba por el moño. Cuando mamá intentaba peinar su pelo con unas preciosas trenzas que tomaba con algún pasador, abuela órdenaba que las deshiciera, sin apelación.
Modas más, modas menos, imitamos aquello que nos gusta o admiramos. Sería terrible imitar a un asesino ¿no?
Y ni hemos hablado de las sopas de sobre, el puré instantáneo, las papas chip, las gaseosas o los jugos diet. Las mermeladas de bolsa, la mayo light, las placas dentales, en fin, lo artificial ha llegado para quedarse ¿a qué amargarse con unas simples flores en alguna mesa amiga?
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“Sed imitadores de Dios, como hijos amados que imitan a su Padre.
Que vuestra conducta se base en el amor, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó a sí mismo en sacrificio por nosotros; ofrenda ésta de la que Dios se agradó como de un perfume delicado.”
(Efesios 5:1-2 B. Castilian)
---------------------------------------------------------------------------------------------------------(Por cierto, me alegran las flores de la fotografía que hizo alguna vez mi hijo Simón.)
Un tips: http://www.youtube.com/watch?v=OL4Pu-yhwNo
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