Que en invierno todo duerme en una lenta espera.
Que el frío de las heladas y la nieve matan cualquier planta.
El jardín nos cuenta otra realidad.
Los exuberantes áloes, las brillantes margaritas, las maravillosas camelias se exhiben en cualquier lugar que tenga un poco de tierra y una mano amiga.
Todas las flores buscan un ojo que las admire, las retrate y dé gracias a Dios por su belleza.
Y la tecnología es una gran herramienta para eternizarlas.
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Tuyo (Señor)
es el día,
tuya también la noche;
tú estableciste la luna
y el sol;
estableciste todos los límites de la tierra
y creaste el verano y el invierno.
Salmos 7416-17 NVI
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