viernes, 25 de marzo de 2022

Receta botánica.


Mi amiga Cristi fue hace un tiempo al psicólogo. 
Eternos desvelos, presentimientos malevos, a veces no deseaba salir de casa, crisis de pánico, en fin, tú sabes, esos estados del alma que los devotos de Dios curamos con oración y ayuno; los no creyentes gastan grandes sumas en pastillas y doctores; a veces ni eso les resulta. 

El psicólogo le recetó descanso, unas gotas para dormir, ejercicio constante y jardinería. 
Eso mismo, hacerle a la botánica. 
Mi amiga  es bastante aplicada y se inició con entusiasmo en el arte de la tierra, las macetas, datos de semillas, lecciones en YouTube, todo un mundo por descubrir. 

Y he ahí la tenemos, en un breve tiempo su pequeña casa de villa clase media llena de tierra de hojas, la entrada  parece selva amazónica, plantas hasta debajo del comedor, al lado de la tele o en las repisas del baño; la naturaleza no deja de crecer y multiplicarse. Una vez que empiezas no sabes dónde parar.
Del psicólogo nunca más se supo, las crisis de pánico pasaron a la historia. 

Ahora da lecciones de botánica a centros comunitarios, clubes de adultos mayores; toda una experta, se ha dedicado a las infusiones, los jugos verdes y poquita carne.

El Señor pone a nuestra disposición el mundo natural; un poco de disciplina personal, dedicación y ganas darán los mejores resultados.
(Por cierto, esos tomates cherry son de su jardín.)



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 Todo lo que se mueve y tiene vida 
les servirá de alimento, 
lo mismo las legumbres que las plantas verdes.
 Yo les he dado todo.

Génesis 9:3

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viernes, 4 de marzo de 2022

Mesa compartida.


Era el otoño del 2020, recién iniciada la pandemia. 
Muchas personas en la incertidumbre, algunos con necesidades básicas. 
Ella organizó una mesa compartida. 
Durante más de dos años tuvo la perseverancia de dirigir un grupo de vecinos para repartir a domicilio almuerzos gratuitos. 
Cada viernes cincuenta hogares recibían este regalo. 
Como una hormiga, Camila -una chef con su restauran cerrado- buscaba donadores de verduras, carne, insumos o dinero para sostener esa ayuda. No recurrió al Estado, simplemente a personas con voluntad de contribuir con algo tangible. 
Hay muchas historias en tiempos de crisis. 
Esta es una que no acapara prensa pero que deja una estela de gratitud. 
Y sin duda, una recompensa eterna.


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Así que, 
según tengamos oportunidad, 
hagamos bien a todos, 
y mayormente a los de la familia de la fe.

Gálatas  6:9

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